España se juega mucho en los próximos seis meses. Si el coronavirus nos lleva al peor diagnóstico en materia económica, perderá este año la riqueza generada en los últimos seis años. Si se acierta con el tratamiento, el paso atrás nos hará retroceder al nivel de hace unos tres años y medio.
Los aciertos de la política económica serán vitales para que España no salga de esta crisis sanitaria fuertemente empobrecida y con una brecha gigantesca frente a sus socios de la Unión Europea.
De la gestión de la desescalada ya iniciada y los aciertos de la política económica depende en buena medida que el Gobierno nos lleve al escenario más optimista del Banco de España -en el que el PIB caerá este año un 9%- o al más pesimista -que la caída supere el 15% a cierre de 2020-.
En términos de empleo, la diferencia es abismal. Mientras el Gobierno parece restar importancia al duelo que atraviesa el mercado laboral, amparándose en las cifras dulcificadas por los ERTE, y su vicepresidente se atreve a poner en cuestión la reforma laboral en su conjunto, el panorama que dibujan los economistas es espeluznante.
De nuevo según el Banco de España, si las medidas de choque que ya ha activado el Gobierno para hacer frente a esta crisis son acertadas y se reconduce la situación, el año acabará con más de 4,2 millones de parados.
Si el efecto de esas ayudas no es suficiente y fallan las políticas de los próximos meses destinadas a reactivar o sostener los sectores más dañados por el confinamiento y la 'nueva normalidad', llegaremos a tener cerca de 5,7 millones de parados en 2021.
Se trata de una cifra inferior a los más de seis millones de parados que se llegaron a alcanzar en 2013. Pero supone echar por tierra los esfuerzos de recuperación de los años de contención salarial y mejoras de productividad que fueron necesarios para reducir la tasa de paro hasta el 14,7%, un nivel en el que todavía no cabía la complacencia y con el que llegó el Covid-19.
España afronta unos meses clave en los que tiene una oportunidad histórica para aprovechar las ayudas que llegarán de la Unión Europea para modernizar la economía o puede quedarse rezagada por los problemas que afronta como país.
Se trata de problemas que se están viendo de una forma muy clara en la Educación, ahora que los colegios permanecen prácticamente cerrados y sin un 'plan B' para el posible rebrote del virus el próximo otoño. Parece mentira que no se haya tomado nota de las consecuencias que la falta de formación tuvo en el empleo en la última crisis y volverá a tener en esta.
Los fondos de la UE no llegarán hasta mediados de 2021, hasta entonces hace falta una 'hoja de ruta'
La esperanza viene de la Unión Europea en forma de fondos y préstamos que el Gobierno, con el apoyo del Congreso, deberá repartir. Pero esos fondos no llegarán hasta mediados de 2021, con lo que hasta entonces y con la ayuda del BCE, es necesario poner en marcha una 'hoja de ruta' que permita trazar la senda para la salida de esta crisis.
Y ese plan no es otra cosa que unos Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno tendrá que comenzar a negociar con un techo de gasto y unos objetivos de déficit que logró aprobar en febrero, pero que han quedado obsoletos y tendrá que volver a negociar.
Sobre la mesa hay propuestas como la del profesor Ramón Tamames de cerrar un Presupuesto plurianual a cuatro años, o la del eurodiputado de Ciudadanos, Luis Garicano, de conseguir una tregua parlamentaria para buscar puntos mínimos de acuerdo y elaborar esas cuentas con el pragmatismo que requiere esta situación de emergencia.
Pero luego están los socios de investidura de Pedro Sánchez que, pensando en la demoscopia (Unidas Podemos) o en sacar rédito de la debilidad del Gobierno para lograr más fondos para sus regiones (nacionalistas, independentistas y fuerzas locales), pueden seguir en la dinámica de tratar de aprovechar la negociación de los Presupuestos para conseguir 'privilegios' allí donde haya algo que rascar -que en este caso, son fondos de la UE-. Olvidarían que con ese medio millón de parados de diferencia, incluso ellos se juegan mucho en la salida de esta crisis.