Las frenéticas negociaciones en Bruselas sobre el fondo de reconstrucción no están yendo en la dirección que esperaba Pedro Sánchez. Muy al contrario. Los nórdicos frugales ganan la partida en detrimento de España e Italia, los países que más necesitan las ayudas de la UE para reflotar sus economías tras la crisis del Covid-19.
En la segunda jornada del Consejo Europeo consagrado al fondo anticrisis de 750.000 millones de euros, se ha abierto la veda a los recortes en las subvenciones para Madrid y Roma. Y a cada paso se endurecen las contrapartidas en materia de ajustes y reformas que se exigirán al presidente del Gobierno y a su homólogo italiano, Giuseppe Conte, tal y como reclama Holanda. Aunque los líderes llevan casi 48 horas trabajando, aún no se vislumbra un acuerdo.
La jornada del sábado ha comenzado con una propuesta de compromiso del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en un intento de tender puentes entre Norte y Sur. Pero lo cierto es que el nuevo plan está lleno de concesiones al club de los frugales (en el que, además de Holanda, están Austria, Suecia, Dinamarca y Finlandia) y no recoge ninguna demanda de España o Italia.
Lo más preocupante para Sánchez es una nueva cláusula de "freno de emergencia", que de salir adelante daría de facto al primer ministro holandés, Mark Rutte, poder de veto sobre la política económica española. Un poder de veto que no es en absoluto algo teórico. Rutte reclama al presidente del Gobierno reformas muy concretas: la flexibilización del mercado laboral y el refuerzo de la sostenibilidad las pensiones.
Cuando Sánchez le visitó el lunes en La Haya, Rutte repasó con él la lista de reformas pendientes, usando como referencia las recomendaciones de política económica que Bruselas envía cada año a España y que los sucesivos Gobiernos han solido ignorar ignorar. "¿Qué harán los países en el área de las pensiones y/o en el mercado laboral a partir de las recomendaciones que la Comisión les ha dirigido?", ha vuelto a insistir el primer ministro holandés la pasada madrugada.
Un mecanismo complejo
El mecanismo de condicionalidad que propone ahora Charles Michel es extraordinariamente complejo, lo que dificulta que las ayudas a España lleguen con la urgencia que se necesita. En primer lugar, para poder acceder a los 140.000 millones de la UE a los que aspira, Sánchez debe enviar un plan de inversión y reformas a Bruselas antes del 15 de octubre. La Comisión de Ursula von der Leyen lo evaluará y hará las correcciones que considere oportunas. Pero la última palabra la tendrán los Gobiernos de la UE, que decidirán por mayoría cualificada.
La ayuda se dividirá en tramos y el dinero sólo se pagará cuando España haya ejecutado las reformas comprometidas. La decisión sobre los desembolsos la adoptará el Ejecutivo comunitario tras consulta no vinculante con los Gobiernos de la UE. Es decir, un sistema muy parecido al de los rescates de Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre entre 2010 y 2012 y el rescate bancario español.
Michel añade ahora una capa extra de embrollo. Si un país, por ejemplo Holanda, no está de acuerdo con las reformas o los pagos, puede activar en solitario el "freno de emergencia". Dispondrá para ello de un plazo de tres días. Con este veto, el debate volverá de nuevo al Ecofin o incluso a una cumbre de la UE, que debe encontrar una solución "satisfactoria", aunque no se explica cómo.
A Sánchez le disgusta quedar bajo la tutela económica de Holanda. Su intención inicial era reducir al mínimo las condiciones de las ayudas de la UE, centrándolas exclusivamente en la transición digital y verde y sin memorándum de ajuste macroeconómico. El problema es si podrá resistir a la presión de los nórdicos, dado que España necesita con urgencia el dinero. "La gobernanza sigue siendo un problema", han dicho fuentes gubernamentales tras conocer la propuesta de Michel.
Mucho más contundente ha sido el primer ministro croata, Andrej Plenkovic, cuyo país necesitará también ayuda de la UE por su dependencia del sector turístico. "La propuesta con la posibilidad de veto sobre los programas nacionales de recuperación no es buena. Ese no es el sentido de este fondo", ha dicho.
Recortar las subvenciones
En contraste, Holanda valora favorablemente este "freno de emergencia". "Las propuestas sobre gobernanza constituyen un paso serio en la buena dirección", ha dicho un diplomático holandés. Eso sí, Rutte sigue insistiendo en recortar el tamaño del fondo anticrisis o, como mal menor, disminuir la proporción de subvenciones a fondo perdido y aumentar la de préstamos a devolver. Una reivindicación en la que le apoyan el resto de frugales.
De momento, la propuesta de Michel mantiene los 750.000 millones para la reconstrucción, lo que España considera "positivo", pero disminuye en 50.000 millones las subvenciones. El nuevo equilibrio será 450.000 millones en transferencias (en lugar de los 500.000 del plan original) y 300.000 millones en préstamos (en lugar de 250.000). Finalmente, el presidente del Consejo Europeo acepta aumentar los cheques de descuento que reciben Suecia, Dinamarca y Austria por ser contribuyentes netos al presupuesto de la UE.
La sesión plenaria de la mañana del sábado apenas ha durado dos horas y media sin ningún resultado. El resto del tiempo de la cumbre transcurre en bilaterales y multilaterales a geometría variable. Entre las más destacadas, una reunión a primera hora entre Sánchez, Rutte y Conte y un almuerzo de trabajo de sureños (España, Italia, Portugal y Grecia) y frugales (Holanda, Austria, Finlandia, Dinamarca y Suecia). La canciller Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron ejercen de mediadores.
¿Qué le dirá a Sánchez si él esgrime los rebrotes en España y el confinamiento parcial en Barcelona como argumento para justificar la urgencia de la ayuda de la UE?, le han preguntado al primer ministro holandés. "Él puede plantearlo así, pero nuestra discusión no va de eso. España es perfectamente capaz de gestionar técnica y administrativamente posibles brotes. Lo hacen muy bien. España también es capaz de afrontar la crisis a corto plazo", responde Rutte.
"De lo que va esta cumbre es: a largo plazo, ¿cómo garantizas que todas las economías se vuelvan fuertes de nuevo para poder competir con otros países y para que no aumenten los desequilibrios en Europa?", ha insistido el primer ministro holandés. El fondo de reconstrucción y el presupuesto plurianual de la UE deben aprobarse por unanimidad de los 27 países miembros. Si hay acuerdo o no, se dilucidará en las próximas horas.