Pedro Sánchez ha dejado un mensaje de moderado optimismo al sector empresarial en su último mensaje del curso político. En su comparecencia tras el Consejo de Ministros de este martes, el presidente de Gobierno precisó que hasta que la economía no vuelva a niveles 'pre-Covid', las subidas fiscales y de impuestos que se plantean en el acuerdo de Gobierno del PSOE con Unidas Podemos quedan aparcadas.
Unas declaraciones que han sentado bien en el entorno empresarial porque se quita presión a la delicada recuperación económica, aunque algunos sectores advierten de que se sigue sembrando incertidumbre. “Si el Gobierno no quiere seguir afectando a la confianza empresarial, debería anunciar que se quitan de la agenda definitivamente los impuestos”, dice un empresario consultado.
En su intervención de este martes, Sánchez indicó que “todos los objetivos están fijados en la recuperación económica y la creación de empleo. Cuando tengamos los niveles de PIB previos a la pandemia, tendremos el contexto y las garantías para abordar una necesaria reforma estructural del sistema fiscal”.
Según las palabras del presidente del Gobierno, las ideas de subir el IRPF a las clases altas y generar un tipo mínimo del Impuesto de Sociedades para grandes empresas quedarían aparcadas como mínimo hasta 2022 o 2023. De hecho, queda en el aire incluso la armonización fiscal ya planteada por el Ministerio de Hacienda y que se ejecutaría a través de la reforma de la financiación autonómica.
De esta manera, la reforma fiscal queda en pausa, pero no se guarda indefinidamente en el cajón como quieren los empresarios.
Pese a ello, se trata de un cambio de discurso que ha sorprendido a muchos, precisamente porque en las últimas semanas diferentes miembros del Gobierno habían afirmado que la agenda social seguiría adelante y que se encontraba reforzada por el reciente pacto alcanzado en Bruselas para recibir 140.000 millones de financiación para la reconstrucción económica española.
"Es una buena noticia"
Con todo, fuentes de diferentes empresas consultadas por Invertia indican que el retraso de las subidas de impuestos “es una buena noticia”, pero no se fían completamente de estos anuncios. Esperan que se ratifiquen con hechos y declaraciones más contundentes cuando se reanude el curso político. Es más, desde el sector privado defienden que las alzas fiscales deberían desaparecer definitivamente de la agenda gubernamental.
La empresa española lleva semanas insistiendo en que cualquier subida de impuestos ralentizará completamente la esperada recuperación en V prometida por el Gobierno y "pondrá piedras en el camino". Según ha indicado en diversas ocasiones el propio presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, de las crisis se sale con deuda, no con impuestos, porque "si las empresas no van bien, no se recauda nada".
El líder de los empresarios ha advertido también de que hay que tener cuidado con el efecto deslocalización, ya que hay muchos países europeos que están siguiendo la dirección contraria y están anunciando bajadas de impuestos.
Sin ir más lejos, en junio Alemania anunció una rebaja del IVA del 19 al 16%. Esta medida tendría un impacto económico de 42.000 millones de euros, el 1,2% de su Producto Interior Bruto (PIB), y se incluye en el plan de apoyo fiscal que prepara el Gobierno alemán para pymes y familias.
Mientras, Italia aprobó ya un estímulo fiscal por valor de 17.100 millones de euros entre exenciones, subvenciones y créditos fiscales.
Opinión de economistas
La negativa a tener mayores impuestos es compartida por buena parte de los empresarios españoles. De hecho, más de 6 de cada 10 empresarios consideran que el Gobierno central debería disminuir la presión fiscal para estimular la recuperación económica de la actual crisis provocada a raíz del coronavirus.
Esta fue una de las principales conclusiones del cuarto sondeo del informe La empresa española ante el Covid-19, elaborado por KPMG y la patronal CEOE. Este informe, que recogió las respuestas de 681 directivos y empresarios españoles de 25 sectores, se elaboró entre el 15 y el 22 de junio.
Se trata de una opinión compartida también por economistas. Daniel Lacalle indica que subir impuestos es una catástrofe para cualquier economía que actualmente intente lograr una reconstrucción medianamente exitosa.
Lacalle apunta que un alza fiscal generaría un desastre económico sin precedentes, que tendría un efecto recaudatorio inexistente y que generaría un impulso en la huida de capitales hacia países con bajadas de impuestos.
Respecto al anuncio de Sánchez, advierte de que el efecto de postergar impuestos es nulo si posteriormente hay subida fiscal igualmente. Alerta de que la incertidumbre financiera y el impacto en la confianza inversora son igual de nocivos.
Del mismo modo, para Alberto Roldán no solo no hay que subir impuestos, sino que hay que bajarlos. "Bajar los impuestos o mantenerlos en tasas relativamente bajas no es hoy un paradigma de la economía. Es una necesidad".
"Con plena libertad de capitales, subir los impuestos a los ricos no consigue elevar la recaudación. Es más, como ha quedado sobradamente demostrado en Japón durante su recesión, genera un agujero fiscal porque el gasto puede aumentar mientras que los ingresos ya no se comportan igual. Corregir ese desequilibro es todavía más doloroso", indica.
Nuevos impuestos
Hace un mes Sánchez retomó su agenda fiscal demostrando la poca claridad que tiene su Gobierno en esta cuestión. Además de la reforma tributaria planteada, cabe recordar que ya está en marcha la tramitación parlamentaria de nuevos impuestos como los de determinados servicios digitales y financieros, las tasas Google y Tobin.
Por otro lado, y respecto a la reforma del IRPF y del Impuesto de Sociedades, los expertos indican que su efecto será pobre y escaso. Y es que España afronta una pérdida de recaudación pública que podría llegar a ser de 46.000 millones de euros (cerca de un 4% de PIB) en 2020 por la debacle económica, según ha calculado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).