Los rebortes del coronavirus en las últimas semanas están pasando factura en el terreno económico a España. Lo avanzan ya algunos datos, como el gasto con tarjeta y retiradas de dinero en efectivo de los cajeros o el indicador compuesto avanzado de la OCDE.
La economía española se juega mucho en cómo el Gobierno y las comunidades autónomas gestionen la preocupante evolución de la pandemia en los próximos días y semanas. Si el rebrote se agudiza, no será descabellado pensar en el peor de los escenarios de los dibujados por los economistas.
La caída del PIB del 18,5% en el segundo trimestre superó a la establecida en el escenario más optimista -dentro de la debacle- de los tres que había manejado el Banco de España en sus últimas previsiones. Un escenario que se había bautizado como el de la Recuperación temprana y que habría supuesto una caída del PIB del 16% en esos tres meses.
El hundimiento económico del trimestre que oficializó la llegada de la recesión encamina a este país al escenario de Recuperación gradual, en el que la V asimétrica de Nadia Calviño se amorfa hasta descartar por completo que España pueda recuperar el PIB perdido en esta pandemia antes de 2023.
Hay otro escenario aún más dramático en el que el PIB se contraería en el conjunto del año un 15,1% (frente al 9 y 11,6% de los dos anteriores) por el descontrol de la pandemia.
Para ilustrar con cifras el panorama, la diferencia entre una recuperación temprana o recaer y confirmar la peor de las hipótesis puede tener un coste de más de 74.680 millones de euros en términos de PIB este año.
La preocupante situación de España por su mayor dificultad para contener el virus y activar la economía contrasta con la mejora que se está registrando en otros países desarrollados gracias, entre otros, a que han podido frenar la expansión de la Covid-19.
Precisamente este lunes, la OCDE advirtió del riesgo de que España quede rezagada de la recuperación frente al resto de las economías avanzadas.
Su índice compuesto de indicadores líderes (que anticipa los puntos de inflexión en la actividad económica) muestra un retroceso de la economía española en julio frente a junio, en contraste con la mejora del resto de países que forman parte de ese club.
Cae el consumo
Para que la economía funcione, es vital la confianza y los indicadores sobre el consumo muestran que desde que se puso fin a la fase de contención de la curva de la Covid-19 en España el gasto que se estaba empezando a animar se ha vuelto a reducir.
Algo que podría explicarse por el doble temor de los consumidores a que la economía empeore o a contagiarse por sus salidas, así como por las restricciones a actividades como el ocio nocturno.
En los gráficos sobre la evolución de la pandemia que el economista y columnista de este periódico, Miguel Sebastián, ha ido compartiendo en su cuenta de Twitter, se puede comprobar cómo desde mediados de julio los contagios se han disparado en España en mayor proporción que en países como Italia o Reino Unido. Ese punto de inflexión coincide con la citada caída del gasto.
Según CaixaBank Research, el gasto con tarjetas bancarias españolas y extranjeras más la retirada de dinero en los cajeros se redujo en la última semana de julio un 17% frente al de hace un año, lo que supone una caída cuatro puntos porcentuales superior a la de la semana anterior.
Se trata del primer dato de evolución negativa en el pago con tarjeta desde que se abrieron las fronteras con la llegada de la llamada nueva normalidad.
Algo parecido ocurrió con el gasto en e-commerce, que en esos mismos siete días pisó el freno y avanzó dos puntos porcentuales menos de lo que había crecido una semana antes.
El autor de ese informe, el economista Javier Ibáñez de Aldecoa, reconoce que el consumo "ha entrado en una etapa de impasse debido a la incertidumbre generada por la más reciente evolución de la pandemia".
En línea con estas conclusiones, otro informe de BBVA Research advertía recientemente de la moderación de la recuperación del consumo en las regiones más dañadas por el coronavirus en julio y citaba, entre otras, a Huesca, Zaragoza, Guipúzcoa y Barcelona.
Más gasto público
Ante la caída del consumo de hogares y empresas, el sector público se convierte en clave para sostener la economía.
Pese a que España se quedó corta en la concesión de ayudas directas a empresas y avales públicos frente a las otras grandes economías de la zona euro, el gasto público se disparará este año entre 10 y 11 puntos porcentuales, según BBVA Research.
Ese aumento se explica, en casi la mitad, por el incremento del gasto público en el PIB en términos relativos debido a la pérdida de peso del sector privado. El resto se debe a las medidas para hacer frente a la pandemia y a hasta cuatro puntos se achacarían a las prestaciones por desempleo.
El servicio de estudios de BBVA cree que el próximo año ese gasto público se podría rebajar en cuatro puntos porcentuales si España consigue crecer un 7%. Pero para ello es necesario que no se produzca otro "periodo de confinamiento generalizado", según reconoce su economista Miguel Cardoso. Es decir, que se pueda revertir el preocupante avance de los contagios que se está produciendo este verano y que en mayo se descartaba, al menos hasta el otoño.