El coste económico de los años del procés hizo que Cataluña se viera sorprendida por la pandemia en una situación de vulnerabilidad económica superior a la de otras regiones españolas. Ya antes de la Covid-19, se hizo evidente esa debilidad cuando Madrid dio el sorpasso a la economía catalana en términos relativos de aportación al PIB nacional.
En un contexto de alta incertidumbre política, a la espera de la ratificación de la inhabilitación de Quim Torra, los efectos del coronavirus han sido devastadores sobre la economía catalana, tras años en los que la tensión social y política ha tenido su reflejo en la evolución de su PIB.
Fruto de ese ambiente y de otros elementos estructurales que afectan tanto a Cataluña como al resto de España, se trata de una región que, además, ha tenido que asumir en estos últimos meses otras malas noticias, como la decisión de Nissan de cerar sus plantas allí.
En este contexto, la mala gestión de los rebrotes por parte de la Generalitat el pasado verano se trasladó a una economía que pese a tener uno de los tejidos industriales más potentes de España, es altamente dependiente del turismo.
La falta de turistas internacionales hizo que en los siete primeros meses del año, la caída de visitantes a Cataluña se desplomara un 75,6% anual, frente al descenso de la media nacional del 72,4%, según los datos recopilados en el último Informe de Coyuntura de la patronal Foment del Treball Nacional.
Con tan solo 2,9 millones de turistas, el gasto de los viajeros internacionales descendió en el territorio catalán un 77,7% interanual, hasta 2.758 millones de euros. En la media nacional, la caída del gasto de turistas se quedó en el 72,6%, un descenso dramático, pero en todo caso, inferior al de esta región que es el segundo destino turístico del país.
Cataluña representa el 25% del total del sector turístico español, con lo que su mala coyuntura supone un golpe importante para el PIB nacional, cuyo desplome histórico será confirmado este miércoles por la Contabilidad Nacional que presentará el INE.
En el primer semestre del año, el PIB español sufrió una caída interanual del 22,1%, según los datos del INE. Sin embargo, según el Idescat, en ese mismo periodo del año, el PIB catalán descendió un 21,3% en términos interanuales.
Con todo, los datos recopilados por los economistas de Foment del Treball muestran la dureza con la que la crisis de origen sanitario se está trasladando a distintos frentes en Cataluña. Por ejemplo, las ventas minoristas se redujeron allí un 5,5%, frente a la media española del 3,7%.
La industria también ha sufrido con mayor crudeza la crisis en Cataluña, donde el índice general de producción industrial bajó un 6,5% frente a la media del conjunto de España del 6,4%.
Mercado laboral
Todos estos datos tuvieron su particular reflejo en el mercado laboral. El paro registrado aumentó en Cataluña un 29,4% interanual, frente al 24% que creció en el conjunto de España, según los datos de agosto.
En la afiliación se confirma esa tendencia. Mientras en Cataluña se redujo un 3,3% interanual, en España la caída fue del 2,7%, hasta situarse en 18.792.376 personas en la cifra global nacional.
En el conjunto del trimestre, la tasa de paro en Cataluña creció hasta el 12,8%. Se trata de un dato mejor que el de la media nacional (15,3%) debido a que se trata de una de las regiones más ricas de España y por tanto, su punto de partida era mejor.
Estos porcentajes son reflejo del daño que han hecho los meses del confinamiento y la mala gestión de los rebrotes. Cataluña fue una de las primeras comunidades autónomas en registrar nuevos incrementos significativos del virus con casos que pusieron en evidencia al Govern ya en el mes de julio, aunque después la situación se encauzó mejor que en la Comunidad de Madrid sin que los datos permitan bajar la guardia de las autoridades catalanas por los nuevos repuntes.
V asimétrica
Sin embargo, desde la patronal que preside Josep Sánchez Llibre se afrontan los próximos meses con algo de optimismo.
"Empiezan a vislumbrarse las primeras señales de recuperación, aunque de manera desigual entre sectores. La evolución temporal de los indicadores presenta una forma de V asimétrica, es decir, caída pronunciada y recuperación más gradual", señala su informe de coyuntura.
No obstante, ese optimismo contenido no evita que los empresarios reclamen a las Administraciones más medidas para paliar los efectos de la Covid-19 sobre el tejido productivo catalán.
Se trata de medidas que no difieren demasiado de las reclamaciones a nivel nacional, como la extensión de los ERTE, o la habilitación denuevas líneas de financiación con avales públicos.
Además, se insiste en la necesidad de gestionar con buen criterio el reparto de ayudas europeas para ayudar a la recuperación de la economía catalana y española.