El miedo a la Libra, la moneda virtual que quiere introducir Facebook, y el impacto de la Covid-19 han servido de catalizadores para impulsar los criptoeuros. El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado este viernes que acelera los trabajos para la posible introducción de un euro digital, una forma electrónica de dinero que serviría de complemento a billetes y monedas.
Aunque la decisión final aún no está tomada, la institución que dirige Christine Lagarde ve numerosas ventajas en un euro virtual. "Protegería el bien público que el euro constituye para los ciudadanos: acceso sin coste a un medio de pago sencillo, aceptado universalmente, fiable y libre de riesgo", subraya un informe elaborado por el grupo de trabajo del BCE sobre dinero electrónico.
"Un euro digital respaldaría el avance de Europa hacia la innovación continua y contribuiría a su soberanía financiera y a reforzar el papel internacional del euro", ha dicho el presidente del grupo de trabajo y representante italiano en el directorio del BCE, Fabio Panetta.
El informe identifica una serie de escenarios que requerirían la emisión de un euro digital. Entre ellos, se destaca "la creación de medios de pago privados a escala mundial que podrían generar problemas regulatorios y representar riesgos para la estabilidad financiera y la protección del consumidor". Es decir, el BCE ve el euro digital como su arma para contrarrestar la influencia de Libra.
Una pandemia como la de la Covid-19 pone también de relieve la necesidad de impulsar un euro digital, ya que las medidas de distancia social pueden acabar modificando los hábitos de los consumidores en materia de pagos.
"Los consumidores pueden incluso percibir el efectivo como un vector de infección, a pesar de la falta de pruebas de cualquier riesgo específico de contagio asociado con el uso de billetes. Pueden por tanto estar menos dispuestos a utilizar efectivo y decantarse por el uso de pagos sin contacto y online", asegura el informe del BCE.
Descenso del uso de efectivo
Otros motivos para emitir criptoeuros son un aumento de la demanda de pagos electrónicos, que exigiría un medio de pago europeo digital libre de riesgo; un descenso significativo del efectivo que acabe privando a los sectores más vulnerables de la población del acceso al dinero; o un uso generalizado de dinero digital emitido por bancos centrales extranjeros.
"Los europeos eligen cada vez más los medios digitales para gastar, ahorrar e invertir. Nuestro papel es garantizar la confianza en el dinero, lo que significa asegurar que el euro sea adecuado para la era digital. Debemos estar preparados para emitir un euro digital si fuera necesario", ha dicho Lagarde en un comunicado.
El BCE admite que la creación del euro digital "también plantea desafíos", pero se muestra convencido de poderles dar respuesta "aplicando estrategias adecuadas en su diseño". El principal riesgo es que en caso de crisis financiera los consumidores saquen masivamente su dinero de los depósitos bancarios y lo pongan en euros digitales por percibirlos como un valor seguro. Otro problema es el de la privacidad.
De momento, el BCE lanza una consulta pública el próximo 12 de octubre y mantendrá contactos con los ciudadanos, el mundo académico, el sector financiero y las autoridades públicas para valorar en detalle sus necesidades, así como los beneficios y los problemas que esperan de la emisión de un euro digital. Además, comenzará en paralelo una fase de experimentación, sin perjuicio de la decisión final.