La Covid-19 ha acelerado las tendencias que venían asomando en los últimos años. La digitalización es el ejemplo más palpable por el efecto que ha tenido en estos meses en la dinámica empresarial y en la vida de las personas. Pero hay más.
En el terreno político, la vuelta al proteccionismo -que se vio en procesos como la victoria electoral de Donald Trump o el 'sí' al brexit- también ha venido para quedarse, según han coincidido los economistas invitados a la primera mesa de los debates Retos y perspectivas económicas ante 2021: Visión global y en España organizados por este periódico y la Fundación Cajasol.
En este contexto, la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden el próximo 20 de enero no va a suponer un giro drástico en la política de tensión con China que ha marcado el mandato de su antecesor del Partido Republicano.
"Estamos ante una Guerra Fría con China que se ha iniciado como guerra comercial y que va a continuar con Biden. Esto va a acelerar la desglobalización", señala el estadístico del Estado y analista financiero, Juan Ignacio Crespo.
"El capitalismo de Estado de China o de Singapur es un nuevo modelo que muchos países van a intentar seguir. Hay una Guerra Fría con China que fundamentalmente es tecnológica. El miedo que se tiene ahora mismo es el control de las redes con las empresas tecnológicas en la trinchera", añade el catedrático de Economía de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y profesor asociado del IE Business School, José María O'Kean.
Dentro de esta guerra tecnológica, la Unión Europea parte en una mala posición. "Queda bastante por hacer en digitalización, especialmente, en las economías basadas en pequeñas y medianas empresas. En Europa tenemos un problema no menor porque la mayor parte de la digitalización la generan gigantes digitales que no son de aquí", advierte el economista, analista financiero y director del Máster en Economía de IUNIT, Javier Santacruz.
La globalización de los últimos años ha beneficiado más a los países en vías de desarrollo que al llamado "mundo rico", que ha visto cómo entre 1988 y 2007 su renta no ha crecido, recuerda O'kean.
Refuerzo de Asia
China crecerá este año un 1,9%, según las previsiones del FMI, mientras que el resto del mundo sufrirá una caída del PIB del 5,8% y Estados Unidos del 4,3%. Asia ha salido reforzada de esta crisis y esto puede tener muchas repercusiones en las democracias occidentales.
"Todos tenemos en la cabeza la idea de proteccionismo. Biden lo va a dulcificar, pero no creo que lo corrija. El déficit comercial de Estados Unidos se ha reducido al 1,5%. El proteccionismo es algo que les ha dado sus frutos", asegura O'kean.
Este diagnóstico le lleva a decir que "el mundo liberal tiene malos años por venir porque el Estado ha cogido fuerza y va a tener más fuerza en la economía". Es una hipótesis que Crespo comparte.
"El Estado no solo se ha metido más en la intervención de la economía, también en la vida de las familias. Visto con humor hasta les dice cómo se tienen que sentar en la mesa esta Navidad. Vamos hacia un capitalismo de Estado que se va a intensificar. Incluso al modo chino con restricción gradual de las libertades porque hay elementos inquietantes muy importantes, como la expropiación silenciosa o invisible del ahorro. Con los tipos a cero, no se puede vivir de las rentas", señala el columnista de Invertia.
Menos convencido de que este proceso se vaya a consolidar, Javier Santacruz recuerda que no es la primera vez en la historia reciente que se habla del incremento de la presencia del sector público en todas las aristas de la economía y la sociedad.
"Me recuerda a la crisis de 2010 porque hablábamos de algo parecido. Veíamos un escenario en el que el Estado se iba a consolidar. En los procesos traumáticos, siempre hay eventos que hacen que los escenarios cambien. Las crisis son mutantes", reflexiona el director del máster de Economía de IUNIT.
Bancos centrales
Para sostener al Estado es necesario permitir que se siga pagando la deuda pública y para ello, el papel de los bancos centrales va a ser crucial en los próximos años.
"No podemos pensar que la política fiscal y monetaria sea infinita", afirma Santacruz. Pero Crespo recuerda cómo el balance del Banco Central Europeo va camino de acercarse ya a los 10 billones de dólares, tras aumentar a gran velocidad.
Por su parte, O'kean advierte que "ahora la deuda pública solo es sostenible con tipos de interés muy, muy bajos. Es imposible salir de esta situación".
Los tres economistas coinciden en que hay riesgos de que una vez pase esta euforia de los mercados, pueden volver los problemas económicos y no se puede descartar una recesión que deje la salida de esta crisis con forma de W.
Eso sí, Crespo confía en que tras ese último bache económico llegue un periodo de prosperidad largo.
Todo ello estará condicionado, además, por lo que ocurra con el acuerdo final para el divorcio de Reino Unido de la Unión Europea, que Santacruz y Crespo dan por seguro que se alcanzará de algún u otro modo.
La esperanza en la recuperación está en que el comercio mundial se está recuperando por el efecto del rebote lógico que se produce al pasar de una economía cerrada por los confinamientos a una que retoma poco a poco la normalidad. Pero lo está haciendo con un aumento de la productividad.
Esto refleja los efectos que la digitalización en la economía va a tener en la sociedad, donde la llegada de los robots permite incrementar la producción de bienes e incluso abre la puerta a subidas salariales en escenarios de baja inflación, de acuerdo con Crespo.
En este complejo contexto, el presidente de la fundación Cajasol, Antonio Pulido, afirmó en su discurso de bienvenida a los asistentes al debate en la necesidad de aprovechar las ayudas europeas para proteger el tejido productivo español.
Pulido reconoció que hay "muchas incertidumbres" en el horizonte pero que hay que buscar un crecimiento "sostenido y sostenible". Para afrontar ese reto, reclamó consenso y unidad.
"Es importante que fijemos objetivos comunes y que intentemos perseguirlos con la mayor unidad posible, si es posible entre las fuerzas políticas y también ese consenso se tiene que trasladar a la sociedad civil”, afirmó el presidente de Cajasol.