Bruselas

La magnitud del estímulo prespuestario desplegado por el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para hacer frente a la crisis de la Covid-19 ha llevado a los líderes europeos a hacer examen de conciencia. Biden acaba de sacar adelante un plan de ayudas por valor de 1,9 billones de dólares, que se suma a otro paquete de 900 millones aprobado en diciembre. Además, la Casa Blanca quiere movilizar 3 billones adicionales para invertir en infraestructuras y educación. 

En contraste, el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros (Next Generation) que la Unión Europea aprobó en julio del año pasado para asistir a los países más golpeados por la pandemia, en particular España e Italia, ni siquiera se ha puesto en marcha. El Tribunal Constitucional de Alemania acaba de parar su ratificación. Los líderes europeos han creado además el instrumento SURE para financiar ERTE, cuya dotación de 100.000 millones ya se ha agotado. Ningún Estado miembro ha recurrido a la línea de crédito blando de 240.000 millones del fondo de rescate (MEDE) por el efecto estigma.

¿Debería la UE igualar la potencia de fuego del estímulo de EEUU? ¿Corren los europeos el riesgo de quedarse de nuevo por detrás de los norteamericanos en la recuperación post-Covid, como ya ocurrió tras la crisis financiera? "La fuerza de la respuesta americana y del plan anunciado hace algunos días por el presidente Biden y su Congreso nos sitúan ante una responsabilidad histórica. Tras la segunda y la tercera ola que la UE ha conocido, tendremos sin duda que completar nuestra respuesta", sostiene el presidente francés, Emmanuel Macron, que ha sido el primero en lanzar el debate.

Emmanuel Macron, durante la rueda de prensa del pasado jueves en la que pidió ampliar el plan de rescate de la UE Reuters

"Estados Unidos va a recuperar a mediados de 2021 el nivel absoluto de riqueza que tenían antes de la crisis y sobre todo va a recuperar muy rápicamente su trayectoria de crecimiento previa. Nosotros recuperaramos ese nivel en primavera-verano de 2022, pero con un diferencial en la trayectoria que es preocupante", argumenta Macron. La eurozona crecerá este año un 3,9%, comparado con el 6,5% en EEUU. Para 2022, ambos bloques avanzarán alrededor del 4%, según las últimas previsiones de la OCDE.

La receta del presidente francés para colmar esta brecha con Washington consiste en "una respuesta más vigorosa" de la UE: "invertir más rápido y más fuerte en nuestras prioridades". Además, Europa debe "simplificar drásticamente" su plan de estímulo. "Somos demasiado lentos, somos demasiado complicados, nos enredamos demasiado en nuestra propia burocracia", lamenta Macron. 

"No se puede comparar sin más el impulso de la UE a traves del Next Generation y el del Gobierno federal americano. Lo que hay que comparar es el impulso fiscal global y en Europa los Estados miembros hacen mucha más política fiscal que los estados federados de EEUU", explica a EL ESPAÑOL el portavoz económico del PSOE en la Eurocámara, Jonás Fernández.

"En una comparación global, probablemente el impulso americano sea mayor y la UE tiene que encontrar opciones, que deberían ir por fortalecer el Next Generation y no tanto con más respuestas nacionales. Además, atendiendo a los problemas con la vacunación, más pronto que tarde habría que estudiar nuevas vías", sostiene Fernández. La UE va muy por detrás de Estados Unidos en inyección de vacunas: apenas 15,7 dosis administradas por cada 100 habitantes, frente a 43,6 en territorio Biden, según Our World in Data. Un retraso que amenaza la recuperación económica.

Escepticismo de los frugales

"Hay que considerar muy seriamente la propuesta de Macron. Primero, porque los datos demuestran que estamos creciendo menos que EEUU. Y en segundo lugar porque la ayuda 'federal' europea es muy inferior a la de Biden: 2,8 billones sumando los planes ya aprobados en EEUU frente a los 750.000 millones europeos. Eso quiere decir que se va a ampliar la brecha entre la UE y EEUU", dice a este periódico el eurodiputado del PP y exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Sin embargo, la idea del presidente francés de aumentar el plan de estímulo de la UE choca con la oposición frontal de los países autodenominados 'frugales' (Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca), que ya se resistieron hasta el final a dar luz verde al paquete original de ayudas comunitarias el pasado julio.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, lidera el bando de los países 'frugales'

"Comparar la situación europea y la americana es como comparar manzanas con peras. Son completamente diferentes. La economía de EEUU carece de los estabilizadores automáticos que tenemos en Europa, como nuestro sistema de bienestar, sanidad, prestaciones de paro y seguridad social", relata a este periódico un diplomático europeo.

"Si a todo esto se suman las ayudas nacionales contra la pandemia, el programa de compras de emergencia del Banco Central Europeo, las líneas de crédito del MEDE, el fondo SURE y Next Generation, el panorama fiscal resulta totalmente diferente. Antes de pedir más dinero, el presidente francés haría mejor en presentar un plan de reformas que se ajuste a las expectativas de la Comisión, como España y Grecia", apunta el diplomático.

"El fondo Next Generation supuso un importante paso adelante en el desarrollo institucional de la UE, pero sólo ofrece una fuente de estímulo a medio plazo. Éste puede ir acompañado de planes nacionales, aunque el espacio fiscal y la capacidad de endeudamiento son limitados en algunos Estados miembros, que en este caso son también los más afectados por la crisis de la Covid-19 y entre los que se encuentra España", explica a EL ESPAÑOL Niclas Poitiers, investigador en el think tank económico Bruegel.

"Desgraciadamente, los países del norte con una situación fiscal más holgada no tienen ningún interés en revisar Next Generation, especialmente ante unas reñidas elecciones en Alemania. El gran tamaño del estímulo americano ilustra los beneficios de la verdadera unión fiscal", apunta el investigador de Bruegel. "Es verdad que habrá resistencias, pero para eso está la política: para contrarrestar el influjo de los frugales con otros países más europeístas", señala García-Margallo.

Guerra de cifras

En las instituciones comunitarias tampoco ha sentado demasiado bien el llamamiento de Macron a endeudarse y gastar más a escala europea. El argumento que esgrimen es que la UE ya ha hecho mucho y que no tiene sentido compararse con el plan de Biden. "Esto no es una carrera para lograr el paquete de estímulo más grande. Lo que importa es el resultado", ha escrito el presidente del Eurogrupo, el conservador irlandés Paschal Donohoe, en el Financial Times.

El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, cree que no tiene sentido comparar los planes de la UE y de EEUU UE

"El fondo de 750.000 millones Next Generation no tiene precedentes en términos de escala y ambición. Impulsará la recuperación económica y hará las economías europeas más resilientes, al tiempo que impulsa la doble transición digital y verde", señala a este periódico un portavoz de la Comisión de Ursula von der Leyen. Bruselas calcula que esta herramienta aumentará el crecimiento en hasta un 2% del PIB de la UE durante su periodo de vigencia.

Además, los Estados miembros se han comprometido a mantener la barra libre de gasto público hasta que la recuperación se consolide. El Pacto de Estabilidad -y la obligación que establece de reducir el déficit y la deuda- seguirá suspendido en 2022, por tercer año consecutivo. Bruselas calcula que las medidas ya adoptadas o anunciadas a nivel de la UE y de los Estados miembros alcanzan los 4,8 billones de apoyo presupuestario global.

El paquete de estímulo de Biden también tiene sus propios detractores en Estados Unidos. El más destacado es Larry Summers, que fue secretario del Tesoro con Bill Clinton y asesor económico de Barack Obama, que lo considera el plan "menos responsable" de los últimos 40 años. Summers sostiene que este apoyo presupuestario es excesivo y sólo servirá para recalentar la economía y provocar "presiones inflacionistas que no hemos visto en una generación, con consecuencias para el valor del dólar y la estabilidad financiera".

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