Hace más de año, si echamos la vista atrás, el turismo y la agroindustria eran los motores económicos de Andalucía. A día de hoy, con el turismo paralizado por la situación sanitaria de la Covid-19, el campo sigue como el principal impulso económico andaluz. En todo este contexto, hay un agente ausente: la industria. El impacto de la pandemia ha lastrado su auge y la poca existente lucha por sobrevivir y no abandonar el territorio andaluz.
Con un escaso peso en el PIB andaluz, no destaca a nivel nacional y la crisis económica actual no ayuda a revertir la situación. "Los intentos por ganar más peso han fracasado en los últimos años y la crisis actual no está facilitando su crecimiento", sostiene Fernando Seco, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios del Sur de España (Cesur). A ello se suma, según ha explicado en declaraciones a Invertia, que el sector industrial "no se ha tomado como estratégico".
"Por estratégico entiendo que se dediquen recursos humanos, de infraestructuras, de inversión y de simplificación administrativa a este sector", admite mientras critica a los "grupos de presión" que han lastrado agilizar los trámites medioambientales. "Vamos a una política industrial verde y circular pero, como sucede en política, hay grupos populistas que impiden un crecimiento sostenido de la industria y el empleo de calidad".
En todo este conflicto hay un sector que es el que más ha sufrido el impacto de la pandemia: la aeronáutica. El gigante Airbus cuenta con una importante presencia en Andalucía, con centros que son referencia a nivel internacional como el de San Pablo de Sevilla con su línea de montaje final del A400M. La caída de la movilidad ha provocado un "fuerte descalabro" en la industria y en todas sus empresas auxiliares instaladas en Andalucía, apunta Fernando Seco.
En este punto inciden también desde los sindicatos. El secretario regional de UGT FICA Andalucía, Manuel Jiménez, reconoce la merma de trabajos en la aeronáutica y en la automoción, con su correspondiente impacto en las plantillas. Pese al duro golpe, según analiza en declaraciones a Invertia, confía en que la reactivación económica se haga notar en el último trimestre de 2020. "Hasta entonces no sabremos cuántos ERTE se han convertido en ERE en estos sectores", avanza.
Abengoa, Airbus…
Con este pretexto, la crisis industrial andaluza se ha escenificado con los apuros que han pasado empresas de las que años atrás se presumía. Es el caso de la sevillana Abengoa, que se declaró en concurso de acreedores, el segundo mayor en España. Con una deuda que alcanza los 6.000 millones de euros, el grupo de energía lucha ahora por mantener los 14.000 puestos de trabajo que ostenta todo el mundo, unos 2.500 en España.
El otro caso es el de Airbus, que recientemente reconoció la "falta de competitividad" de la factoría de Puerto Real (Cádiz). Con el miedo a un cierre más que esperado, la plantilla ha protagonizado durante el último mes movilizaciones para rechazar la postura de la empresa y luchar por el mantenimiento del empleo. Está por ver qué decisión toma la cúpula en la Junta General Anual que se celebrará el próximo 14 de abril.
Pese a estos ejemplos, hay un caso que reluce: la agricultura. El secretario andaluz de UGT FICA admite que ha sido el sector que más ha salido reforzado de esta dura situación al convertirse en la "despensa" de España. En este sentido, espera que la crisis traiga una oportunidad para "diversificar" los sectores más afectados y contribuir al auge y referencia de la industria en Andalucía.
Nueva política industrial
Consciente de la situación, la Junta de Andalucía ha tomado cartas en el asunto. La Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades ha iniciado el proceso de elaboración de la nueva política industrial de Andalucía 2030. En su creación participarán unas 160 entidades públicas y privadas representativas, entre ellas la Confederación de Empresarios de Andalucía.
El nuevo modelo industrial primará la colaboración público-privada y con otras administraciones. Pretende mejorar la modernización e incrementar la productividad del tejido industrial, favorecer la atracción de nuevas inversiones y las exportaciones, así como impulsar la digitalización y la innovación. Pretende, además, dotar de mayor crecimiento a las cadenas de valor industriales más prometedoras que se desarrollen en Andalucía.
La industria andaluza está integrada por 33.560 empresas, que representan el 16,8% del total de entidades de estas características en España. Esta actividad económica contribuyó el pasado año al 10,2% del PIB total andaluz, frente al 14,6% en España y el 16,8% en Europa. En 2019 el porcentaje de empleo vinculado a la industria fue de un 9,4%.
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