Luis Garicano (Valladolid, 1967) es uno de los economistas españoles que mejor conoce los entresijos de la Comisión Europea. Eurodiputado de Ciudadanos, es vicepresidente de la formación liberal y centrista Renew Europe.
Antes de llegar al Parlamento Europeo fue profesor de Estrategia y Economía en la London School of Economics, en el Instituto Empresa o en la Universidad de Chicago. Además, trabajó como economista para la consultora McKinsey o para la propia Comisión Europea en los años 90.
El Constitucional alemán ha desbloqueado esta semana la emisión de deuda necesaria para activar los fondos europeos. La resupuesta europea a la pandemia, ¿está siendo mucho más ágil que en la última crisis?
Europa está dando una respuesta muy diferente. Está haciendo todo lo necesario, con un plan de recuperación importante con dinero europeo. Son los famosos eurobonos que ahora se van a inyectar en los países. El gran obstáculo que había del Constitucional alemán se ha despejado. Todavía falta una sentencia, pero ya ha dicho que no va a paralizar la ratificación del permiso de Europa para endeudarse. Espero que los demás países den su permiso en abril y que para el verano podamos recibir el dinero, una vez que aprueben los planes de España.
Dentro de esos planes, usted ha sido muy crítico con la gobernanza de los fondos en España. ¿Cómo se deberían repartir?
Tenemos que conseguir que el dinero se gaste y que se gaste bien. Que se haga una buena gestión y que no se desperdicie. La gobernanza es preocupante. Radica en la Oficina Económica de Moncloa y las decisiones las toma el Consejo de Ministros con un informe de la Comisión interministerial. Eso supone que las decisiones van a ser políticas, con poco criterio técnico y me temo que con poca transparencia.
Las decisiones sobre los fondos van a ser políticas, con poco criterio técnico y me temo que con poca transparencia
El único PERTE que se ha anunciado hasta ahora ha sido el de las baterías y no se ha hecho de forma competitiva, ni se ha explicado por qué se ha elegido a esas empresas. El Gobierno debe garantizar que el Plan responde a lo que más necesita España y para eso necesita expertos. Y también que la adjudicación sea transparente y clara. Con el precedente que tenemos con Plus Ultra no nos da esta impresión.
¿Hubiera sido bueno que en el decreto que estableció la gobernanza se hubiera aprobado con consenso político?
Totalmente. El consenso hubiera ayudado a tener prioridades de país y los expertos independientes hubieran ayudado a elaborar el plan con las necesidades de España. Uno puede tener buenas y malas ideas, de lo que se trata es que las ideas no sean de una persona o de otra, sino que se formen alrededor de un consenso que responda a lo que necesita el país.
Sin embargo, en la negociación con Bruselas de Next Generation, usted colaboró de forma activa. ¿Hay más ruido por las discrepancias de lo que realmente son?
El plan está en buena parte basado en un trabajo que hice para el Parlamento Europeo. Durante las negociaciones estuve en contacto con el Gobierno y encantado de ayudar a que este plan saliera. Luego viene el cómo usar el dinero y ahí vienen las diferencias. Una vez que se consiguió el dinero, la actitud del Gobierno fue la de "coge el dinero y corre". Van a utilizarlo en primera persona, es algo sorprendente. Las diferencias radican ahí. En Bruselas hemos trabajado juntos. El problema es cuando llegas a Madrid y el Gobierno decide usar el dinero sin control.
Una vez que se consiguió el dinero en Bruselas, la actitud del Gobierno fue la de "coge el dinero y corre"
¿Hay riesgo real de que perdamos esta oportunidad?
Sí, el peligro existe y Plus Ultra es un ejemplo. Es un caso en el que se crea un fondo con bendición europea para empresas estratégicas españolas y dárselo a una compañía no estratégica, es una tomadura de pelo. Espero que el Gobierno sea más sensato a partir de ahora.
Tuve una pelea en Twitter con dos ministras cuando critiqué que uno de cada 10 euros del Plan español sea para rehabilitación de edificios. Creo que no es la mejor inversión verde y que crea una burbuja de mano de obra porque una vez que están renovadas las viviendas, esos instaladores de ventanas no tienen trabajo.
La rehabilitación de edificios no es la mejor inversión verde y crea una burbuja de mano de obra
El objetivo crucial del plan no es que los consumidores seamos más verdes, es que lo sea nuestro sistema productivo. Que seamos capaces de competir en una economía global. Lo mismo pasa con la digitalización. No se trata de que una persona sea más digital sino que nuestras empresas sean más digitales. Ese es el énfasis que echo de menos, centrarnos en la productividad de nuestro tejido productivo.
Sin embargo, la realidad es que partimos de un mercado laboral con una gran proporción de personas con muy baja cualificación, ¿Se puede dar otra alternativa a quienes dejaron la construcción para ir al turismo y ahora están en el paro?
El mayor problema de España es el desempleo juvenil. Hay una generación que fue brutalmente afectada por la crisis de 2008 porque estaba en la construcción y ahora está en el turismo afectada por otra. Hay gente de 35 años que ha encadenado dos crisis. Creo que no se pueden poner parches de oportunidades para que esas personas pongan ventanas y luego en dos años, vuelvan a tener un problema. Lo que hay que hacer es quitar los parches. Todos participamos en la economía global y todas las personas tienen oportunidades a nivel global. El objetivo con los fondos debería ser dejar de invertir tanto en cosas e invertirlo en personas.
Dentro de la formación, usted reclama destinar dinero a las universidades. ¿Cómo las reformaría?
Las universidades tienen problemas graves de gobernanza y funcionamiento. El Gobierno no ha planteado una reforma para ellas. Todas las economías modernas dan prioridad absoluta a este tema. ¿Cómo podríamos ayudar con los fondos? Por ejemplo, empleando 1.000 millones de euros para atraer talento e incorporar 400 profesores al año; proporcionando a las universidades extranjeras programas como la Ramón y Cajal para incorporar el talento que permita revolucionar por completo las universidades españolas.
La pandemia ha agrandado la brecha educativa entre los más pequeños...
Un Gobierno que se dice progresista debería dar una prioridad absoluta a las brechas educativas. Las personas que tenían en casa un buen sitio para estudiar con ordenadores, con wifi… no han perdido mucho en este tiempo, pero las que no lo tenían sí. Para poder luchar contra esta brecha hay que gastar en tutorías digitales. Es algo que se ha hecho en Inglaterra.
Un Gobierno que se dice progresista debería dar una prioridad absoluta a las brechas educativas
¿Cómo podemos fomentar la innovación?
El mecanismo es la universidad con un sistema de incentivos que haga que los que más innovan, los que más publicaciones internacionales tienen, perciban más. Es un sistema fácil de crear. Ya tenemos un programa de sexenios y se trata de ir mejorando estos sistemas para que la universidad sea innovadora.
¿Nos estamos olvidando de las pymes en el Plan de Recuperación?
Este es el gran error que se puede detectar ya. Estamos hablando de estos planes estratégicos y no se están adecuando canales para que todas las empresas, incluidas las pequeñas, puedan tener acceso a las ayudas de los fondos europeos. Espero que a medida que transcurra el tiempo el Gobierno ponga en marcha programas para pymes.
No se están adecuando canales para que todas las empresas, incluidas las pequeñas, puedan tener acceso a las ayudas de los fondos
¿Tiene alguna propuesta concreta para ello?
Me gusta el plan francés que consiste en que hay una web en la que las empresas que necesitan ayudas para digitalizarse tienen información, ven consultores, acceden a préstamos… Las empresas reciben un bono para comprar servicios en esa web y allí obtienen un diagnóstico… Se lo he propuesto a la Secretaría de Estado.
Un punto importante en el que hay que acometer reformas es en pensiones. Aquí todo lo que se haga será impopular porque se trata de rebajar gasto...
El Pacto de Toledo se hizo con la idea de que el debate de las pensiones saliera de la contienda política, pero al final ha servido para que no se pueda hacer nada para mejorar la sostenibilidad de las pensiones porque termina siendo una reproducción del mismo debate político.
El Pacto de Toledo ha servido para que no se pueda hacer nada porque termina siendo una reproducción del debate político
La realidad es que los baby boomers se van a jubilar y el Gobierno no tiene ningún plan para que cuando empiecen estas oleadas de jubilación en los próximos cinco o seis años, el sistema sea solvente. Hay que garantizar la sostenibilidad para evitar tener un problema grave.
Y en el mercado laboral, ¿habrá valentía política para abordar una reforma y mantener lo que haya que mantener de la de 2012?
Tenemos un problema porque el Gobierno ha venido la idea de que la reforma de 2012 es terrible, cuando la realidad es que en la práctica, en muchos aspectos, mejoró una negociación colectiva que no funcionaba. A esa reforma le faltó una cosa clave: luchar contra la precariedad laboral, contra los 'contratos basura'… Eso requiere un cambio que es el contrato único que asegure que no haya ventajas que discriminen a trabajadores temporales o indefinidos, de manera que el mercado laboral funcione bien para todos.
La polarización política, ¿tiene un coste económico?
Sí, lo tiene. La polarización evita los grandes acuerdos y hace que todo sea parte de un juego político: las pensiones, el sistema de bienestar... Al final, si todo tiene un fondo político las decisiones necesarias no se pueden tomar. Y lo vemos en España con la parálisis y el partidismo en la Educación que es el ingrediente más importante para la economía. Los países que crecen son los que tienen buenos resultados educativos. La Educación en España se ha vuelto a someter a una reforma de partido, lo cual quiere decir que cuando vengan los otros harán una contrarreforma. Esto daña a nuestra sociedad y la economía. La polarización tiene un coste enorme.
La Educación es el ingrediente más importante para la economía
Para la reforma fiscal también se ha creado otro grupo de expertos con un claro sesgo a la izquierda...
No intentamos buscar soluciones para los problemas del medio plazo. Cuando Holanda se enfrentó a una crisis del Estado de bienestar muy profunda hizo reformas consensuadas en los años 90. Otros países buscan consensuar estas reformas y el sistema fiscal español está lleno de agujeros porque cuando cada uno llega va a haciendo favores a los suyos y al final, los que pagan de más son los ciudadanos.
¿Debemos mirar a otros países que se han puesto en manos de economistas de consenso?
En Holanda existe la 'Oficina Central del Plan' que tiene la obligación de poner coste a todos los programas de los partidos políticos. Esto asegura que el debate político no es mentiroso. Hay unos datos de los que todos partimos.
La recuperación económica se ha retrasado frente a lo que estaba previsto. ¿Llegará después de verano?
El rebote depende estrictamente de las vacunas. Si conseguimos vacunar, cambia todo de un día para otro. Ya hay reservas para el mes de agosto en Málaga o Asturias, pero si el Reino Unido impusiera cuarentenas en verano se cancelarían. Si conseguimos estar vacunados, va a ser un verano inolvidable. Esto van a ser los locos años 20. Estamos todos desesperados por salir a la calle y disfrutar. Hay que hacer las cosas de forma más ágil.
Si conseguimos estar vacunados, va a ser un verano inolvidable. Esto van a ser los locos años 20
En la vacunación, la Comisión Europea no ha sido ágil...
No. La Unión Europea no ha ayudado. Hay mucho miedo en Europa a los antivacunas y eso obliga a ser excesivamente cauto. La EMA siempre ha sido la última en pronunciarse, los contratos han tardado... Europa ha estado lenta.
Cuando hablamos del 'Plan de Recuperación', hablamos de futuro, pero ¿qué se debe hacer a corto plazo?
Ayudas directas urgentes. El Gobierno puso en marcha el 12 de marzo el paquete de ayudas para autónomos y pymes, el día 25 dio la orden para repartirlo, pero hasta el 16 de abril el Ministerio no remitió a las comunidades autónomas los convenios… Estamos seis o siete meses por detrás de otros países europeos en dar estas ayudas.
Estamos seis o siete meses por detrás de otros países europeos en dar ayudas directas
¿Hay preocupación en la Comisión Europea por el 'caso Plus Ultra'?
Sí. Hay preocupación por estas ayudas y la Comisión está interesada en ello.
¿Que la justicia española investigue el caso es positivo?
Es muy positivo. Si la Comisión Europea, la Justicia española, todos, damos un toque al principio del proceso diciendo"cuidadito", pues antes de firmar papeles, los altos cargos, los ministros… van a tener cuidado. Si estas cosas pasan y no se entera nadie, habría pufos. Es el momento clave para evitar futuros escándalos con el reparto de los fondos.
Otros rescates, como el de Air Europa, han suscitado sus dudas. ¿Recuperaremos las ayudas entregadas por el Fondo de apoyo a la solvencia?
Hay muchos casos que nos deben preocupar. Abengoa es una empresa que estaba en quiebra, también hay dudas con Duro Felguera... Ahora ha habido un parón en la SEPI.
Vamos a dar una oportunidad a la paz, al diálogo y a la negociación. Si eso fracasara veremos qué hay que hacer
¿Debemos preocuparnos por el déficit?
Sí, ahora hay que gastar, pero hay que dar la seguridad a los mercados de que haremos una consolidación fiscal.
¿Necesitamos un cambio cultural para abordar la modernización de nuestra economía?
Los españoles somos muy innovadores. Se ve en el mundo de la cocina, en áreas como la restauración se produce innovación. El problema es cuando hay un área burocrática como es la administración.