Así es la estrategia de la UE para reducir su dependencia en productos esenciales al paso de la Covid
Bruselas quiere promover nuevas alianzas industriales en sectores como las lanzaderas espaciales o los aviones de cero emisiones.
6 mayo, 2021 02:47Noticias relacionadas
La doctrina económica hasta ahora dominante en Bruselas sostiene que la apertura al comercio y la inversión es una fuerza y un motor de crecimiento y resiliencia para la UE, por su condición de potencia importadora y exportadora. Sin embargo, la crisis de la Covid-19 lo ha cambiado todo. La pandemia ha roto las cadenas de suministro mundiales y ha provocado problemas de abastecimiento en Europa en sectores vitales, como la sanidad. Más recientemente, la industria automovilística comunitaria ha sufrido también por la escasez de semiconductores.
Esta vulnerabilidad extrema de la UE por su gran dependencia del exterior para productos esenciales ha pillado por sorpresa a los líderes comunitarios. Y les ha obligado a virar desde la política de apertura comercial sin límites hacia una mayor autonomía estratégica. Un giro que afecta particularmente a la estrategia industrial promovida por la Comisión de Ursula von der Leyen. La presidenta presentó a bombo y platillo su plan hace apenas un año y ahora se ve obligada a "actualizarlo".
El objetivo central de esta actualización, que se ha presentado este miércoles, consiste precisamente en hacer frente a las dependencias estratégicas de la UE. A petición de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27, el equipo de Von der Leyen ha realizado un análisis ascendente basado en los datos comerciales, que proporciona los primeros elementos para el debate.
De los 5.200 artículos importados, el estudio identifica un total de 137 productos (que representan el 6% del valor total de las importaciones de mercancías) en los que la UE es altamente dependiente del exterior. En particular, en las industrias de gran consumo energético (como las materias primas que emplean) y los ecosistemas sanitarios (como los ingredientes farmacéuticos).
Alrededor de la mitad de las importaciones de estos productos de los que la UE tiene dependencia proceden de China. El resto tienen su origen en Vietnam (11%), Brasil (5%), Singapur y Corea del Sur (4% cada uno) y Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Rusia (3% cada uno).
"En la mayoría de estos productos, la propia industria es la que está en mejor posición para reducir las dependencias, por ejemplo, mediante la diversificación de proveedores. Sé que nuestros dirigentes empresariales tienen esta cuestión en su radar", sostiene el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
Autonomía estratégica abierta
Sin embargo, dentro este grupo hay 34 productos (que representan el 0,6% del valor total de las importaciones de mercancías de la UE) para los que la vulnerabilidad es extrema, dado que es muy difícil diversificar el suministro o sustituirlos con producción dentro de la UE.
De ellos, 22 se clasifican como materias primas y bienes intermedios: por ejemplo, algunos ingredientes farmacéuticos activos, como los alcaloides o los compuestos heterocíclicos; y algunas ferroaleaciones empleadas en la fabricación de aceros, como el ferro-volframio y ferroniobio. Los otros 12 son productos finales: por ejemplo, turbohélices, partes de prendas de protección para la Covid-19, tipos de receptores de radiodifusión o algunos tipos de medicamentos.
¿Cómo reducir esta situación de dependencia? Bruselas descarta por completo la solución más extrema: relocalizar en la UE todas las industrias esenciales. "Necesitamos lograr un equilibrio cuidadoso. Un equilibrio entre fortalecer nuestra propia capacidad en áreas estratégicas y al mismo tiempo garantizar que la UE refuerce su posición en las cadenas de suministro mundiales mediante la diversificación del comercio exterior y la cooperación con nuestros socios internacionales. En eso consiste la autonomía estratégica abierta", defiende la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
La gran herramienta que fomenta Bruselas para resolver este problema es la puesta en marcha de alianzas industriales en ámbitos estratégicos, que atraigan a los inversores privados e incluyan también a empresas emergentes y pymes. El Ejecutivo comunitario prepara ya la puesta en marcha de la Alianza sobre tecnologías de procesadores y semiconductores y la Alianza para los datos industriales y la nube.
Además, está considerando iniciar también una Alianza de lanzaderas espaciales y otra Alianza para la aviación con emisiones cero. Finalmente, la Comisión seguirá apoyando los esfuerzos de los Estados miembros para poner en común recursos públicos a través de los denominados 'proyectos importantes de interés común europeo', en ámbitos como la microelectrónica o las baterías. Y anima a los Gobiernos a invertir dinero de sus planes de recuperación en estos sectores estratégicos.