Bruselas

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha rebajado este jueves al 4,2% el crecimiento de la eurozona en 2022 -cuatro décimas menos de lo que había calculado en septiembre- debido al impacto de la nueva ola de contagios de Covid-19 y de los altos precios de la energía. Al mismo tiempo, Lagarde prevé que la inflación se dispare hasta el 3,2% de media el año que viene.

Pese a estas cifras, Lagarde todavía cree que el nivel de precios empezará a bajar a finales de 2022 y volverá a situarse por debajo del objetivo del 2% tanto en 2023 como en 2024. Por todo ello, el BCE considera que todavía es necesario mantener los estímulos monetarios para apuntalar la recuperación y alcanzar el 2% de forma sostenible. De hecho, el Consejo de Gobierno ha aprobado reducir progresivamente la compra de deuda, aunque un ritmo muy lento, pero ha descartado subir tipos en 2022.

"Para hacer frente a la actual ola pandémica, algunos países de la zona del euro han vuelto a introducir medidas de contención más estrictas. Esto podría retrasar la recuperación, especialmente en viajes, turismo, hotelería y entretenimiento", avisado la presidenta del BCE.

Además, la pandemia está afectando a la confianza de los consumidores y las empresas y la propagación de nuevas variantes del virus, como ómicron, provoca "una incertidumbre adicional". A todo ello se suma el aumento del precio de la energía, que representa "un obstáculo para el consumo". También los cuellos de botella en la cadena de suministros global ralentizan el rebote tras la pandemia, según Lagarde.

Teniendo en cuenta todos estos factores, el BCE espera un crecimiento en la eurozona del 5,1% este año, que se reducirá al 4,2% en 2022, al 2,9% en 2023 y al 1,6% en 2024.

La inflación subió hasta el 4,9% en la eurozona en noviembre, su nivel más alto desde la creación del euro. Lagarde espera que continúe por encima del 2% durante la mayor parte de 2022, aunque empezará a caer a lo largo del año que viene. El BCE atribuye el actual repunte inflacionista a la fuerte subida de los precios de carburantes, gas y electricidad. Además, la demanda desatada por la recuperación continua superando a la oferta en algunos sectores.

"Existe incertidumbre sobre cuánto tiempo llevará resolver estos problemas. Pero, en el transcurso de 2022, esperamos que los precios de la energía se estabilicen, que los patrones de consumo se normalicen y que disminuyan las presiones sobre los precios derivadas de los cuellos de botella de la oferta mundial", sostiene Lagarde.

El BCE calcula que la inflación se situará de media en el 2,6% en 2021, se disparará al 3,2% en 2022 -1,5 puntos porcentuales más de lo previsto en septiembre- y bajará al 1,8% tanto en 2023 como en 2024. La inflación subyacente (que excluye el precio de los alimentos y la energía) alcanzará el 1,4% este año, el 1,9% en 2022, el 1,7% en 2023 y el 1,8% en 2024. 

"En resumen, la economía de la zona del euro sigue recuperándose, a pesar de una ralentización a corto plazo. El fuerte aumento de los precios de la energía y una demanda que supera la oferta limitada en algunos sectores están impulsando la inflación. La inflación se mantendrá por encima de nuestro objetivo durante la mayor parte de 2022, pero es probable que disminuya durante el próximo año", ha subrayado la presidenta del BCE.

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