La inflación alarga su galopante ascenso en EEUU. El coste de la vida en la primera economía del mundo se disparó en enero hasta el 7,5%, lo que supone la tasa más alta de los últimos cuarenta años. Tal y como ha venido ocurriendo en meses anteriores se cumplen las previsiones de los economistas y el banco federal está más que preparado para echarle el freno. Además, el IPC al otro lado del Atlántico lleva ya ocho meses consecutivos por encima del 5%.
El avance en tasa intermensual esta vez se queda en el 06%,igual que hace un mes y una décima más de lo esperado por los analistas, según ha publicado este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales del Gobierno de EEUU.
Como ya viene siendo habitual, la tasa que ha visto la luz se coloca más de tres veces por encima del objetivo del 2% que tiene la Reserva Federal de EEUU (Fed). Sin embargo, la institución ya ha mostrado por boca de su presidente, Jerome Powell, su disposición a subir los tipos de interés tan pronto como el próximo mes de marzo.
Tasa subyacente
Ni siquiera en tasa subyacente, más vigilada por las instituciones financieras, el incremento pierde fuerza. En tasa intermensual se alcanza un engorde del 0,6% al eliminar los efectos de los alimentos y la energía en la cesta de la compra.
Si la referencia es para los últimos 12 meses, la subida es del 6% frente al 5,5% de hace un mes. Su tasa más alta en este caso desde hace 31 años. Y, por si quedaban dudas sobre la magnitud de esta cifra, cabe mencionar que en la década anterior al estallido de la pandemia esta inflación subyacente promedió en torno al 1,5%.
En este sentido, los economistas destacan que esta nueva marca de inflación sigue apoyada por una fuerte demanda interna y la permanencia de problemas de suministro en algunos bienes. Tanto es así que se apunta a los datos de compraventa de vehículos, usados tradicionalmente como termómetro de la salud de la primera economía.
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