Bruselas

El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para una subida de tipos de interés ya en el mes de julio. Sería el primer incremento del precio del dinero en 11 años y se produciría en plena crisis por la guerra de Ucrania. Pese al impacto negativo del conflicto sobre el crecimiento en la eurozona, al BCE le preocupa todavía más el descontrol de la inflación, que en marzo volvió a marcar un récord histórico del 7,4%, una cifra que cuadruplica el objetivo del 2% asociado a la estabilidad de precios.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, es uno de los miembros del Consejo de Gobierno que apuntan a una subida de tipos en julio. Guindos defiende poner fin al programa de compra de deuda pública de los países de la eurozona en julio, lo que despejaría el camino para un incremento del precio del dinero inmediatamente después.

"Para la primera subida de tipos, tendremos que ver nuestras proyecciones (económicas), los diferentes escenarios", ha explicado Guindos en una entrevista con Bloomberg. "Pero desde la perspectiva de hoy, julio es posible y septiembre, o más tarde, también es posible. Examinaremos los datos y sólo después decidiremos", asegura el exministro de Economía español.

El Consejo de Gobierno se vuelve a reunir el 9 de junio y para entonces contará con previsiones actualizadas de inflación y crecimiento. En su anterior encuentro celebrado la semana pasada, Christine Lagarde ya anunció que el BCE dejará de comprar deuda pública durante el tercer trimestre del año, aunque eludió poner una fecha concreta. Tampoco desveló cuándo empezarán a subir los tipos. Podría ser semanas o meses después, se limitó a señalar.

Sin embargo, en los últimos días crecen las voces que apuestan por una actuación inmediata ya en julio. "Si empezamos a observar un desanclaje de las expectativas de inflación y efectos de segunda ronda (sobre los salarios), esto va a ser un elemento clave para el futuro de la política monetaria", explica Guindos. La presidenta ya ha admitido que empieza a haber señales de que las expectativas de inflación a medio y largo plazo superan también el objetivo del 2%.

El gobernador del Banco de Bélgica, Pierre Wunsch, también sitúa la primera subida de tipos en julio. En una entrevista a Bloomberg, Wunsch sostiene que los tipos podrían volver a territorio positivo (el tipo de la facilidad de depósito que pagan los bancos por aparcar sus fondos en Fráncfort está en el -0,5%) antes de fin de año. Los mercados han interpretado de estas palabras que habrá tres subidas de un cuarto de punto en 2022.

Otros miembros del Consejo de Gobierno que apuestan por empezar a subir los tipos en julio son el letón Martins Kazaks o el alemán Joachim Nagel. 

Guindos admite que la guerra en Ucrania provocará que la inflación siga alta el resto del año y supondrá un lastre para el crecimiento. Pero de momento descarta tanto una recaída en la recesión como una trampa de estanflación: economía al ralentí y precios descontrolados. "Si definimos la estanflación como un crecimiento anual negativo con inflación muy alta, incluso en el escenario más grave, no vemos estanflación", sostiene el vicepresidente del BCE. 

¿Le preocupa al BCE que las primas de riesgo de los países más endeudados, como Italia, España o Grecia, se disparen una vez que concluya el programa de compra de deuda pública? "Hasta ahora no hemos visto fragmentación en los mercados financieros. Hemos visto una pequeña ampliación de las primas de riesgo de Italia, España o Portugal. Pero esto no es una fragmentación como la que tuvimos en 2010-2012. Es totalmente diferente. Y eso a pesar de que estamos normalizando la política monetaria", responde Guindos.

La semana pasada, Lagarde anunció que el BCE prepara un nuevo instrumento anticrisis por si las primas de riesgo aumentan como consecuencia de la guerra de Ucrania. Su número dos no ha querido dar más detalles más allá de afirmar que "hasta ahora, en el Consejo de Gobierno, no hemos discutido ningún nuevo programa antifragmentación en detalle".

Guindos sostiene que "cualquier decisión que se tome para limitar la fragmentación no debe interferir con nuestra posición de política monetaria". Es decir, que el BCE podría subir tipos y al mismo tiempo reactivar la compra de deuda pública si se descontrolan las primas de riesgo.

En todo caso, el vicepresidente del BCE asegura que son los Gobiernos nacionales los que deben poner en marcha ajustes presupuestarios y reformas para evitar una nueva crisis de deuda. "La política monetaria puede hacer algo, pero para minimizar el riesgo potencial de fragmentación se necesitan reformas estructurales y sostenibilidad fiscal a largo plazo", señala Guindos.

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