Los ministros de Finanzas de la eurozona han respaldado este lunes la decisión de Bruselas de mantener en suspenso un año más -hasta 2024- el Pacto de Estabilidad, la norma comunitaria que obliga a reducir el déficit y la deuda pública. Sin embargo, tanto la Comisión Europea como Alemania o los países 'frugales' han avisado de que la prórroga de la 'cláusula de escape' no es una carta blanca para seguir disparando el gasto público sin límites. El apoyo a hogares y empresas debe ser temporal y selectivo.
Por su parte, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha reclamado acelerar la reforma del Pacto de Estabilidad y completarla antes que que vuelva a aplicarse. A su juicio, las reglas fiscales vigentes "no responden a las necesidades actuales ni futuras de la UE" en materia de inversión. España y Holanda han presentado una propuesta conjunta para relajar las normas en materia de deuda, pero el debate en Bruselas está estancado.
El Ejecutivo comunitario suspendió el Pacto de Estabilidad -que fija un límite del 3% para el déficit público y del 60% para la deuda- en marzo de 2020, nada más estallar la pandemia. El objetivo era dar barra libre a los Gobiernos para disparar el gasto público en respuesta a la pandemia. Una vez superada la fase de emergencia económica, Bruselas había anunciado que las reglas fiscales volverían a aplicarse en 2023. Pero la invasión de Rusia a Ucrania ha obligado a cambiar de planes.
"Nos enfrentamos a un aumento de la incertidumbre y a fuertes riesgos a la baja para las previsiones, por lo que proponemos mantener la 'cláusula de escape' en 2023 y desactivarla a partir de 2024. Esto proporcionará el margen para que las políticas presupuestarias nacionales reaccionen rápidamente cuando sea necesario", ha explicado el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
Medidas selectivas
"Pero esto no significa una barra libre. Dado que el crecimiento sigue siendo positivo y la inflación es alta, no está justificado mantener un estímulo fiscal de base amplia para la economía en 2023", ha resaltado Dombrovskis. De hecho, Bruselas recomienda a los Estados miembros políticas presupuestarias "prudentes": en lugar de un manguerazo general para la economía, medidas selectivas y temporales para los hogares y empresas más vulnerables o más golpeados por la guerra.
"Con la elevada incertidumbre en nuestras economías, el aumento de los precios de la energía y de los carburantes, los problemas en las cadenas de suministro y, por supuesto, la guerra en Ucrania, todavía no lo hemos conseguido", ha argumentado el ministro de Finanzas de Bélgica, Vincent van Peteghem.
"Es bueno que la Comisión haya propuesto prolongar la 'cláusula de escape' hasta finales de 2023. Todavía necesitamos apoyar a nuestras empresas y a nuestros ciudadanos. No con medidas generales, sino con medidas más selectivas", ha insistido.
"Es positivo que se extienda un año más esa 'cláusula de escape', por cuanto no se entendería que, en un momento de tan alta incertidumbre como en el que nos encontramos, se volviesen a aplicar tal cual unas reglas que tienen que ser revisadas", coincide la vicepresidenta Calviño.
En contraste, la ministra de Finanzas de Holanda, Sigrid Kaag, que lidera el club de los 'frugales', ha puesto el énfasis en que "la posibilidad de gastar más no significa que esto deba hacerse". "También debe garantizarse la sostenibilidad de la deuda y la reducción de la deuda de una forma transparente y clara", ha agregado.
Combatir la inflación
En la misma línea se ha expresado su homólogo alemán, Christian Lindner, que ha adelantado que Berlín no hará uso de la 'cláusula de escape' y reactivará ya el año que viene el "freno de la deuda". "Mi consejo para los demás Estados miembros es que, como en el caso de Alemania, la consolidación presupuestaria es nuestra contribución a la lucha contra la inflación", ha defendido.
"Incluso si se amplía la cláusula de escape, eso no significa que se tenga que hacer uso de esta opción. La prioridad es combatir la inflación. Y para eso tenemos que salir de la política presupuestaria expansiva, de la deuda, para darle al Banco Central espacio para combatir la inflación con sus propios recursos", ha indicado Lindner.
De hecho, el Ejecutivo comunitario ha formulando unas recomendaciones fiscales diferenciadas en dos grandes grupos de países. A los Estados miembros con un alto nivel de deuda -como España, Italia o Grecia- les pide que el crecimiento del gasto corriente no supere su potencial de crecimiento a medio plazo. Para los que tienen la deuda bajo control, el gasto corriente debe ser compatible con una política fiscal neutra.
Calviño asegura que la recomendación de Bruselas para España "está absolutamente alineada con la senda de reducción del déficit y de la deuda pública" que ha planteado el Gobierno de Pedro Sánchez. Una estrategia que prevé situar el desfase presupuestario por debajo del 3% en 2025 y reducir la deuda al 110% del PIB durante el mismo periodo.
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