La economía ya va dando muestras de la temida desaceleración, como reflejan los datos del gasto con tarjeta. En plena lluvia de revisiones de proyecciones macroeconómicas para final de año y todo 2023, el consumo privado comenzó a ralentizarse en el tercer trimestre, anticipándose al frenazo económico que desde todas las instancias se espera para los próximos meses.
La actividad de las tarjetas españolas creció un 12% en el tercer trimestre en comparación con las mismas fechas de 2019, de acuerdo con los últimos datos de CaixaBank Research. Pese al avance en comparación con el año previo a la pandemia, el valor representa una ralentización respecto al trimestre anterior (+13%), algo que sus expertos achacan al impacto de la elevada inflación.
Este ligero retroceso, que anticipa ya el frenazo del consumo privado en los próximos trimestres, se explica principalmente por un menor dinamismo del gasto online, que creció 10 puntos porcentuales menos que en el trimestre anterior.
En el gasto presencial también se observó una ralentización en el tercer trimestre, con una desaceleración en el segmento minorista, uno de los que habitualmente se ve más afectado por los cambios en la confianza del consumidor.
En la misma línea, el gasto en transporte fue negativo durante los meses de agosto y septiembre, al tiempo que el correspondiente a la alimentación se mantuvo estable.
Por el contrario, gracias a la recuperación de la movilidad internacional que se ha producido al dejar atrás las restricciones de la pandemia, el gasto de extranjeros fue mejor en el tercer trimestre (+26% respecto a 2019) que en el segundo (+15%).
"Debido a que la inflación ha ido en aumento, estos datos apuntan a un debilitamiento del consumo en términos reales en el tercer trimestre de 2022 en relación con el trimestre anterior", explican los analistas de CaixaBank Research.
Los tipos frenarán el consumo
De cara al futuro esta tendencia continuará y, de hecho, se acelerará por el efecto de la aún elevada inflación y la subida de los tipos de interés. Según pronostican los economistas de BBVA Research, este último elemento será el responsable de restar en torno a 2,2 puntos porcentuales al consumo privado. Todo después de que el cuarto trimestre de este año concluya con una reducción del consumo de los hogares de 0,6 puntos porcentuales.
No en vano, el frenazo económico ha hecho que las previsiones de los expertos sobre hasta dónde puede llegar el Banco Central Europeo (BCE) con su normalización de la política monetaria han aumentado 125 puntos básicos desde junio y podrían hacerlo otros 125 puntos básicos antes de final de año, según proyectan desde el servicio de estudios de BBVA.
"No está claro que el BCE tenga que hacer mucho más para controlar la inflación, sobre todo si la debilidad de la actividad económica contribuye a ello", reflexionan estos expertos, pues añaden que, "en todo caso, se espera que el aumento en los tipos de interés lastre el crecimiento de la demanda interna".
En todo caso, la previsión de BBVA Research es que la economía permanezca "prácticamente estancada" durante los próximos trimestres. Creen, incluso, que podría registrarse una recesión técnica de dos trimestres (el último de este año y el primero del próximo), con sendas caídas del 0,3%.
Esta evolución de la economía estará marcada por las sanciones a Rusia, con sus correspondientes cortes de gas y los planes de reducción del consumo energético. Una amenaza que ya estaba presente en pasados trimestres, pero con menor intensidad, y que se suma al crecimiento exacerbado de los precios, que se verá agravado en los próximos meses por el traslado que las empresas están haciendo de sus costes a los precios de sus productos y por las negociaciones salariales que están en marcha, como advierten los expertos de BBVA Research.