La tasa de inflación interanual de Estados Unidos se moderó el pasado mes de septiembre, hasta el 8,2%, debido a la bajada de los precios de la gasolina, que compensó la subida de la vivienda y los alimentos. Este dato refleja un descenso de una décima en comparación con el porcentaje registrado en agosto.
De este modo, el Índice de Precios de Consumo estadounidense registró una moderación por segundo mes consecutivo desde el pico alcanzado en junio -del 9,1%, subida inédita desde 1981.
En términos mensuales, el IPC repuntó un 0,4%, debido principalmente a la subida del 0,8% del índice de los alimentos. Por contra, el índice energético descendió un 2,1% potenciado por la caída de un 4,9% de los precios de la gasolina.
En términos anuales, el indicador de la energía aumentó un 19,8%, es decir, un incremento menor que el 23,8% del registrado en agosto. Por su parte, el índice de alimentos se elevó un 11,2% en el último año.
Además, la tasa subyacente -que excluye del cálculo los precios de la energía y los alimentos frescos por ser los componentes más volátiles- aumentó un 6,6%, frente al 6,3% de agosto. Este dato supone el mayor incremento interanual de la inflación subyacente desde agosto de 1982.
Creación de empleo
Por otro lado, la principal economía del mundo creó 263.000 nuevos puestos de trabajo en septiembre, 52.000 menos que en agosto. De esta forma, la tasa de paro estadounidense se redujo hasta los 5,8 millones.
Según informó la pasada semana la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en agosto se registraron 315.000 nuevas nóminas, muy por debajo del dato de julio (528.000).
Sin embargo, esta cifra ha sido la menor registrada desde diciembre de 2020. En total, la economía estadounidense ha creado empleo durante 21 meses de manera ininterrumpida, aunque en los últimos dos se ha desacelerado.