La tasa de inflación interanual de Estados Unidos se moderó el pasado mes de octubre hasta el 7,7% (antes del ajuste estacional), por debajo de lo estimado por el mercado, lo que supone el menor incremento anual desde el pasado mes de enero, a pesar de la subida de los precios de la gasolina y los alimentos. Este dato refleja un descenso de cinco décimas en comparación con el registro de septiembre (8,2%).
De este modo, el Índice de Precios de Consumo estadounidense registró una moderación por tercer mes consecutivo desde el pico alcanzado en junio del 9,1%, subida inédita desde 1981.
En términos mensuales, el IPC repuntó un 0,4%. Según los datos dados a conocer este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales, el índice de energía creció un 1,8%, dado que el de gasolina y el de electricidad avanzaron, si bien el del gas natural cayó. El índice de alimentos se incrementó un 0,6% en el mes, con los precios de los alimentos y el hogar elevándose un 0,4%.
Además, la tasa subyacente -que excluye del cálculo los precios de la energía y los alimentos frescos por ser los componentes más volátiles- se situó en el 6,3%, frente al 6,6% de septiembre, que fue el mayor incremento interanual de la inflación subyacente desde agosto de 1982.
Esta variable creció un 0,3% en octubre, después de haber hecho lo propio con un 0,6% en septiembre, en parte debido a las subidas mensuales de los precios de la vivienda, nuevos vehículos y cuidado personal. Por su parte, se redujeron los de coches y camiones de segunda mano, sanidad, ropa y billetes de avión.
Unos datos que tendrá muy en cuenta la Reserva Federal, que tiene el objetivo de que la inflación se sitúe en el entorno del 2%. Por el momento, ha subido ya los tipos de interés hasta el 4%, en niveles previos a la crisis financiera de 2008, en los últimos siete meses.