Este dato supone que entre el verano de 2021 y el de 2022 se consumieron unos 14.000 millones de euros de este ahorro forzoso, lo que equivale más o menos a una décima parte del total, según se desprende de los datos aportados por BBVA Research en sus informes Situación España.

En el último, publicado el pasado jueves, se explica que a mediados de 2022, cuando las familias ya habían hecho frente al embate de meses de elevada inflación, pero antes de que esta tocara el máximo, esta bolsa de ahorro aún alcanzaba los 130.000 millones. Un año antes este colchón era de 144.000 millones.

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En ese momento la inflación estaba tocando sus niveles máximos. Más concretamente, el crecimiento de los precios alcanzó el pico en julio al elevarse hasta el 10,8% y después de haber llegado al 10,2% en junio. Entonces comenzó su descenso hasta llegar al 6,8% el pasado noviembre.

A pesar de esta elevada inflación, los españoles no habían consumido a mediados de año todo el ahorro forzoso que acumularon durante la pandemia. Con este nombre se conoce al dinero que las familias españolas ahorraron al no poder gastar en determinadas actividades tras la llegada de la Covid-19 por las restricciones sanitarias, como ocio, restauración o transporte.

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Se trata, principalmente, de recursos concentrados en las clases medias y altas, que son las que cuentan con mayor renta y contratos fijos y, además, trabajaban mayoritariamente en sectores que se vieron menos afectados por las restricciones de la pandemia.

Una partida que llegó a ser tan importante que el Banco de España cifró este ahorro forzoso en el 2,5% del PIB. Desde que la inflación comenzó su fase desorbitada siempre se ha creído que los españoles tirarían de este ahorro para mantener el consumo, si bien no se han deshecho de todo o, por lo menos, no lo habían hecho hasta el segundo trimestre de este año.

Consumo o inversión

Ahora los expertos de BBVA Research consideran que este ahorro acumulado durante la pandemia "permitirá a algunas familias mantener el consumo o invertir" en un contexto de elevada inflación y compensará parte de la pérdida de poder adquisitivo, según recogen en su último informe Situación España.

Una situación que se apuntala con el hecho de que se ha producido un repunte de las amortizaciones de hipotecas, lo cual "ayudará a reducir el impacto del alza en el coste del dinero". Todo en un contexto en el que las hipotecas fijas son cada vez más comunes (por lo que el impacto de los tipos de interés está limitado) y que las familias han protagonizado desde la pasada crisis un fuerte desapalancamiento.

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Aunque es pronto para concluirlo a falta de datos, en esta segunda mitad del año las familias podrían estar utilizando ya para consumir este ahorro forzoso, que llevó a la tasa de ahorro a marcar máximos en España y en el resto de Europa en 2020 en el contexto de la pandemia.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de ahorro de los hogares se situó al cierre del año en el 17,5%, lo que supone el mayor nivel registrado en la serie del INE, que se remonta a 1999. En 2021 cerró en el 13,5%.

Por el momento, aunque los datos del gasto con tarjeta hablan de una ralentización del consumo, lo cierto es que tanto BBVA Research como el Banco de España están anticipando que el último trimestre del año va bien y podría cerrar estancado o con un ligero crecimiento. Las familias están logrando capear el temporal.