Bruselas

No habrá un desplome económico invernal en la eurozona. Al menos este es el escenario central que se maneja ahora mismo en Bruselas, aunque todas las fuentes consultadas avisan de que persiste un alto grado de incertidumbre. Si a finales de 2022 se daba por descontada una recesión a la vuelta del año (definida como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo) por el impacto de la guerra en Ucrania y la crisis energética, los últimos datos disponibles dibujan un panorama mucho más alentador.

La tasa de inflación parece haber tocado techo y registra ya dos meses seguidos de bajadas, aunque sigue a un nivel muy alto del 9,2%. Los precios del gas natural han vuelto a los niveles previos a la guerra en Ucrania y las reservas de todos los Estados miembros están en máximos gracias a las temperaturas inusualmente altas de las últimas semanas. Y el mercado laboral sigue exhibiendo una gran resiliencia, con el paro en un mínimo histórico del 6,5%.

Todos estos indicadores positivos hacen que los ministros de Economía de la eurozona encaren el nuevo año con mayor optimismo. Y así lo pondrán de relieve en su reunión del próximo lunes 16 de enero, la primera de 2023. "Estamos viviendo una ralentización de la actividad económica que dará paso a una recuperación gradual a medida que avance el año. No está claro que esta ralentización acabe en recesión. Puede que evitemos la recesión. Y si al final hay recesión será leve", asegura un alto funcionario del Eurogrupo.

[El paro de la eurozona se mantiene en el mínimo histórico del 6,5%, con España como líder con un 12,4%]

En sus últimas previsiones de noviembre, la Comisión Europea empeoró el crecimiento hasta apenas un 0,3% este año tanto en la eurozona como en la UE (frente al 3,2% y 3,3%, respectivamente, en 2022). Y pronosticó que la mayoría de Estados miembros sufrirían una recesión en invierno. España era una de las excepciones, aunque también se le recortó el crecimiento hasta el 1%. Pero ahora ni Bruselas ni el Fondo Monetario Internacional (FMI), que presentará el lunes su informe sobre la eurozona, prevén más rebajas.

"En general, los datos económicos están saliendo mejor de lo esperado. Aún podríamos ver una pequeña caída de PIB, pero la diferencia entre caer una décima o dos o crecer una décima o dos es muy pequeña, más allá de que la palabra recesión acapare siempre tantos titulares", explica a este periódico Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics.

No habrá debacle

"Lo que sí es cada vez más evidente es que los que esperaban una debacle económica en Europa en invierno se van a equivocar, en parte por la fortuna de que el clima está ayudando, pero también por una respuesta de política energética acertada y una resiliencia remarcable del sector industrial", apunta Talavera.

El resultado es que tanto la Comisión Europea como el FMI consideran que "la inflación es ahora un riesgo más grave que la recesión", según las fuentes consultadas. Pese a los dos meses seguidos de moderación de precios, la inflación subyacente aún no ha tocado techo, ya que subió del 5% en noviembre al 5,2% en diciembre. El BCE no descarta algún nuevo repunte en enero y febrero por las actualizaciones salariales, aunque pronostica que los precios volverán a caer en marzo.

Aún así, la tasa de inflación todavía está muy lejos del objetivo del 2% que marca la institución dirigida por Christine Lagarde. Y los crecientes problemas de falta de mano de obra aumentan el riesgo de una espiral inflacionista de precios y salarios. La gran paradoja es que la resiliencia económica de la eurozona da al BCE la cobertura perfecta para seguir subiendo los tipos de interés de forma agresiva. 

Este es el mensaje que han repetido en los últimos días varios miembros del Consejo de Gobierno. Tanto el finlandés Olli Rehn como el español Pablo Hernández de Cos han dicho que los tipos de interés seguirán subiendo "significativamente" a un ritmo "sostenido" en las próximas reuniones. La única voz discrepante es la del portugués Mario Centeno, que sostiene que el actual ciclo de subidas se acerca a su fin.

Más subidas de tipos

La institución dirigida por Christine Lagarde aumentó los tipos del 0% al 2,5% a una velocidad sin precedentes durante la segunda mitad del año pasado. Para las próximas reuniones de febrero y marzo, los expertos esperan nuevos incrementos de 0,5 puntos cada vez.

En su reunión del lunes, el Eurogrupo volverá a pedir a todos los Gobiernos que pongan fin a las ayudas energéticas generales y las concentren de forma selectiva únicamente en los sectores más golpeados por la crisis. Continuar con una política fiscal expansiva alimenta la inflación y anula los efectos de las subidas de tipos, ha avisado repetidamente Lagarde.

"Las medidas de ayuda adoptadas hasta ahora no han sido selectivas y se basan en los precios. Eso genera problemas para la inflación, para las finanzas públicas y para el objetivo de reducir la demanda de energía", explica el alto funcionario del Eurogrupo.

Los ministros estudiarán dos modelos muy diferentes: el de Francia y el de Holanda. El Gobierno de Emmanuel Macron empezó con ayudas energéticas a toda la población y ahora las está eliminando y sustituyendo por otras más selectivas. Por su parte, La Haya ha optado por subsidiar un paquete básico de servicios energéticos para hogares y empresas, pero aplica precios de mercado para el consumo que excede este paquete básico.

En este contexto, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, tiene previsto presentar en el Eurogrupo el nuevo paquete de medidas anticrisis aprobado a finales de diciembre, que según el Gobierno cumple los requisitos que recomienda el Eurogrupo.