Estados Unidos vuelve a tocar su techo de endeudamiento, lo que traerá más volatilidad a la primera economía del planeta. El país norteamericano está a punto de toparse con su último límite de endeudamiento fijado, que actualmente asciende a 31,4 billones de dólares (más de 29 billones de euros).
Esto significa que el Gobierno de Joe Biden no podrá pedir prestado más dinero, a menos que el Congreso acepte suspender o modificar el citado tope. Algo que, por otra parte, es lo que habitualmente sucede.
Desde 1960, los políticos estadounidenses se han movido para aumentar, extender o revisar la definición del límite de la deuda hasta en 78 ocasiones, incluidas tres en los últimos seis meses, como recuerdan los expertos citados por la 'BBC'.
Tensiones políticas
Sin embargo, esta vez hay dinámicas algo distintas. Las nuevas tensiones en el Congreso, donde los republicanos recientemente tomaron el control de la Cámara de Representantes y están pidiendo recortes de gastos, han generado preocupaciones en la comunidad inversora de que los políticos se demoren en actuar, lo que podría llevar a EEUU a un incumplimiento o impago intencional de la deuda por primera vez en su historia.
Con todo, el Tesoro de los EEUU tiene herramientas a su alcance para tomar medidas extraordinarias que eviten la catástrofe. Por ejemplo, y tomando como referencia actuaciones pasadas, esto ha incluido pasos como suspender las inversiones que se supone debe hacer en los fondos de salud y jubilación de los empleados federales, para volver a cubrir esos fondos en una fecha posterior.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, estima que las medidas especiales pueden hacer ganar tiempo a EEUU al menos hasta junio, momento en el que el gobierno ya no podrá pagar sus deudas.