Primera evaluación de la inflación estadounidense en 2023. El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos cerró enero en el 6,4% en tasa interanual, una décima por debajo del 6,5% con el que despidió 2022. Esta ha sido, por tanto, la séptima moderación mensual consecutiva.
Desde que la inflación alcanzó el 9,1% en junio de 2022 -niveles no vistos desde 1981-, todos los meses se ha moderado. En julio la tasa se situó en el 8,5%; en agosto, en el 8,3%; en septiembre, en el 8,2%; en octubre, en el 7,7%; en noviembre, en el 7,1%, y en diciembre en el mencionado 6,5%.
Según se desprende de los datos difundidos este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, la tasa de enero ha sido, además, la menos abultada desde diciembre de 2022. En comparación mensual, es decir, enero respecto a diciembre, los precios en Estados Unidos aumentaron un 0,5%, frente a la subida del 0,1% anotada en el último mes de 2022.
[La inflación de Estados Unidos cerró 2022 en el 6,5% tras moderarse durante seis meses]
La tasa interanual subyacente -que excluye del cálculo la energía y los alimentos frescos por su elevada volatilidad- se redujo en enero al 5,6%, respecto al 5,7% de diciembre. En comparación mensual, la tasa se situó en el 0,4%, el mismo dato que el registrado el mes anterior.
Por su parte, los precios de la energía en Estados Unidos se incrementaron un 8,7% interanual, mientras que los de los alimentos aumentaron un 10,1%. En relación al mes anterior, la subida que registraron estas categorías en enero fue del 2% y del 0,5%, respectivamente.
Previsiones de analistas
Las cifras son más altas de lo que esperaban los analistas. Las previsiones apuntaban a que tanto la tasa interanual del IPC de Estados Unidos como la de su subyacente se moderasen nuevamente, hasta el 6,2% en el primer caso y hasta el 5,5% en el segundo.
Los analistas de Bankinter confiaban en que se cumpliesen las expectativas sobre la inflación estadounidense ante el retroceso del índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés).
Exactamente, la medida de inflación preferida por la Fed, alcanzó el 4,4% en tasa anual a finales de diciembre, confirmando su desaceleración desde un máximo del 5,20% registrado a finales de septiembre de 2022.
Los mismos expertos recuerdan que la inflación estadounidense “cae ininterrumpidamente desde julio”, pero señalan que “es determinante que siga haciéndolo hasta el entorno del 5%, porque ese nivel de precios ya sería compatible con tipos de interés entre el 5% y el 5,25%, que es el rango terminal [el máximo en el que los situará la Reserva Federal (Fed) en este ciclo] más probable”.
En combinación con el pleno empleo del que disfruta la economía estadounidense, con una tasa de paro que se sitúa en el 3,4%, “dará como resultado un producto interior bruto (PIB) que probablemente recuperará dinamismo antes de lo esperado” anticipan los mismos expertos.
Desde que en marzo de 2022 la Fed comenzó a elevar los tipos de interés, la subida acumulada es ya de 455 puntos básicos. Lo ha hecho en ocho reuniones consecutivas. En la última cita, celebrada a principios de febrero, el incremento fue de solo 25 puntos básicos, hasta situar las tasas de referencia en el rango de entre el 4,5% y el 4,75%. No se alcanzaba tal nivel desde noviembre de 2007.
El presidente de la institución, Jerome Powell, insistió hace unos días en que si el mercado laboral estadounidense se mantiene muy vigoroso o la inflación persiste en cotas elevadas, "se tendrán que subir los tipos con más rapidez". A pesar de ello, inició en que el proceso de la desinflación ya ha comenzado, aunque este “llevará tiempo”.