Suma y sigue. Los precios de los alimentos siguen subiendo, y no parece que tengan visos de parar a corto plazo. De nada sirven las medidas del Gobierno rebajando el IVA a los productos básicos hasta el 0%, y del 10% al 5% en el caso del aceite de oliva y las pastas. Esto se refleja, por ejemplo, en un producto tan típico de España como es la tortilla de patata, cuya elaboración ha subido en febrero un 2,01%.
Los cálculos elaborados por EL ESPAÑOL-Invertia corresponden a una media ponderada de los distintos elementos que intervienen en su cocina. Desde los ingredientes hasta la electricidad consumida. De este modo, y tras la aplicación de las medidas del Ejecutivo para frenar el alza de los precios, se puede comprobar cómo el carro de la compra sigue subiendo. De hecho, la cesta global subía en febrero un 16,6% respecto al mes de enero.
Si nos centramos en la tortilla de patatas, podemos estimar que la ponderación de los productos necesarios se establecería de la siguiente manera: el aceite supone un 15% de los ingredientes necesarios; la patata un 60%; los huevos un 20% y la energía es el 5%.
Los ingredientes
A partir de ahí hacemos la estimación sobre las subidas que se han producido en febrero respecto al mes de enero, momento en el que comenzaron a aplicarse las medidas del Gobierno. Así, las patatas que necesitamos para elaborar la tortilla se han encarecido un 0,84%; los huevos, un 0,14%; el aceite, un 0,405% y la energía, un 0,63%.
Sumando todas esas ponderaciones obtenemos que en los 28 días del pasado mes la tortilla de patata ha subido un 2,015%; y eso que todos los productos que hemos empleado están con el IVA al 0%, excepto el aceite de oliva que paga un 5%.
Un alza que es todavía mayor si se compara con el coste de un año antes. Elaborando la misma ponderación nos encontramos que el precio se habría incrementado en un 21,57%, teniendo en cuenta que en este caso que la energía juega a nuestro favor pues en el último año su precio global ha bajado un 33%.
Pese a estos datos, el Ejecutivo considera que sus medidas para frenar el avance de la inflación están funcionando y achacan lo ocurrido este mes en la alimentación, sobre todo, en los frescos, a una "reducción de la oferta como consecuencia de unas condiciones desfavorables en España y Europa" que ha provocado "un incremento de precios por el aumento de la demanda internacional".
En términos generales la inflación subió en febrero un 6% respecto al año anterior, lo que supone dos décimas menos de lo anticipado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La subyacente, en cambio, mejoró sólo una décima hasta el 7,6% y sigue estando en niveles récord pese a que España es uno de los países con la inflación más baja de la Unión Europea.
La preocupación, y eso dará alas al lado morado del Gobierno, vuelve a estar en los precios de los alimentos que han subido un 16,6%. Llama la atención, por ejemplo, la subida del pan (13,2%) o de la leche (33%) y los huevos (28%). También la del azúcar, que se incrementa un 52,6%, mientras que la mantequilla hace lo propio en un 39,1%.
Para Comisiones Obreras la rebaja del Gobierno a los alimentos "no tiene efecto" y, por tanto, es necesario "evaluar" las medidas adoptadas para tratar de dar cobertura a las personas que más problemas tienen para cubrir sus necesidades básicas.
Aseguran que este alza de precios es responsabilidad "de los margenes empresariales" y reclaman "subir salarios" para lograr un reparto equilibrado de la riqueza.