Como avanzó Pablo Hernández de Cos en el Observatorio de las Finanzas de EL ESPAÑOL-Invertia, el horizonte para la economía española ha mejorado. El Banco de España ha elevado tres décimas su previsión de crecimiento del PIB, hasta el 1,6%. Y más importante todavía: el pronóstico de inflación ha bajado en 1,2 puntos, hasta el 3,7%.
Sin embargo, y pese a ello, los precios de los alimentos se van a mantener en aumentos históricos, lejos de haber tocado techo. El pico todavía no se ha alcanzado. El Banco de España pronostica un incremento de los precios de estos productos del 12,2% para este año, muy por encima del 7,8% que había previsto en diciembre.
Según explican desde el Banco de España, esto se debe a que las subidas de precio todavía no se han transmitido a toda la cadena de producción de los alimentos, sino que se están subiendo eslabón por eslabón.
Este es el caso de los cereales, cuyas subidas de costes todavía no se estarían aplicando en todo el proceso de producción.
El ente también pone de ejemplo la leche, otro de los producto alimenticios que más han subido en el último año. En este caso, se da un problema de oferta, puesto que se han matado más vacas lecheras de lo previsto en la Unión Europea, reduciéndose la producción de leche para la fabricación de productos lácteos. Con lo cual, se encarece.
Precisamente, en este contexto, el ente eleva la inflación subyacente (la que se calcula sin tener en cuenta el impacto de la energía y de los alimentos) que pasa a ser del 3,9%, cinco décimas más, también por el retraso de la traslación de costes.
Los precios de los alimentos y la subyacente comenzarán a desacelerar solo en la segunda mitad de 2023 y, principalmente, en 2024.
Energía
De hecho, según el Banco de España, la rebaja de la inflación general solo se espera en 2023 por el efecto de los efectos de la energía, que va a motivar que en marzo se quede entre el 3% y el 4%.
Es más: sus analistas avisan de que en 2024 la inflación seguirá prácticamente igual (3,6% anual) que en el actual 2023 (para cuando se prevé, recordemos, un 3,7%) pese a que se vaticina una reducción de los precios de los alimentos y de la subyacente. ¿La causa? Se espera que el Gobierno retire sus medidas sobre los precios energéticos, por lo que espera que el coste de la energía vuelva a subir.
De vuelta al PIB, la mejora de 2023 del crecimiento se debe a los nuevos datos de Contabilidad Nacional del primer trimestre del año y a que las presiones inflacionistas se seguirán reduciendo, con una mayor contribución del sector exterior.
Con todo, en 2024, el Banco de España rebaja al 2,3% el crecimiento del PIB. Un recorte de cuatro décimas que se debe al incremento de los tipos de interés y la depreciación del euro.
Por otro lado, el Banco de España también eleva su previsión de déficit público para este año, dado que considera que parte de la recaudación fiscal (que está en récord histórico) de 2022 no se va a mantener este año. Concretamente, eleva el déficit de este año al 4,6% del PIB, una cifra que, con todo, está por debajo de la previsión del Gobierno, que está en el 5%.