Bruselas mejora hasta el 1,9% su previsión de crecimiento para España este año (cinco décimas más de lo que había calculado en febrero) gracias a la resistencia del mercado laboral, el impacto positivo de los fondos Next Generation, la bajada de los precios de la energía y la recuperación del sector turístico.
No obstante, el Ejecutivo comunitario alerta del posible "impacto adverso" de las subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) en la posición financiera de hogares y empresas debido al "alto nivel de deuda externa, pública y privada", así como de los riesgos para la inflación de las subidas del salario mínimo y del resto de sueldos.
Además, la Comisión avisa de que el Gobierno de Pedro Sánchez incumplirá su propio compromiso de situar el déficit público por debajo del 3% del PIB en 2024, año en el que volverán a entrar en vigor las reglas de disciplina fiscal de la UE, que llevan suspendidas desde el estallido de la pandemia. El desafase presupuestario será del 3,3% por la falta de ajustes y la ralentización de los ingresos tributarios.
Estos son los grandes titulares que dejan las tradicionales previsiones económicas de primavera publicadas este lunes por el Ejecutivo comunitario, que servirán de base para las recomendaciones de política presupuestaria que Bruselas dirigirá a España y al resto de Estados miembros el próximo 24 de mayo.
"En España, la actividad económica, que todavía se está recuperando del bache de la pandemia, se desacelerará este año como en otros países de la UE. Pero la tasa de expansión del 1,9% en 2023 se mantiene muy por encima de la media de la UE, gracias a la puesta en práctica del plan de recuperación y a un mercado laboral muy sólido", ha destacado el comisario de Asuntos Económicos Paolo Gentiloni.
De hecho, la economía española se ralentizará desde el 5,5% de crecimiento en 2022 al 1,9% este año, y volverá a repuntar ligeramente al 2% en 2024. Las previsiones de la Comisión son menos optimistas que las de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que en el programa de estabilidad remitido a Bruselas en abril calculaba un crecimiento del 2,1% en 2023 y del 2,4% en 2024.
Aún así, España crecerá este año más que la media de la eurozona (1,1%) y se sitúa por delante de las grandes potencias del euro: Alemania (que apenas avanza un 0,2%), Francia (0,7%) e Italia (1,2%).
A lo largo del año, el consumo se recuperará de la contracción que sufrió en el último trimestre de 2022 y el primero de 2023 "gracias a la continua resiliencia del mercado de trabajo y al aumento de ingresos reales para los pensionistas y los trabajadores con salario mínimo", dice el informe de Bruselas.
La movilización continuada de los fondos Next Generation "contribuirá a sostener la inversión, especialmente en la construcción no residencial", mientras que la caída de los precios de importación y la relajación de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales favorecerán un repunte de la inversión en equipos tras la fuerte caída en la segunda mitad de 2022.
"La plena recuperación del turismo internacional hasta niveles previos a la pandemia y el efecto positivo sobre la competitividad derivado de unos precios de la energía más bajos de lo esperado mejorarán todavía más el rendimiento del sector exterior", afirma la Comisión.
Este escenario positivo no está libre de peligros, y el más importante es la abrupta subida de los tipos de interés en el último año. "Los riesgos a la baja para estas previsiones tienen que ver con el impacto adverso del endurecimiento de las condiciones financieras en la posición financiera de hogares y empresas, teniendo en cuenta el alto nivel de deuda externa, pública y privada. Además, para los hogares, aunque el grueso de las nuevas hipotecas se conceden con tipos de interés fijos, el saldo vivo sigue concentrado en préstamos a tipo variable", señala informe.
En cuanto al mercado laboral, el Ejecutivo comunitario prevé que la tasa de paro "se mantenga elevada", aunque con una tendencia "ligeramente descendente" desde el 12,9% en 2022 al 12,7% este año y al 12,4% en 2024. España se mantendrá como líder de paro de la UE. Tras la importante caída en términos reales durante 2022, el crecimiento de los salarios se acelerará este año, aunque aún se mantendrá por debajo de la media de inflación anual.
Por su parte, la inflación bajará desde el 8,3% el año pasado al 4% este año y al 2,7% en 2024 gracias sobre todo a la caída de los precios de la energía y a la bajada del IVA en los precios de los alimentos.
"No obstante, el contagio de los precios de la energía y los alimentos a otros bienes y servicios, que se hizo cada vez más visible desde el último trimestre de 2022, provocará que la inflación subyacente se mantenga elevada durante el horizonte de las previsiones. Los riesgos al alza resultantes de un ajuste salarial más rápido, derivados también de la extensión de cláusulas de inflación y el aumento del 8% en el salario mínimo, podrían alimentar una inflación subyacente aún más alta", dice el informe.
En cuanto al déficit público, Bruselas calcula que el coste presupuestario neto de las ayudas energéticas aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez ascenderá al 0,6% del PIB en 2023, en comparación con el 1,6% en 2022.
Los datos disponibles para los primeros meses de 2023 apuntan a una "cierta desaceleración" de los ingresos tributarios, que se espera que continúe a lo largo del año. En el lado del gasto, Bruselas calcula un "crecimiento moderado" en línea con el PIB nominal. En 2023 se eliminarán además por completo las medidas de ayuda por la mandemia, que el año pasado ascendieron al 0,5% del PIB.
Con todo ello, el déficit público se reducirá "pero de forma más gradual que antes", desde el 4,8% del año pasado al 4,1% este año. Bruselas asume una eliminación casi total de las ayudas energéticas en 2024, lo que contribuirá a la disminución del déficit hasta el 3,3%. Eso significa que el Gobierno de Sánchez incumpliría su compromiso recogido en el programa de estabilidad de rebajar el déficit al 3% (el umbral que marca el Pacto de Estabilidad) en 2024.
Finalmente, el Ejecutivo comunitario proyecta que la deuda pública de España siga disminuyendo pero a un ritmo muy lento, del 113,2% en 2022 al 110,6% este año y el 109,1%. Un descenso que se explica únicamente por el crecimiento del PIB y no por los ajustes presupuestarios. Nuestro país será este año el tercero con mayor deuda pública de toda la UE, sólo superado por Grecia e Italia.