El crecimiento de la primera potencia mundial se enfría. Así lo demuestra que el producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos sólo subiese un 0,3% en el primer trimestre del año respecto a los tres meses anteriores. El crecimiento fue tres décimas inferior al del último trimestre de 2022 (0,6%).
Tal y como ha informado este jueves la Oficina de Estadísticas Labores (BEA, por sus siglas en inglés), el PIB estadounidense creció un 1,3% en el primer trimestre de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior. El dato es 1,3 puntos inferior al registrado entre octubre y diciembre (2,6%).
Esta ha sido la primera revisión del dato realizada por parte de la BEA. En comparación con la primera publicación de las cifras, que tuvo lugar a finales de abril, el crecimiento trimestral de Estados Unido se ha mantenido inalterado en el 0,3%.
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Sin embargo, la subida anual del PIB ha mejorado dos décimas frente al dato publicado en abril, hasta el mencionado 1,3%. De esta forma, el dato ha superado las previsiones, ya que los analistas esperaban que el aumento fuese del 1,1%.
Según la BEA, la evolución del PIB refleja aumentos en el gasto de los consumidores, las exportaciones, el gasto del gobierno federal, el gasto del gobierno estatal y local y la inversión fija no residencial que fueron compensados en parte por disminuciones en la inversión privada en inventarios y la inversión fija residencial.
¿Recesión?
Además del PIB, esta misma semana se han conocido otras referencias sobre la salud de la economía estadounidense, como el Índice Compuesto de Gestores de Compras (PMI, por sus siglas en inglés). El indicador se aceleró en mayo al 54,5 desde el 53,4 registrado en abril, y se encuentra en máximos desde hace trece meses.
A pesar de que la primera potencia del mundo sigue dando algunos síntomas de fortaleza, según el equipo técnico que elabora las proyecciones de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), la economía estadounidense se desacelerará durante los dos próximos trimestres y podría entrar en una ligera recesión a finales de 2023, antes de retomar ritmo y comenzar a recuperarse.
En sus consideraciones, recogidas en las actas de la reunión que la institución mantuvo en mayo, los miembros de la Fed remarcaron la robustez del mercado laboral y los limitados efectos de la crisis bancaria.
La segunda lectura del PIB de Estados Unidos -la BEA revisa el dato hasta en tres ocasiones- se ha conocido en un momento de gran incertidumbre para la primera potencia mundial. Faltan pocos días para que demócratas y republicanos lleguen a un acuerdo que evite la primera suspensión de pagos de su historia.
Techo de deuda
Según el Tesoro, Estados Unidos entrará en suspensión de pagos el próximo 1 de junio si los políticos no consiguen llegar antes a un acuerdo para eliminar o aumentar el techo de deuda. De no hacerlo, la secretaría liderada por Janet Yellen ha advertido de que las "consecuencias terribles".
En 2011, sin embargo, una situación muy similar a la actual se saldó con la rebaja de la calificación crediticia del país por parte de la agencia de riesgo Standard & Poor's desde 'AAA' a 'AA+'.
La agencia de calificación Fitch ya ha puesto en "observación negativa" la deuda de Estados Unidos, que tiene la nota más alta ('AAA') que otorga la firma, por la falta de avances en un acuerdo presupuestario que evite la suspensión de pagos.
Fitch dijo que espera "una resolución sobre el límite de deuda antes de la fecha", pero cree que han "aumentado los riesgos" de que este no se eleve o suspenda antes de ese momento y que, "en consecuencia, el Gobierno pueda empezar a incumplir los pagos en algunas de sus obligaciones".
En 2011 el acuerdo entre los demócratas y los republicanos se alcanzó apenas dos días antes de que el país entrara en suspensión de pagos, y obligó al Gobierno del demócrata Barack Obama a capar el gasto público durante años.