Bruselas

Emmanuel Macron gana el pulso que libraba desde hace días contra la Comisión de Ursula von der Leyen por el polémico nombramiento de la estadounidense Fiona Scott Morton para el puesto clave de economista jefe de Competencia. El rechazo del presidente francés (expresado en voz alta durante la cumbre UE-América Latina) ha obligado a Scott Morton a renunciar al cargo aún antes de tomar posesión.

Scott Morton ya ocupó el mismo el puesto de economista jefe antimonopolios en la Casa Blanca de Barack Obama, pero después había trabajado como consultora para gigantes digitales como Microsoft, Apple o Amazon. Su designación había sido criticada también por la Eurocámara y varios comisarios (entre ellos Josep Borrell) por conflictos de interés y por poner en riesgo la "soberanía digital" de la UE. Pero ha sido el 'no' de Macron el que ha acabado inclinando la balanza en su contra.

"Teniendo en cuenta la controversia política que se ha generado por la selección de un no-europeo para cubrir este puesto, así como la importancia de que la Dirección General de Competencia (de la Comisión) cuente con el pleno respaldo de la UE cuando actúa, he determinado que el mejor camino para mi es retirarme y no asumir el cargo de economista jefe", ha escrito Scott Morton en una carta dirigida a la que iba a ser su jefa, la vicepresidenta ejecutiva Margrethe Vestager.

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Desde que se conoció su designación, el Gobierno de París en pleno (sin el apoyo público de ninguna otra capital) se ha movilizado para tumbar a la economista estadounidense. La prensa gala la acusó de ser "el caballo de Troya de las Big Tech en la Comisión Europea". "Asombro ante el nombramiento de la economista jefe de la Dirección de Competencia de la Comisión Europea. La regulación digital es un tema clave para Francia y para Europa. Esta nominación merece ser reconsiderada", escribió en Twitter la ministra de Exteriores, Catherine Colonna, ya el 13 de julio.

El departamento de Competencia es el que tiene más poder del Ejecutivo comunitario, ya que tiene capacidad para vetar fusiones o para prohibir las subvenciones concedidas por los Gobiernos a los gigantes digitales. A partir de ahora, también se ocupará de la aplicación de la Ley de Servicios Digitales y de la Ley de Mercados Digitales, cuyo objetivo es poner coto a las grandes plataformas. Aunque el economista jefe no toma las decisiones, sí es el que proporciona los argumentos que las sustentan.

Scott Morton contaba con el beneplácito de destacados economistas europeos (entre ellos los españoles Jordi Gali y Luis Garicano), que hicieron pública una carta conjunta apoyando su nombramiento. "Es una de las mejores economistas del mundo en el dominio de la economía industrial, una destacada contribuyente a la reflexión política sobre la regulación tecnológica y está muy motivada por el servicio público", señala la misiva.

Pero estos argumentos no han servido para convencer ni al Gobierno francés ni al Parlamento Europeo. "En un momento de competencia económica mundial, seguimos muy apegados a una política industrial independiente, así como a la soberanía digital de nuestro continente", sostenían los jefes de los principales grupos políticos (populares, socialistas, liberales y verdes) en una carta dirigida a Vestager la semana pasada en protesta por el nombramiento de la economista norteamericana.

El penúltimo movimiento ha sido otra misiva firmada por cinco comisarios y dirigida a Von der Leyen, en la que le pedían que activara el freno de emergencia y reconsiderara la designación de Scott Morton. Además de Borrell, los firmantes son los comisarios de Francia, Thierry Breton; Italia, Paolo Gentiloni; Portugal, Elisa Ferreira; y Luxemburgo, Nicolas Schmit. 

Pero la puntilla a la economista estadounidense se la ha dado el propio Macron al cuestionar públicamente su nombramiento. "Los europeos deben tener una autonomía estratégica, y cuando hablo de autonomía estratégica estoy hablando también de autonomía de pensamiento", argumenta el presidente francés.

"¿No hay ningún gran investigador europeo que tenga las competencias académicas que permitan hacer este trabajo? Si constatamos que es así, sería extremadamente inquietante y tendríamos que invertir masivamente en la investigación académica en economía", dijo Macron.

A su juicio, tampoco se da la "reciprocidad" necesaria, ya que ni Estados Unidos ni China contratarían nunca a un economista europeo para un puesto tan importante, puesto que su legislación no lo permite. La normativa de la UE también exige en principio la nacionalidad europea, pero se hizo una excepción para contratar a Scott Morton Finalmente, Macron sostenía que al haber asesorado a muchas grandes plataformas, la norteamericana tendría que abstenerse en un gran número de casos, lo que haría que su trabajo no fuera operativo.

La vicepresidenta Vestager, que compareció este martes en la Eurocámara para defender a Scott Morton, ha lamentado su renuncia. La polémica le deja en una posición muy débil justo cuando se acerca el final de su mandato y acaba de postularse para dirigir el Banco Europeo de Inversiones (BEI). El Gobierno francés ha filtrado a través del Financial Times que está dispuesto a apoyar a un candidato español (que la vicepresidenta Nadia Calviño ha prometido presentar) con tal de frenar a Vestager.