Bruselas

La persistencia de la inflación en la eurozona mete presión al Banco Central Europeo (BCE) para seguir subiendo los tipos de interés en su próxima reunión de septiembre. El índice de precios de consumo armonizado (IPC) se mantuvo estable en el 5,3% en agosto porque alimentos y servicios se mantienen en niveles altos mientras se modera la caída de la energía, según la estimación inicial publicada este jueves por Eurostat, la oficina estadística comunitaria.

El dato es peor del que esperaban los analistas, que habían calculado que la inflación caería al 5,1% en agosto. La cifra sigue además muy lejos del objetivo del 2% que utiliza el BCE para definir la estabilidad de precios.

Por su parte, la inflación subyacente -que excluye energía y alimentos, los elementos más volátiles- se modera ligeramente desde el 5,5% de julio al 5,3% en agosto. Este es un indicador clave para la institución dirigida por Christine Lagarde a la hora de decidir sobre los tipos de interés

Tasa de inflación en los países de la eurozona en agosto de 2023

Tras la última reunión del Consejo de Gobierno, la presidenta abrió la puerta a hacer una pausa en septiembre en el actual ciclo de subidas de los tipos de interés -que dura ya un año- si la evolución de los precios era favorable. Sin embargo, el mal dato de agosto da munición a los halcones nórdicos que reclaman seguir endureciendo la política monetaria para acabar con la inflación.

Si se analizan los principales componentes del IPC de la eurozona, los alimentos son el factor que más ha subido en el último año (aunque se desaceleran desde el 10,8% en julio al 9,8% en agosto). En segundo lugar, están los servicios (con una subida del 5,5% en agosto frente al 5,6% en julio).

[Los precios encadenan dos meses de subidas y la inflación se eleva hasta el 2,6% en agosto por los carburantes]

Por su parte, los precios de los productos industriales no energéticos suben un 4,8% en agosto frente al 5% en julio. Finalmente, los precios de la energía caen un 3,3% (frente al descenso interanual del 6,1% registrado en julio).

Pese a la subida de la inflación armonizada desde el 2,1% en julio al 2,4% en agosto, España se sitúa como el país de la UE con menor presión de precios, empatado con Bélgica. En el extremo contrario de la clasificación, Eslovaquia (9,6%), Croacia (8,5%) y Austria (7,6%) son los países de la eurozona con una inflación más elevada. Ningún Estado miembro registra ya números de dos dígitos.

Entre las grandes potencias de la eurozona, la inflación baja en Alemania (del 6,5% en julio al 6,4% en agosto) y en Italia (del 6,3% al 5,5%), pero aumenta en España y Francia (del 5,1% al 5,7%) debido a un rebote de los precios de la energía.

Desde julio de 2022, el BCE ha ejecutado un incremento récord del precio del dinero del 0% al 4,25% con 9 subidas consecutivas. El encarecimiento del precio del dinero ya está teniendo un impacto visible en la actividad económica: la mayoría de los analistas pronostican una ralentización en la eurozona durante la segunda mitad del año. La próxima reunión del Consejo de Gobierno está programada para el 14 de septiembre.

"Si bien la inflación sigue siendo lo suficientemente persistente como para incomodar a los halcones del BCE, parece que se está gestando una mayor desaceleración de la inflación en los próximos meses. Dado el mantra del BCE de los últimos meses de que hacer muy poco es peor que hacer demasiado en términos de subidas, todavía esperamos otra subida de tipos de 25 puntos básicos, a pesar de que se trata de una decisión reñida", ha dicho el economista de ING Bert Colijn