Cuando presentó a bombo y platillo la candidatura de Nadia Calviño a principios de agosto, el Gobierno de Pedro Sánchez anunció que la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) se votaría en la reunión informal del Ecofin de Santiago de Compostela. Sin embargo, este primer intento se ha saldado en fracaso. Los ministros de Finanzas de los 27 han decidido este sábado aplazar indefinidamente la decisión por falta de consenso. Ni siquiera ha sido posible hacer una lista corta: ninguno de los cinco candidatos se ha retirado de la carrera.
El resultado de este bloqueo es que el futuro de Calviño sigue en el aire. Si fuera elegida presidenta del BEI (con un salario de alrededor de 370.000 euros) tendría que dejar el Gobierno (si Sánchez consigue formar uno) como muy tarde el 1 de enero de 2024 para asumir sus nuevas funciones en Luxemburgo. Si fracasa, ya ha dicho que su intención es seguir de vicepresidenta primera. El segundo intento formal está programado para los días 16 y 17 de octubre.
En la reunión de Santiago de Compostela, Calviño ha cosechado elogios públicos tanto del ministro de Finanzas francés como del alemán, pero los dos han eludido darle explícitamente su apoyo. "Hay varios candidatos bien cualificados, incluyendo también a nuestra anfitriona, cuyo trabajo aprecio", afirmó Christian Lindner. "Creo firmemente que Nadia Calviño tiene todas las cualificaciones necesarias, pero hay que seguir el procedimiento", asegura Bruno Le Maire.
[Calviño lidera por la mínima la carrera por la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones]
Uno de los problemas que frena la decisión es que el Gobierno alemán está dividido internamente sobre a qué candidata respaldar para el BEI, según ha desvelado el Financial Times. Mientras que el canciller Olaf Scholz apoya a la vicepresidenta primera en funciones, con la que coincidió en su etapa de ministro de Finanzas y que además es de su misma familia política, Lindner prefiere a la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager, liberal como él y principal rival de Calviño en la carrera.
El ministro de Finanzas alemán defiende que el BEI debe mantener a toda costa su calificación de triple A y no puede "sobrecargarse" con nuevas responsabilidades. En contraste, París pretende que esta institución asuma más riesgos y financie nuevas actividades como la energía nuclear o la industria de defensa.
Aunque el Gobierno de Emmanuel Macron también se define como liberal, no parece nada inclinado a votar por Vestager. Con ella ha mantenido sonoros enfrentamientos a propósito del veto de Bruselas a la fusión entre los gigantes ferroviarios Alstom y Siemens o del intento de la danesa de nombrar a una estadounidense como economista jefa de Competencia. Todo el mundo da por descontado que París apoya a Calviño.
Pero lo cierto es que el único respaldo público explícito que ha recabado la vicepresidenta primera en Santiago de Compostela es el del ministro de Finanzas portugués, Fernando Medina. "Tiene todas las cualidades para ser muy buena presidenta del BEI. Tiene nuestro apoyo con convicción y entusiasmo", ha asegurado.
Sin embargo, Portugal apenas controla el 0,9% del capital del BEI y la presidencia se elige por voto ponderado: la ganadora debe lograr el apoyo del 68% del capital del banco y de al menos 18 Estados miembros. Un umbral imposible de alcanzar si no se retira algún aspirante, ya que el voto de calidad lo tienen Francia, Alemania e Italia (18,8% cada uno). Y Roma tiene su propio candidato, Daniele Franco, que fue ministro de Finanzas con Mario Draghi.
Calviño no ha querido pronunciarse sobre sus opciones para ganar la carrera y hacerse con el cargo. "Dado el calibre de los competidores y de las personas que se están presentando para el puesto, creo que no podemos dar nunca nada por sentado. Se trata de una posición muy importante, de una institución fundamental que tendrá un papel quizá más importante todavía en el futuro", ha insistido.
A la reunión de Santiago han viajado para hacer campaña tanto Vestager como Franco y también la candidata polaca, Teresa Czerwinska, que ahora es vicepresidenta del BEI. El único aspirante ausente ha sido otro de los vicepresidentes del BEI, el sueco Thomas Östros.
La discusión sobre la presidencia del BEI, que apenas ha durado unos minutos, ha tenido lugar durante el desayuno de trabajo de este sábado. Allí, el ministro de Finanzas de Bélgica, Vincent Van Peteghem, que dirige el proceso en su calidad de presidente del Consejo de Gobernadores del BEI, ha informado a sus homólogos de que las consultas informales que ha llevado a cabo con los Estados miembros todavía no se han traducido en resultados concretos.
Van Peteghem ha explicado en Santiago que hay "cinco candidatos fuertes" en la carrera y que "es importante tomarse el tiempo necesario" y "no forzar el proceso para llegar a un candidato de consenso". Al mismo tiempo, el ministro de Finanzas belga asegura que hay que encontrar un nuevo presidente para el BEI "más pronto que tarde".