Las fechas navideñas están a la vuelta de la esquina y, con ellas, también se acerca uno de los juegos de azar más esperados del año: la Lotería de Navidad. Millones de españoles adquieren décimos y participaciones para probar suerte en el sorteo más importante de cuantos organiza el Estado. Y su impacto va mucho más allá de que unos cuantos premiados celebren su buena suerte delante de las cámaras de televisión. El premio también le toca a la economía y al mercado laboral de las provincias donde cae

Así lo indica un estudio publicado en Journal of Monetary Economics y elaborado por el Banco de España, una investigación para la que se ha analizado el efecto concreto de la Lotería de Navidad en las provincias donde ha tocado de 2013 a 2020. ¿Qué es lo que han descubierto sus autores? Los habitantes de estos territorios se vuelven más optimistas respecto al futuro y se eleva el consumo de los hogares. Además, se reduce el paro y aumenta el empleo.

En resumidas cuentas: que los premios de la Lotería de Navidad "estimulan la actividad económica de las provincias". Y ello sólo mediante los sentimientos positivos que genera el que toque en un territorio concreto.  

"Los premios de lotería tienen efectos favorables significativos y económicamente importantes", indican los autores de la investigación, Morteza Ghomi, Isabel Micó-Millán y Evi Pappa.

Concretamente, cuando ha caído un premio de 1.000 euros por número en una provincia, "la tasa de desempleo cae lentamente hasta alcanzar su caída máxima (-0,3 puntos porcentuales) después de un año y sigue siendo significativamente menor 20 meses después del impacto inicial".

Además, el número de contratos laborales firmados por personas en el paro aumenta "significativa y persistentemente después del shock del premio de lotería".

Por otro lado, hay un gran incremento del consumo. Esto se deduce del importante aumento de matriculaciones de coches en los territorios ganadores de Lotería, que aumenta en 10 puntos porcentuales.

Futuro

Todo ello impulsado y respaldado por un cambio en los hogares respecto al futuro económico. "Los efectos sentimentales" de vivir en una provincia agraciada "desempeñan un papel no despreciable" que conduce a que las familias sean más optimistas respecto al porvenir, según la investigación. Y a que aumenten sus previsiones de compra. 

Una situación que se produce pese a que "la probabilidad de recibir un premio en una provincia ganadora es solo del 0,015%" y los hogares empleados para el estudio (para lo cual se ha recurrido a información recopilada por el CIS) "no informan de un aumento significativo en su capacidad para pagar las facturas después de un premio de lotería, lo que indica que no aumenta el ingreso individual de los encuestados".

Uno de los bombos protagonstas del sorteo de la Lotería de Navidad. Europa Press.

Además, "la reacción (...) no es estadísticamente diferente entre las áreas que obtuvieron premios per cápita altos y bajos". Es decir, que "el sentimiento económico reacciona a la noticia del premio de lotería y no a la transferencia monetaria". 

En cualquier caso, todo ying tiene su yang. El incremento del consumo y la mejora del empleo de los hogares tiene una derivada: el aumento de los precios en las provincias agraciadas, que alcanza su máximo 17 meses después. La reversión de este efecto es "lenta, volviendo a su valor previo en aproximadamente dos años". 

Además, el sentimiento positivo generado por la lotería es más elevado en personas jóvenes, con bajos ingresos o desempleados y con menor nivel educativo