Bruselas

Tal y como estaba previsto, los ministros de Economía de la UE han alcanzado este viernes un acuerdo político para designar a Nadia Calviño como futura presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) a partir del 1 de enero de 2024. Calviño se ha impuesto así al resto de aspirantes: la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager; el ex ministro italiano de Finanzas, Daniele Franco; y dos vicepresidentes del BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Östros.

El alto nivel de los candidatos que competían ha elevado la visibilidad política de la presidencia del BEI, un cargo hasta ahora de perfil puramente tecnocrático, ya que los que mandan de verdad son los grandes accionistas (Alemania, Francia, Italia y después España). De hecho, el actual titular, el alemán Werner Hoyer, apenas es conocido fuera de la burbuja bruselense pese a que lleva 12 años en el puesto. Su anterior cargo fue secretario de Estado para la UE.

Calviño asumirá su relevo a partir del 1 de enero de 2024, para un mandato de 6 añosTendrá un salario de alrededor de 370.000 euros al año, el mismo que el de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. La vicepresidenta primera sostiene que la importancia del BEI, cuya sede está en Luxemburgo, aumentará en los próximos años por el actual entorno de altos tipos de interés y las crecientes necesidades de inversión que tiene la UE en la doble transición digital y verde, así como en la reconstrucción de Ucrania.

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Sin embargo, Calviño tendrá que hacer frente a demandas contradictorias de sus principales accionistas. Por un lado, Alemania defiende que el BEI debe mantener a toda costa su calificación de triple A y no puede "sobrecargarse" con nuevas responsabilidades. En contraste, París pretende que esta institución asuma más riesgos y financie nuevas actividades como la energía nuclear o la industria de defensa.

Con un balance de 544.000 millones de euros, el BEI es el banco de la Unión Europea y la mayor institución financiera multilateral del mundo. Contribuye a la consecución de los objetivos de la UE mediante la financiación de proyectos a largo plazo, la concesión de garantías y la prestación de asesoramiento. Se trata de subsanar el déficit de inversión existente dispensando a los inversores de una parte del riesgo inherente a los proyectos.

Cuota de capital de los países de la UE en el Banco Europeo de Inversiones

A los préstamos del BEI pueden optar proyectos -en todos los sectores de la economía- que busquen el desarrollo de las regiones más atrasadas; que tiendan a la modernización de empresas o a la creación de nuevas actividades que no puedan ser enteramente financiadas con los medios existentes en cada uno de los Estados miembros; o que sean de interés común a varios Estados miembros.

Desde finales de 2021, el Banco Europeo de Inversiones dejó de financiar los proyectos energéticos basados en combustibles fósiles, incluido el gas natural. Desde entonces su aspiración ha sido convertirse en un auténtico banco verde, que actúe como punta de lanza en la lucha contra el cambio climático en el continente. 

Actividades del BEI en España

España ha sido tradicionalmente uno de los principales beneficiarios de sus préstamos blandos: sólo en 2022 destinó a nuestro país 9.921 millones de euros, con prioridad para proyectos relacionados con la transición digital y climática. Para ello cuenta con un total de 17 socios locales, entre los que se encuentran todos los grandes bancos españoles.

"Durante la pandemia, apoyamos al sector farmacéutico ayudando a HIPRA Galenicuma desarrollar nuevos medicamentos. También facilitamos el acceso de las pequeñas y medianas empresas a la financiación, y proporcionamos fondos en favor de las zonas con costes sanitarios más elevados. Como banco climático de la UE, invertimos en tecnologías limpias, como las nuevas plantas fotovoltaicas de Solaria y los trenes con bajas emisiones de carbono de Talgo", destaca en su página web.

Desde el inicio de sus operaciones en 1981, el BEI ha prestado a España un total de 233.000 millones de euros, cifra equivalente al 19,35% del PIB. Entre los proyectos que han recibido más créditos se encuentran el AVE Madrid-Barcelona y el AVE Madrid-Valencia, las redes de metro de Madrid y Barcelona, así como los aeropuertos de las dos ciudades.