La inflación de la eurozona vuelve a disminuir en marzo y despeja el camino para que el Banco Central Europeo (BCE) empiece a recortar los tipos desde el actual máximo del 4,5%. La presidenta Christine Lagarde ha señalado que la primera bajada llegará en junio, pero algunos miembros del Consejo de Gobierno han sugerido que defenderán empezar ya en la reunión del 11 de abril.
El índice de precios al consumo armonizado se redujo al 2,4% el mes pasado (dos décimas menos que en febrero) gracias a la caída de la energía, la moderación de los alimentos y la estabilización de los servicios, según la estimación preliminar publicada este miércoles por Eurostat. La cifra se acerca al objetivo del 2% del BCE, equivalente a la estabilidad de precios.
Por su parte, la inflación subyacente -que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco, los elementos más volátiles- también experimenta una bajada desde el 3,1% en febrero al 2,9% en marzo. Este es un indicador estructural clave para la institución dirigida por Christine Lagarde a la hora de decidir sobre los tipos de interés.
En contraste con lo ocurrido en la eurozona, en España la inflación armonizada subió desde el 2,9% en febrero al 3,2% en marzo y se sitúa ya ocho décimas por encima de la media, lo que implica una pérdida de competitividad. El nivel de precios también repunta en Italia, aunque desde un nivel mucho más bajo, del 0,8% en febrero al 1,3% en marzo.
Por su parte, la inflación cae tanto en Alemania (2,3% en marzo, cuatro décimas menos que en febrero) como en Francia (2,4%, ocho décimas menos). Los países de la eurozona con una inflación más alta son ahora mismo Croacia (4,9%), Austria (4,2%) y Estonia (4,1%).
En el extremo contrario de la clasificación, los Estados miembros con menor nivel de precios son Lituania (0,3%), Finlandia (0,7%) y Letonia (1%).
Si se analizan los principales componentes del IPC de la eurozona, los servicios son el factor que más ha subido en el último año (aunque se estabilizan en el 4%). En segundo lugar, están los alimentos, alcohol y tabaco (con una subida del 2,7% en marzo frente al 3,9% en febrero).
Por su parte, los precios de los productos industriales no energéticos suben un 1,1% en marzo frente al 1,6% en febrero. Finalmente, la energía cae un 1,8% en comparación con hace un año (frente a un --3,7% en febrero).
En sus últimas comparecencias de prensa, Lagarde ha señalado que no empezará a bajar los tipos de interés hasta la reunión de junio. El motivo es que sólo entonces tendrá los datos suficientes para estar segura de que la inflación bajará de forma sostenible al 2%. Por un lado, las últimas cifras sobre salarios, que son ahora la principal preocupación del BCE. Y también las previsiones actualizadas de crecimiento e inflación.
Sin embargo, las 'palomas' del Consejo de Gobierno -los representantes de los países del sur, más preocupados por el crecimiento- presionan cada vez más para acelerar la relajación de la política monetaria. El nuevo representante italiano en el directorio del BCE, Piero Cipollone, es partidario de actuar "rápidamente".
"No debemos ignorar los riesgos de que, al mantener el pie sobre el freno monetario durante demasiado tiempo, pesemos excesivamente sobre la actividad", ha avisado por su parte el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau. "La fecha precisa de esta primera bajada -abril o principios de junio- no tiene una importancia existencial", ha señalado.