El Gobierno aprobó este pasado martes una serie de medidas que afectan al bolsillo de los ciudadanos. Y no sólo competen a la cesta de la compra, también a suministros básicos como el gas o la electricidad.
Dichas medidas se enmarcan dentro del nuevo real decreto ley de ‘prórroga de medidas ante los efectos de los conflictos de Ucrania y Oriente Próximo’. El mismo se prorroga hasta final de año aunque contiene una serie de matices.
A continuación te contamos cuáles son esas medidas, sus señas de identidad y los plazos en los que van a estar vigentes.
¿Qué va a pasar con el aceite de oliva?
Es, sin duda, uno de los productos estrella de la cocina española pero su precio se ha puesto por las nubes. De ahí que el Gobierno lo haya incluido en dicho real decreto.
Y es que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el aceite de oliva ha subido un 68,1% durante el último año. Porcentaje que se eleva hasta el 204,8% desde enero de 2021. Es decir, que en tres años su precio se ha triplicado.
Por eso, y a partir del 1 de julio, el aceite de oliva tendrá un IVA del 0%. Por tanto, formará parte de ese grupo de bienes de primera necesidad que no tienen el Impuesto sobre el Valor Añadido.
Y ese grupo está compuesto por pan, harinas, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales. Aunque conviene hacer una matización: su IVA cero (de todos estos productos, incluido el aceite de oliva) estará vigente entre el 1 de julio al 30 de septiembre de 2024.
Entonces, y hasta fin de año, volverá a subir al 2%. A principios de 2025, los expertos apuntan a que el precio del litro de aceite de oliva estará sobre los 5 euros. Y empresas como Deoleo (Carbonell y Koipe) apuntan a que puede bajar hasta los 4 euros.
Por lo que respecta a pastas y aceites de semillas, se prorroga el IVA al 5% hasta el 30 de septiembre. A partir de ahí, y hasta final de año, ese IVA será del 7,5%.
¿Qué pasará con la botella de butano?
Junto a los bienes de primera necesidad, el Gobierno también ha puesto hincapié en las medidas relativas a suministros básicos como el gas o la electricidad. En este caso, y como se suele decir, hay una noticia buena y otra mala para los consumidores.
La buena es que, por un lado, hace indefinida la tarifa especial de gas natural para comunidades de vecinos con calefacción y agua caliente colectiva; y, por otro, extiende hasta el 30 de junio de 2025 los descuentos del bono social eléctrico.
El bono social eléctrico fue creado por el Gobierno para proteger a los consumidores más vulnerables que estaban en riesgo de pobreza energética y que tenían dificultades para hacer frente a la factura de la luz.
Entre las condiciones, tener contratada una tarifa eléctrica PVPC con la compañía suministradora, y que la potencia fuese igual o inferior a 10 KW. En la actualidad, el descuento sobre la factura es del 65% para consumidores vulnerables, y del 80% para vulnerables severos. Y así será hasta septiembre.
A partir del 1 de octubre, y hasta el 31 de diciembre, ese descuento será del 57% en el caso de los consumidores vulnerables, y del 72,5% en el caso de los vulnerables severos. En el primer semestre de 2025, ese descenso continuará.
¿Y cuál es la noticia mala? Pues que deja caer el tope a la TUR (Tarifa de Último Recurso) del gas y al precio del butano. Conviene recordar que el tope en la TUR del gas de imponía cuando el coste de la materia, en la revisión trimestral, era del 15%.