Un albañil en una obra.

Un albañil en una obra. Jesús Hellín Europa Press

Macroeconomía

La ola de inmigración reduce el poder adquisitivo un 2,5% en cinco años pero lleva el empleo a máximos

La AIReF constata que las subidas salariales pactadas en convenio los últimos años no compensan el ciclo inflacionista iniciado en 2021.

21 julio, 2024 02:34

La brecha entre los trabajadores españoles y los del resto de Europa sigue creciendo. Los salarios reales en España han caído un 2,5% desde 2019, mientras que en el resto de países de la UE han crecido, de media, un 2,3%. El diferencial en el poder adquisitivo se ha agravado casi cinco puntos en apenas cinco años, y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) cree que la inmigración puede estar detrás.

En su 'Informe sobre la ejecución presupuestaria, deuda pública y regla de gasto 2024 de las AAPP', la institución presidida por Cristina Herrero destaca que, si bien los salarios negociados en convenio crecen al mismo nivel que la inflación subyacente este año, en términos reales —descontando el avance de los precios— están por debajo de antes de la pandemia.

Es decir, las subidas salariales, pactadas especialmente a partir de 2023, no alcanzan a compensar un ciclo inflacionista que comenzó en 2021. Cabe recordar que sindicatos y patronal firmaron el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) a mediados del pasado año, el cual dejaba fuera posibles subidas retroactivas para 2022, el ejercicio más lesivo para el bolsillo de los trabajadores españoles.

En tanto que la inflación ha sido un fenómeno que ha sufrido la UE en su conjunto, la AIReF achaca la mala situación de España al saldo migratorio. Al menos, en parte. "El fuerte flujo de inmigración podría estar permitiendo que la escasez de mano de obra fuese inferior a la que se aprecia en general en las economías del área del euro", reza la institución en su informe. 

Pese a que muchos sectores llevan los dos últimos años alertando de tener problemas a la hora de encontrar trabajadores, lo cierto es que España tiene una de las tasas de vacantes más bajas de toda la UE. En concreto, el porcentaje de vacantes sobre el total de ocupados se situó en el primer trimestre en el 0,9%.

La teoría dice que, a más vacantes, más suben los salarios, ya que las empresas mejoran sus ofertas tanto para atraer nuevos trabajadores como para retener a los que ya tienen en plantilla. Pero la AIReF piensa que la llegada de inmigrantes en edad de trabajar está limitando ese efecto. Es decir, como los empresarios españoles no tienen tantas dificultades para encontrar empleados, no ofrecen mejores salarios.

No obstante, el organismo sí concede que parte del dinamismo de la economía española se explica, precisamente, por la inmigración. Y es que la llegada de esa población en edad de trabajar hace posible que el mercado laboral haya crecido hasta su máximo histórico, hasta rozar los 21,4 millones de afiliados a la Seguridad Social.

Asimismo, también permite sostener el consumo privado: la llegada de inmigrantes supone la creación de nuevos hogares que gastan dinero.

Eso sí, la AIReF cree la inmigración es sólo un "alivio" a corto plazo y que, por tanto, el dinamismo de la economía no podrá mantenerse sine die.

Ahorran los ricos

El informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal también revela que la tasa de ahorro de los hogares españoles ha aumentado mucho en 2023 y principios de 2024, alcanzando niveles de antes de la pandemia. Este aumento se debe principalmente al incremento de la renta disponible real (un 6,5% en 2023).

A su vez, esto último se debe al aumento de los salarios —que si bien en términos reales siguen por debajo de 2019, sí han crecido nominalmente—, las prestaciones y las rentas provenientes del arrendamiento.

Sin embargo, el aumento del ahorro no ha sido igual para todos. Los hogares de mayor edad y con rentas más altas son los que más han ahorrado. Hogares que, según la AIReF, tienen "menor propensión a gastar" y con un patrón de consumo menos centrado en la vivienda, en tanto que, generalmente, son propietarios.

Para la marcha de la economía supone que, a pesar del aumento del ahorro, el consumo privado podría crecer a un ritmo moderado en los próximos trimestres. Y dibuja un escenario de desigualdad presente y futura, ya que los hogares con menor renta, al no poder ahorrar, tendrán más dificultades para comprar una vivienda y, por tanto, seguirán destinando más del 40% de su gasto a la vivienda y suministros.