Así se desprende de los últimos datos de la Central de Balances Trimestrales del Banco de España, que arroja un aumento del valor añadido bruto (VAB) del 5,32% respecto al primer semestre de 2023. La caída en las ventas, por tanto, no ha impedido un aumento en la actividad económica, en tanto que el VAB mide la contribución de un sector o empresa calculado como la diferencia entre el valor de su producción y el consumo intermedio de bienes y servicios.

Según explica el Banco de España, la evolución negativa de la facturación "se vio condicionada por el descenso de los precios de venta del sector de la energía", en tanto que este sector tiene un elevado peso en la estadística. De excluirse, la cifra de negocio habría crecido un 3,5%. Hay que tener en cuenta que los datos de la CBT sólo se refieren a las grandes y medianas empresas.

En el caso del sector energético, las ventas cayeron un 21,3% en comparación con los seis primeros meses del año pasado. Como consecuencia, el resultado económico de estas compañías también se redujo, pero de forma menos acentuada (10,5%). Los resultados contrastan con lo ocurrido entre enero y junio de 2023: entonces la facturación retrocedió un 16,6%, pero sus beneficios se dispararon un 114,9%.

También por ese acentuado peso en la muestra del Banco de España, durante la primera mitad del pasado año las ventas en general cayeron todavía más (un 5,5%), pero el resultado neto de las compañías avanzó un 11,5%.

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Volviendo a los datos de este curso, el otro sector en números rojos es el de la información y las comunicaciones. Si bien su cifra de negocio aumentó un 2,9% entre enero y junio —dos puntos menos que un año atrás—, sus beneficios cayeron un 13,7%. La evolución del resultado neto contrasta con el alza del 29,4% registrado en la primera mitad de 2023.

Ambos sectores son los que muestran una peor evolución de la remuneración de sus empleados. En el caso del sector de la energía, las retribuciones de los trabajadores crecieron un 1,1%, mientras que en información y comunicaciones la subida fue del 0,5%. Asimismo, presentan un menor dinamismo en cuanto a la contratación, ya que el número medio de empleados en actividades energéticas creció sólo un 1%, al tiempo que en información y comunicaciones lo hizo un 0,2%.

Desacople y servicios

Los datos de la Central de Balances del Banco de España muestran, por tanto, un cierto desacople entre facturación y beneficios, así como entre sectores. En el primer caso, la explicación puede estar en los costes de las empresas, ya sean los salariales, o los de los insumos. En este sentido, cabe destacar la caída del precio de la energía, una bien que, precisamente, supone uno de los principales costes en la actividad empresarial.

Si los costes caen más que las ventas —o su subida de precio es menos acusada—, el resultado es un ensanchamiento de los márgenes de las empresas.

Se trata de algo aplicable a la industria y al comercio y hostelería, los dos sectores cuyo resultado ordinario neto destaca, con subidas del 22,4% y el 30,9%, respectivamente. En ambos casos, la evolución de las ventas no es demasiado elevada, con una subida del 4% en la industria y del 2,1% en comercio y hostelería.

En el último caso, además, confluye la persistente inflación en los servicios, en especial en aquellos que tienen que ver con el turismo.

Así, el Banco de España señalaba en su último Informe Trimestral que "en los últimos meses ha continuado el proceso de desinflación a escala global, que sigue viéndose limitado por la persistencia de las presiones inflacionistas en los servicios". Pero, al tiempo, también son los que "sustentan" la pujanza de la economía y, por lo tanto, en parte responsable de las buenas previsiones que señalan instituciones y analistas.