La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con los presidentes de Argentina, Javier Milei; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva y Paraguay, Santiago Pena, en la cumbre en la que se anunció el acuerdo de libre comercio UE-Mercosur este diciembre.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con los presidentes de Argentina, Javier Milei; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva y Paraguay, Santiago Pena, en la cumbre en la que se anunció el acuerdo de libre comercio UE-Mercosur este diciembre. Europa Press

Macroeconomía

El plan de la UE para resistir la presión de Trump y Xi sobre el campo: 10 nuevos socios y 4.400M más en exportaciones

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El 2025 promete ser un año de grandes sobresaltos para el sector agroalimentario europeo. Arranca la segunda administración de Donald Trump, que ya impuso gravámenes a la entrada de productos en su primer mandato como presidente de Estados Unidos. También está en el aire la resolución de la investigación antidumping que China comenzó en represalia por los aranceles de la UE a los coches eléctricos.

Entre los principales damnificados de la medida de Pekín, los exportadores de cerdo, especialmente los españoles, líderes de la UE en este segmento. También esperan los exportadores de brandy, como Osborne, Miguel Torres y Fundador, a que las autoridades del país emitan la resolución definitiva a la investigación a la entrada de estos licores, que ha retrasado a abril. Mientras tanto, la UE acelera en su plan para contrarrestar el perjuicio a un punto fundamental de su economía.

Un plan que consiste en gran medida en ampliar los socios comerciales de los que dispone para diversificar sus opciones y sortear mejor estos golpes. Cerrar el acuerdo ya con Mercosur, con el que tenía pendiente la firma desde 2019, es un paso esencial de esta estrategia, en la que se apunta a otros nueve aliados: Australia, Chile, India, Indonesia, Malasia, México, Nueva Zelanda, Filipinas y Tailandia.

Con ellos negocia actualmente acuerdos o los ha celebrado ya pero aún no se aplican. Es una circunstancia que Bruselas quiere cambiar, porque las cifras apuntan a que sería una alternativa ante las tensiones arancelerarias que pueden llegar de los destinos tradicionales de ventas, como se teme ahora con Pekín y Washington. La idea es repartir los huevos en más cestas y recoger en pocos años beneficios.

En concreto, si se aplicaran los diez acuerdos en su totalidad, en 2032 la cuenta total de exportaciones agroalimentarias de la UE sería entre 3.100 millones y 4.400 millones superior a la cuenta que tendría sin estos tratados de libre comercio. O dicho de otra manera, las ventas al exterior subirían con ellos entre un 1,6% y un 2,3%.

Es el cálculo del Joint Research Centre (JRC), que este año ha actualizado las previsiones sobre qué aportarían estos acuerdos. El margen de más de 1.000 millones que da este organismo, en cuyos datos se apoyan responsables políticos y negociadores comunitarios de los acuerdos de libre comercio, es la distancia entre los dos escenarios que calculan que pueden salir de las negociaciones pendientes.

Por un lado, el escenario conservador, en el se lograría una liberalización del 97% de los productos y una reducción arancelaria del 25% para los demás productos, y por otro el llamado escenario ambicioso, en el que la cuenta llega a 4.400 millones en exportaciones, y que se daría si se logra una liberación total del 98,5% de todos los productos y a una reducción parcial de los aranceles del 50% para los demás.

Mejora de la balanza comercial

¿Y las importaciones? El documento sostiene que tras la entrada en vigor de los diez acuerdos comerciales cubiertos por el estudio, se espera que el valor de las importaciones de la UE se sitúe en 2032 entre 3.100 y 4.100 millones por encima de lo que obtendría sin estos acuerdos.

Esto "daría lugar a un aumento equilibrado tanto de las exportaciones como de las importaciones, con un ligero aumento de la balanza comercial global de la UE", que siempre sería positiva para Bruselas. Según los cálculos, ese aumento puede ser en un escenario conservador de 25 millones de euros, y de 311 millones en el más ambicioso.

Son cantidades de magnitud moderada, pero que podrían convertirse en un balón de oxígeno para el comercio agroalimentario de los 27 en contexto adverso. Además, al margen de lo que arroje la cuenta, se trata sobre todo de las puertas que se abren para los productos comunitarios, o al menos a algunos de ellos, porque el futuro que afrontan es muy desigual si fructifican estos nueve socios que faltan por concretar tras la firma del Mercosur.

Ganadores y productos sensibles

De aplicarse los diez acuerdos de libre comercio, los más beneficiados serían los productos agroalimentarios transformados, que aumentarían sus ventas en 1.300 millones en 2032. Le siguen los lácteos, que sumarían 780 millones adicionales, y la categoría 'vino y otras bebidas', con 654 millones más.

La carne de cerdo, que espera la resolución de las tensiones con China, lograría aumentar sus ventas en 566 millones con estos nuevos socios, alzándose así como el cuarto más beneficiado. 

Pero habrá otros que verán con recelo estos acuerdos. Son los llamados sectores sensibles, como la carne de vacuno. Ellos ya han alzado la voz frente al impacto que temen por el acuerdo de Mercosur, que facilitará la llegada de carne del bloque sudamericano.

Pero hay más. El estudio admite que son sectores sensibles ante los nuevos pactos la carne de ovino, las aves de corral, el arroz y el azúcar, que se enfrentarán a una mayor competencia.

Las importaciones de vacuno, por ejemplo, aumentarán en valor un hasta un 24%; las aves de corral, un 28%; la de ovino, un 5,3%; el arroz, hasta un 3,5% y el azúcar, hasta un 15%.

¿La conclusión del estudio? Los contingentes arancelarios serán clave para proteger a estos apartados sensibles. "Esto es esencial para evitar posibles impactos económicos y sociales adversos para la actividad agrícola y las zonas rurales de la UE", se subraya en el texto.

Varios de ellos se han aplicado ya en el acuerdo con el Mercosur, pero no han convencido a los agricultores. Tras la Navidad, empezarán en España a planificar protestas que se espera tengan lugar durante el primer trimestre.