Un frío y duro invierno. El primer trimestre del año representa un frenazo en seco para el mercado de la inversión en 'startups'. El año 2015 significó un auténtico frenesí. El cóctel: el dinero del fondo público Fondico y el aterrizaje de otros inversores extranjeros con dinero fresco. Tras la ‘fiesta’, llegó el descenso. Los fondos de capital riesgo han desembolsado 35 millones de euros, la cifra más baja en cuatro años.
El primer trimestre del año suele ser un periodo de cierta ralentización. Le cuesta arrancar al sector tras el final del año. Sin embargo, el del año pasado fue mucho más fructífero en cuanto a inversión. Si se compara con 2015, la diferencia es abismal: casi un 40% de descenso, según las estadísticas del departamento de análisis de datos de Tech.eu.
En estos primeros meses no se ha producido ninguna operación de gran relevancia, después de que el año pasado se anunciaran dos inyecciones de capital de 15 y 20 millones de euros en dos 'startups' (Digital Origin y Peertransfer). Es evidente que en un mercado tan pequeño, cualquier movimiento destacado puede cambiar el escenario.
Qué ha ocurrido en Europa
Es bueno contextualizar estas cifras para saber si realmente la parálisis es similar. En Estados Unidos aún no hay cifras del primer trimestre del año. En el caso de Europa, según Tech.eu, existe una cierta ralentización. Durante este periodo se cerraron 769 rondas de financiación con 4.400 millones de euros entre todas ellas.
Sin embargo, si se excluye la ronda de financiación de Spotify, de 1.000 millones de dólares de deuda convertible y aún no confirmada oficialmente por la empresa, la cifra sería muy similar a la del año anterior (algo por encima de los 3.000 millones de euros).
El porqué de la caída
Pero, ¿qué ha ocurrido entonces en el mercado español? Hay diversidad de opiniones. Todas las fuentes consultadas por este medio coinciden en que el año 2015 fue extraordinario tanto por el número de operaciones como por su volumen. Tuvieron lugar importantes rondas de financiación (Wallapop y Letgo, con 100 millones cada una, y otras tantas por encima de 10 millones) y se produjo el aterrizaje de fondos extranjeros. “Fue un tanto anómalo y se juntó que varias empresas necesitaron capital a la vez”, explica Jaime Novoa, analista de datos de Tech.eu.
Pero hay otros factores. Los inversores señalan varios. Uno de ellos hay que encontrarlo en los años anteriores. Carlos Blanco, ‘business angel’ de compañías como Kantox, Deporvillage o Reclamador, explica que en los últimos dos o tres años “ha habido demasiada inversión en proyectos mediocres”. “Ha venido dinero que no era dinero inteligente; la inversión ha subido porque se han financiado muchos proyectos malos con gente que no sabe invertir”, reconoce.
La calidad de los proyectos para invertir por parte del capital riesgo es otro de los factores. No hay que olvidar que estos fondos inyectan dinero con un riesgo muy elevado con el objetivo de lograr una rentabilidad muy alta para hacer frente a todas las inversiones fallidas que quedan en el camino. Francisco Velázquez, fundador de Axon Partners, uno de los fondos de capital riesgo españoles, lo tiene claro: “Hay muchísimos proyectos en España, pero que vayan a generar dinero, no hay tantos”. En su caso, con un fondo recién formado apenas ha hecho una inversión en los 15 últimos meses.
Para Velázquez, la profesionalización de esta actividad de capital riesgo para ‘startups’ he hecho que muchos de los inversores sean más cautos a la hora de elegir para mantener la rentabilidad de sus fondos.
“Hay mucho dinero tonto y pocos proyectos buenos”, explica Carlos Blanco. Y eso obliga a los fondos a batalla por acceder a todos ellos. “Ahora la batalla es por tener un buen flujo de proyectos”, reconoce. Ahora en España el surgimiento de numerosos fondos en todas las fases de la compañía (semilla y crecimiento) ha incrementado la oferta. “Antes había una serie de inversores que tenían un seudomonopolio y ahora hay muchos más y el buen emprendedor puede elegir”, apunta.
El propio Blanco señala un último factor para explicar este descenso que no hay que olvidarlo: el cambio en la comunicación de las operaciones. Todas las estadísticas, de unos y otros, se basan en rondas de financiación comunicadas oficialmente por alguna vía. No existe una fuente oficial en la que se incluyan todas y cada una de ellas. Ahora está incrementándose la actividad, según explica él, que pasa bajo el radar. “Conozco varias operaciones que no se han comunicado en los últimos meses”, apunta. La razón para esta práctica es clara: no despertar el interés de la competencia, ni darle pistas.
Fondos aún en recaudación
Mientras este frenazo se sucede, muchas gestoras siguen en el proceso de recaudación de fondos. No está siendo una ‘batalla’ fácil. Queda aún pendiente el cierre de KFund (evolución de Vitamina K), que en principio iba a ser de 50 millones de euros, o de Kibo Ventures, que aspiraba a lograr unos 80 millones de euros.
El aterrizaje de más fondos preocupa a los que ya están en el tablero. Francisco Velázquez, de Axon Partners, explica que muchos de los que se preparan para dar el salto se ubicarán en las fases más avanzadas de las 'startups'. “Va a entrar gente a invertir a lo loco; algunos de los que están invirtiendo no han dado retornos nunca y no miran el precio”, apunta.
Esa concentración en la parte más alta del ecosistema también preocupa a Carlos Blanco, quien cree que 2016 va a ser un año “raro” por esta razón. “Va a haber mucho dinero para terceras rondas pero no tanto para primeras”, advierte.
“Muchos emprendedores nerviosos”
Ante esta situación, Luis Martín Cabiedes asegura que existen “muchos emprendedores muy nerviosos” en busca de esa financiación que ahora no llega. “Hay mucho emprendedor drogodependiente y ahora el ‘camello’ no está… y tienen síndrome de abstinencia; se ha creado un sistema emprendedor que depende de los inversores y del dinero público y privado”, explica el inversor.
Para Cabiedes, esta ralentización hay que encuadrarlo en la lógica del mercado. No sólo por la situación macroeconómica y el ecosistema emprendedor global sino por el cambio en la percepción del riesgo de los inversores en España. “Después de la borrachera, viene la resaca… Hubo una incorrecta valoración del riesgo y ahora hay una excesiva valoración”, apunta.
Sea como sea, todas las fuentes consultadas señalan que este comienzo de año puede apuntar a una vuelta a la ‘normalidad’. A unos niveles más ajustados. Quedan muchos meses por delante para comprobarlo. Lo que resulta evidente es que el invierno ha sido frío.