Experimentar para, después, regular. También en el sector financiero. Las nuevas compañías tecnológicas desafían el ‘statu quo’ de este mercado. Ahora reclaman un lugar en el que probar sin romper nada. Un pequeño mercado virtual, con clientes y condiciones reales, pero controlado por el organismo regulador y sin riesgos para las empresas que prestan servicios financieros innovadores (fintech). ¿Su objetivo? Probar nuevos proyectos sin miedo a causar problemas y para perfilar una regulación idónea.
El antecedente está en Reino Unido, donde han desarrollado lo que denominan como ‘sandbox’ (banco de pruebas) e iniciará su actividad de manera formal este 2016. “Sería algo indispensable para el sector”. Las palabras son de Enrique Fernández, abogado de la consultora EY y experto en regulación financiera. Las pronunciaba en un debate que tuvo lugar días atrás en el Ministerio de Industria sobre la necesidad de unas ‘reglas del juego’ para este nuevo segmento. El desarrollo de esta herramienta implicaría cambios normativos, con los que permitir dispensas parciales de cumplimento de normas jurídicas del sector.
¿Es posible un Sandbox similar al británico en España? Es difícil. Pero creo que en este caso el consumidor manda
“¿Es posible un sandbox similar al británico en España? Es difícil. Pero creo que en este caso el consumidor manda”, explica el abogado ante las dudas jurídicas que genera algo así para los distintos actores. Como ocurre con la banca. El director ejecutivo de la Asesoría Jurídica de Caixabank, Ignacio Redondo, explica que sería algo “muy útil” no sólo para 'startups' sino también para grandes entidades. “Pero tengo dudas jurídicas sobre ello y sobre si el Banco de España tiene esas herramientas”, apunta.
La experiencia británica
Pero, realmente, ¿cómo funciona un banco de pruebas como el británico? El regulador de aquel país detectó hace dos años que en el sector financiero existían “barreras que mataban cualquier iniciativa ‘fintech’ en servicios que son los más habituales”, según Fernández.
La consecuencia de este análisis: ¿Por qué no crear un espacio seguro en el que no exista la necesidad de cumplir con todo y sólo se requiera una preautorización para operar? En 2014 arrancaron los planes de desarrollo de este banco de pruebas. Y ahora arrancarán los primeros tests.
Es preocupante el liderazgo británico: o nos ponemos las pilas en España, logrando que todos los actores se sienten y colaboren acelerando muchísimo, o nos quedaremos muy atrás
“Si la solución es innovadora, si hay una inversión razonablemente robusta y se conocen las implicaciones el regulador le permitirá acceder a ese espacio y a un colectivo reducido de consumidores”, explica el abogado. Será a partir de su actividad ‘virtual’ cuando se saquen conclusiones para su autorización.
Una fuga de 'startups', el riesgo
La competencia global en este sector puede echar por tierra el desarrollo en España, si no se es ágil en la regulación y en estas pruebas en un entorno relativamente real. “Es preocupante el liderazgo británico: o nos ponemos las pilas en España, logrando que todos los actores se sienten y colaboren acelerando muchísimo, o nos quedaremos muy atrás”, asegura Enrique Fernández.
En los últimos cinco años, las empresas de ‘fintech’ británicas recibieron casi 5.500 millones de dólares de financiación (uno de cada diez invertidos en todo el mundo). El resto de Europa recibió apenas 4.400 millones.
Para que muchas compañías españolas no decidan salir hacia mercados como el británico con una regulación más firme respecto a su actividad se debe, según explica Marta Planas, “un entorno favorable”. “Si no se consigue, probablemente muchas de estas 'startups' mirarán hacia otros países”, advierte.