En la era de las redes sociales, el estilo que pueda imprimir un community manager a la cuenta de una empresa es un valor cotizado. Debe dar una respuesta atenta y eficaz a los usuarios, pero al mismo tener una voz cercana y amigable que huya del corporativismo. Lo que encontrar en la cuenta de Renfe cuando cae la noche y baja el ritmo de reclamaciones de viajeros, sin embargo, es toda una sorpresa por parte de la vetusta compañía.
Así, igual que antaño los insomnes podía llamar a programas radiofónicos para amenizar la noche, los usuarios de Twitter pueden recurrir a los CMs de la ferroviaria para conversar. E, insistimos, no sólo para asuntos relacionados con el transporte. Se puede hablar, por ejemplo, de fútbol.
... de cine (aunque son especialmente susceptibles a las quejas contra la programación de las películas en los trenes)...
... de música...
... videojuegos ...
... televisión...
... y, en realidad, de cualquier cosa, porque no parece haber tema de conversación la bastante inane como para que Renfe nos deje sin contestación.
Podemos incluso intentar ligar con ellos, y nos rechazarán firme pero educadamente.
Y si pensábamos que la política está fuera de los límites de la política comunicativa de Renfe... craso error.
Como indican las horas de algunos de estos tuits, algunos de estos intercambios ocurren fuera del turno de noche. Pero si acudimos con ganas de guasa a lo largo del día probablemente agotemos su paciencia.
Y es que el servicio de trenes es uno de los que mayor frustración genera entre los españoles, y las reclamaciones a las que tiene que atender la cuenta es ingente. Por otra parte, quejarnos nos permite disfrutar de otra manera de su particular estilo socarrón.
En definitiva: ha nacido un tuitstar.