A por la última milla: La carrera por reinventar la entrega exprés en la 'era Amazon'
Emprendedores españoles pelean por hacerse con el mercado de la entrega 'inmediata' y en las ciudades.
24 abril, 2016 00:42Noticias relacionadas
Año 2000. Justo antes del estallido de la burbuja puntocom. Telepizza se enfrenta a la revolución de internet. Muchos consideraban a la empresa como uno de los potenciales ganadores de la batalla por conquistar la red. En ese momento, se quería consolidar como la alternativa a Correos en las entregas de producto en la última milla (hasta la puerta de la casa). Ahora, en 2016, con la compañía ‘pizzera’ preparando motores para dar el salto de nuevo a la bolsa, arranca una carrera por perfeccionar ese mercado de la logística del último kilómetro.
Nuevas compañías, con el móvil como arma fundamental, quieren reinventarlo y convertirse en nuevos intermediarios. En España, varios actores llenarán en los próximos meses un segmento de la logística con varias novedades. Por un lado se lleva a cabo dentro de las propias ciudades entre comercios locales y clientes, lo que permite que los tiempos de entrega se reduzcan hasta la mínima expresión (hay proyectos que ya ofrecen hasta 30 minutos desde que se pulsa el botón de comprar). Además cuenta la aplicación móvil como aliado para hacer más rápido y efectivo el proceso (cliente y mensajero pueden estar en contacto continuamente durante el proceso) y no requiere contar con stock de productos ni almacenes.
Casi 30 millones de euros han sido ‘apostados’ en los últimos meses por fondos de capital riesgo e inversores que creen firmemente en que existe hueco en esa logística que cubre los últimos metros de una entrega a un tiempo récord (hay empresas que ofrecen pedidos en 30 minutos). Glovo, Jinn App, Stuart… El mercado empieza a poblarse antes de que lleguen los primeros espadas.
Varios modelos
En febrero de 2015 aterrizaban en el mercado Óscar Pierre, Sacha Michaud y su equipo. Arrancaban la primera plataforma de recaderos: mensajeros profesionales que compran y entregan cualquier tipo de pedido en menos de una hora. Algo más de un año después, la compañía sigue creciendo por encima del 20% mensual (se niegan a facilitar cifras de negocio y de operaciones). Pero su modelo ha cambiado. Antes sólo generaba ingresos a través del pago fijo por la entrega (5 euros). Ahora ha convertido en un pequeño centro comercial en el móvil y por cada producto que vende de ‘retailers’ tradicionales, como El Corte Inglés o cualquier comercio, cobra una comisión de venta.
El modelo de Glovo es similar al del Jinn App. La compañía ha sido fundada por tres jóvenes fundadores españoles. En su plan de expansión, para el que ya tienen gasolina con su última ronda de 6,5 millones de euros, se encuentra España. Es previsible que en los próximos meses aterricen en una gran ciudad, como Madrid o Barcelona.
En Barcelona nació el año pasado una compañía que comenzó su andadura fuera de España. Su servicio de mensajería exprés tenía una peculiaridad: sus clientes eran fundamentalmente empresas. Esta semana ha anunciado el lanzamiento en Barcelona después de haber experimentado en la capital francesa.
A esta particular ‘fiesta’ se han unido las compañías que decidieron apostar por la entrega de comida a domicilio. Comprea, Deliberry o Delsuper son tres de los operadores que tratan de hacerse con un mercado aún incipiente.
Muchos de ellos tienen un precedente estadounidense: Postmates. La empresa fue fundada en 2011 y hoy está valorada en más de 600 millones de dólares, tras haber recibido casi 140 millones de financiación. Después de consolidarse en Estados Unidos, busca dar el salto a Europa. Londres es su primera estación, aunque aún no ha sido abierta. España estará, con toda seguridad, entre sus planes.
Dinero por doquier
Todos estos modelos que tienen a España (y otros mercados europeos) como uno de sus objetivos necesitan importantes cantidades de capital para crecer. Y los inversores, al menos por ahora, están dispuestos a poner sobre la mesa todo lo que sea necesario.
Glovo sumó 2 millones de euros a finales del pasado año, incorporando a inversores como los fundadores de Wallapop o el 'exGoogler' y fundador de Idealista Bernardo Hernández. Jinn App recibió 6,3 millones de euros de mano del fondo creado por el cofundador de La Nevera Roja, José del Barrio. Por último, Stuart, con sede en Barcelona, logró 22 millones de dólares (19,5 millones de euros) en noviembre antes incluso de lanzar su servicio de mensajería bajo demanda entre empresas.
¿Hay negocio para todos?
Hay proyectos y hay dinero para financiarlos. Pero, la duda es: ¿Hay mercado realmente para toda esta oferta? “Cada uno tiene un posicionamiento, unos en comida, otros en empresas y otros en mensajería general…Desde luego hay sitio”, explica el fundador de Glovo, Sacha Michaud. Tanto ellos como el resto no comparten sus cifras, más allá de porcentajes de crecimiento que sólo reflejan una tendencia al alza.
La otra duda es si esta carrera por llegar el primero es sostenible económicamente. La estadounidense Postmates ha tenido todos los focos sobre ella y su capacidad para ser rentable. En sus planes, este 2016 debería ser el de los beneficios. Sin embargo, deben demostrar que pueden conseguirlo.
Michaud explica que esa rentabilidad dependerá de la capacidad para ‘monetizar’ por parte de las empresas. En su caso han creado dos vías de ingresos: el pago del servicio de entrega (que se destina íntegramente a pagar a sus mensajeros autónomos) y la comisión a los comercios en los que compran los productos que luego son enviados. Es una manera de incrementar ingresos en un modelo cuyos costes son altos.
¿Qué hacemos con Amazon?
Mientras todo esto sucede, la otra duda radica en qué harán gigantes internacionales como Amazon o Google (con su servicio Express) o españoles como El Corte Inglés (que tiene su servicio de 2 horas). La fundada por Jeff Bezos ya ha lanzado su entrega en el mismo día, pero sigue sin poner en marcha la que se hace en un máximo de dos horas pese a las continuas especulaciones sobre su posible puesta en marcha.
¿Cómo puede afectar una nueva aceleración de Amazon? “Son modelos complementarios… Muchos gigantes del comercio electrónico ya están entrando en la entrega inmediata, pero creo que hay sitio para todos”, explica Michaud. Para él, muchos de los comerciantes con los que acabarán trabajando “ven más a Amazon como un riesgo o una amenaza que como un aliado”.
La carrera por ese último kilómetro en la logística ya está lanzada. Hay gasolina, al menos para estos primeros pasos. Y hay competidores. Ahora queda saber quién acabará llevándose la victoria.