Aunque tarde, llegó la reacción. Cabify defiende ante la denuncia del taxi que no cuenta con falsos autónomos entre su equipo de conductores de VTC ni exige exclusividad. La compañía asegura que los chóferes firman una cláusula de no competencia por la que les prohíbe utilizar dos aplicaciones móviles a la vez. "Pueden contratar con otros clientes y de hecho, lo hacen habitualmente fuera de su tiempo de disposición", explican.
Uno de los mayores colectivos del sector del taxi, Fedetaxi, ha presentado una denuncia junto al sindicato Comisiones Obreras ante el Ministerio de Empleo. La razón principal: entienden que Cabify ejerce competencia desleal, al sustituir a trabajadores por cuenta ajena por falsos autónomos.
Sin falsos autónomos
En un comunicado, Cabify confirma que los transportistas con los que colaboran lo hacen bajo un régimen de contrato mercantil de servicios, ya sean empresas (60% de los vehículos) o autónomos particulares (un 40% del total). "No damos de alta a autónomos; no perciben un sueldo mensual, ni anual de carácter fijo, sino que sus ingresos son consecuencia de la facturación de las horas y servicios realizados". No hace referencia alguna al número de horas mínimas que les exige. Según Fedetaxi, al menos 50 por semana.
La otra gran crítica recibida se centra en el contrato firmado con los chóferes. Los denunciantes señalaban que existía una cláusula de exclusividad. Sin embargo, la empresa arguye que se trata de una cláusula de no competencia. "Se refiere al uso no concurrente de dos aplicaciones móviles". Es decir, Cabify admite la prohibición del uso por parte de los profesionales de aplicaciones como Uber.
Economía sumergida
En el documento presentado en Empleo por la organización del taxi se hacía referencia a la economía sumergida que promovía un modelo como el de esta tecnológica. En este sentido, resalta que su sistema de control permite trazar todos los cobros y pagos, que nunca se realizan en metálico. "Eliminan la economía sumergida y la precariedad existente en otros segmentos del transporte urbano como el taxi", apuntan.
En este sentido, reclaman el alta a los trabajadores de empresas o autónomos en el régimen aplicable de la Seguridad Social, pagar a los empleados y estar al día en sus obligaciones laborales.
La compra de licencias
Fedetaxi acusa a Cabify de adquirir licencias VTC a través de un entramado de empresas. Desde la empresa defienden que ni ha adquirido ni ha obtenido estos permisos, sino que ha actuado como "agente facilitador" de compraventa de licencias entre terceros interesados en acceder al sector y otros que buscan desinvertir". "Siempre bajo el marco que establece el reglamento que en su última modificación de noviembre obliga a adquirir paquetes de al menos 7 licencias para nuevos entrantes", apostillan.
¿Y el entramado de empresas? Confirman que sí fueron constituidas en 2015 y dependen de Maxi Mobility Spain S.L., la filial con la que operan en España: "Están adscritas a licencias VTC para facilitar su transmisión a terceros, tal y como exige el marco regulatorio vigente".
En Delaware
La otra acusación que Fedetaxi vertía sobre el modelo de Cabify era su estructura empresarial, basada en una matriz ubicada en el estado norteamericano de Delaware, con importantes ventajas fiscales. Y sobre ello, aclaran que recibieron su primera ronda de financiación en 2011 por inversores americanos en Silicon Valley y uno de los requisitos para cerrar el acuerdo era tener sede allí.
"Toda 'startup' o empresa que tenga inversión proveniente de Estados Unidos usa una matriz en el continente americano con el fin de dar mayor tranquilidad y transparencia a inversores locales; la elección de Delaware se debe a que es el estado con mejores ventajas fiscales", aclaran.