Año 2014. Dos de los grandes bancos españoles, Caixabank y Santander, y la principal compañía de telecomunicaciones, Telefónica, decidían unir fuerzas para crear un particular laboratorio de servicios digitales. Yaap era el resultado. La compañía recibió una inversión inicial, aportada a partes iguales por los tres socios, de unos 18 millones de euros. El objetivo: experimentar en el lado de los pagos móviles y de la fidelización de clientes del pequeño comercio a través de Internet. Dos años después echa el cierre. La decisión obedece a las diferencias estratégicas de las partes.
El proyecto contaba con dos aplicaciones (y pilares de negocio) diferentes: una de micropagos entre particulares y otra de comercio electrónico centrada en la fidelización de clientes digitales de pymes a través de descuentos, ofertas, etc. Esta última hacía las veces de un escaparate virtual de comercios de barrio.
La tecnología con la que contaban para esta plataforma de pagos móviles era aportada por Monitise, la compañía cotizada de origen británico participada por el fondo de capital riesgo del Santander y por la propia Telefónica.
Todas las partes se lo tomaron como un experimento. Sin embargo, su evolución como un ‘laboratorio’ conjunto no resultó ser fructífero para ninguna de las partes. Cada entidad tiene sus prioridades, especialmente, en el lado de los pagos y la banca móvil. Ese fue el germen del cierre, una decisión que fue adelantada hoy por el diario Expansión. Una decisión que ya ha sido comunicada también a sus clientes a través de las redes sociales.
Grandes pérdidas
De la compañía no hay disponibles muchas cifras sobre su actividad o sus cuentas económicas. El último balance corresponde al año 2014 (que se cerró con una plantilla de 40 personas, ocho veces más que en 2013, primer año donde se constituyó la sociedad). En este año, las pérdidas superaron los 8 millones de euros.
Desde ninguno de los socios se niegan a ofrecer más información sobre cuál ha sido la inversión total realizada en la empresa. En el arranque fueron más de 18 millones de euros y en este tiempo la compañía ha comunicado al Registro dos ampliaciones de capital, aunque se desconoce si se trata de fondos adicionales o de esa misma cantidad aportada en diferentes fases.
Proyectos propios
Más allá del éxito o fracaso del proyecto, la realidad es que los tres actores cuentan con sus propios frentes abiertos en el terreno de la banca móvil. En enero, Caixabank presentaba Imaginbank, su propia plataforma en la que también incluía los micropagos a través de los dispositivos entre particulares. Por su parte, Banco Santander cuenta con algunas iniciativas como Santander Wallet, donde sus clientes pueden gestionar también micropagos.
En el caso de Telefónica, ha acelerado sus pruebas en este segmento. La filial en Alemania lanzó el pasado 12 de mayo un programa piloto en colaboración con Fiodor Bank: O2 Banking, una cuenta bancaria móvil que permite a los usuarios realizar todo tipo de gestiones y transacciones sin acudir a la sucursal. A esto se suman dos servicios de pagos móviles tanto en Brasil (Zuum) como Perú (Tu Dinero Móvil de Movistar).
Otras aplicaciones
En los últimos meses, otros bancos han decidido internarse en este segmento de los micropagos instantáneos entre particulares a través del móvil. ING lanzó a finales del pasado año Twyp, su propia aplicación que ha superado los 250.000 usuarios (casi la mitad no son clientes y pertenecen a entidades financieras rivales).
“El lanzamiento ha superado todas las expectativas”, aseguraban fuentes de la entidad a este medio. En total habían superado en el primer trimestre de este año un total de 100.000 operaciones, a razón de cerca de 1.000 diarios.