“Si no pueden sostener esa empresa que me la vendan, que se la vendan al Estado”. Ese es el mensaje que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, lanzó el 1 de agosto a las empresas de telecomunicaciones, entre ellas, Telefónica, ante el alza de precios que han puesto en marcha este verano para cuadrar sus cuentas de resultados.
“Les hablo claro a los empresarios de las telecomunicaciones. De repente aparecieron unas tarifas. ¿Qué es esto? ¿Creen que no hay gobierno? Hoy hubo una reunión y yo le mandé a decir al vicepresidente que le toca esa área, Jorge Arreaza, que no. Paren eso y vamos a hacer una evaluación”, aseguró Maduro durante un discurso bajo el eslogan ‘Gran misión, abastecimiento soberano’.
“Se lo digo así a los operadores de las empresas de telecomunicaciones. Si ustedes dicen que no pueden, véndanos esas empresas que nosotros las sabremos llevar muy bien y buscamos la forma de hacer la transacción de manera correcta y la patria sale ganando”, recalcó. “Pero aquí nadie va a poner tarifas así”. En este sentido, las empresas de telecomunicaciones han estado imposibilitadas de hacer ajustes de precios en las rentas básicas de los planes y existe un retraso significativo en el ajuste de los precios de tarifas.
Según explican desde Telefónica, "en julio se había estado trabajando con el Gobierno para hacer incrementos de tarifas, que finalmente fueron prohibidas cuando comenzaron a hacerse efectivos los ajustes". En este sentido, el viernes 29 de julio por instrucción del Presidente de la República, se coordinó con el organismo regulatorio del sector (Conatel) iniciar nuevas mesas de trabajo para definir próximos pasos. "Las reuniones se están haciendo a diario", añaden.
Negociar nuevas tarifas
Telefónica decidió a principios de julio modificar su política de precios en Venezuela con alzas que llegaron a rozar el 300%, según informó entonces la prensa local y una reducción de los planes de llamadas y datos. En el caso de otras ‘telecos’, como Digitel, la subida fue aún superior, por encima del 400%.
“Debido a la necesidad de actualización de nuestras plataformas tecnológicas y para garantizar la continuidad de los servicios, nuestra oferta de planes base y adicionales de telefonía móvil, telefonía fija e internet móvil será modificada”, justificaba hace un mes la filial. Un cambio de tarifas que iba a ser efectivo a partir del 24 de julio, pero que el Gobierno de Maduro frenó en seco.
Ante esta situación, a la operadora española no le ha quedado más remedio que sentarse y negociar sus tarifas con el Gobierno venezolano. La compañía “mantiene conversaciones con las autoridades pertinentes para definir los nuevos precios de nuestros servicios”, señala un comunicado de la filial venezolana, conversaciones que han sido confirmadas a este diario por la empresa española.
Además de negociar, Telefónica también plantearía reembolsar a los clientes la subida de precios llevada a cabo en el mes de julio que fue paralizada por el Gobierno de Maduro. "No se ha podido acompañar ni la inflación ni la demanda del consumo de los servicios en el país. El más reciente incremento realizado en 2015 fue de un 35% muy por debajo de la inflación del 2015 de 181%", señalan desde la compañía española.
Depreciación de activos
Esta marcha atrás, obligada, no es la primera piedra que se encuentra Telefónica en la gestión de su negocio venezolano. Su filial es un problema desde hace tiempo, por la situación económica del país y por el impacto que la hiperinflación en las cuentas de la empresa encabezada por José María Álvarez-Pallete, a pesar de que Venezuela sólo representa el 1% de los ingresos trimestrales de la multinacional española, según indica la Bloomberg.
La teleco ya ha reconocido en varias ocasiones el impacto de Venezuela en sus cuentas. Por ejemplo, en el primer semestre de 2016, su resultado operativo global antes de depreciaciones y amortizaciones (Oibda) se recortó en un 6,4%, hasta 7.756 millones de euros. “Este descenso está afectado principalmente por el efecto de los tipos de cambio e hiperinflación de Venezuela (-10,7 puntos porcentuales)”, asume Telefónica en la información que remitió a la CNMV, el regulador bursátil.
En febrero de 2015, Telefónica tuvo recortar el valor de sus activos en Venezuela. Asumió una depreciación de estos por valor de 2.800 millones de euros. Y, además, ha tenido que asumir el impacto de los tipos de cambio a consecuencia de la hiperinflación. Así, en el primer semestre de 2016, ha empleado un tipo de cambio del bolívar venezolano de 628 bolívares por dólar, según explica en sus resultados semestrales. Un año antes, en la primera mitad de 2015, empleaba un tipo de cambio de 197 bolívares por dólar. “El efecto de los tipos de cambio y la hiperinflación en Venezuela resta 11,7 puntos porcentuales y 10,7 puntos porcentuales al crecimiento de las ventas y el Oibda [resultado operativo], respectivamente”, reconoce Telefónica.