La profesión de desarrollador de software es una de las más cotizadas del mundo. La demanda en las empresas no deja de crecer. Y en este contexto, Jorge, Eiso y Philip quieren ponérselo más sencillo en el reclutamiento: sus algoritmos de inteligencia artificial analiza el trabajo de cada uno de los candidatos y le ofrecen los profesionales que mejor se adaptan a sus necesidades. Esa es la esencia de Sourced, la compañía que acaba de recibir la inversión de 6 millones de euros procedentes del inversor francés Xavier Niel, que inyectó dinero en Snapchat y es copropietario del diario francés Le Monde, y los fondos europeos Sunstone Capital y Otium Capital.

Los tres emprendedores proceden del mundo del reclutamiento. En 2011 pusieron en marcha Tyba, una web de empleo especializada para ‘startups’. “Era un ‘Infojobs’ pero con un poco de inteligencia algorítmica para recomendar candidatos a las empresas”, explica Jorge Schnura, uno de los fundadores. Cuatro años después, se encendió una nueva bombilla: ¿Y por qué no centrarse en los perfiles de desarrolladores pero perfeccionando el proceso de selección? Era el germen de Sourced.

Objetivo: perfeccionar la selección

Tras dejar Tyba con el piloto automático –posteriormente fue vendida a Graduateland, un portal de empleo para jóvenes en Europa-, se pusieron manos a la obra. El objetivo era mejorar un sector del reclutamiento de estos profesionales técnicos que tiende hacia la ‘subasta’.

En el mercado ya existen empresas que hacen de subastadores: ofrecen un desarrollador a un puñado de empresas y se produce una subasta en toda regla. Las compañías pujan por ellos hasta que, finalmente, una de ellas se queda con él.

Sourced busca incluir una capa para afinar más en esa selección. ¿Cómo? Analizan el código –el lenguaje con el que se construyen aplicaciones, herramientas webs, software de todo tipo- de cada profesional en base a unas 400 variables (estilo, calidad, eficiencia…). “Conocemos y entendemos mucho mejor el perfil del desarrollador y con eso le podemos colocar en empresas”, explica Schnura.

Hasta ahora han logrado atraer, según sus propias cifras, casi 300 clientes, entre las que no sólo hay startups pequeñas sino grandes tecnológicas como Trivago o consultoras como Accenture. “Pero nuestro enfoque es dirigirnos hacia startups más novedosas”, apunta el cofundador. Un año y medio después de ponerla en marcha espera cerrar en 2016 con una facturación cercana al millón de euros y rozando los ‘números negros’ –balance entre ingresos y gastos-.

6 millones de inversión

En este punto llega una nueva inyección de capital. Recibe 6 millones de euros de capital con el fin último de crecer fuera de las fronteras españolas y mejorar el algoritmo de selección. Uno de los inversores destacados es el francés Xavier Niel, fundador de un fondo del fondo de capital riesgo Kima Ventures, que anteriormente ha participado en rondas de financiación a título personal en compañías tecnológicas como la aplicación de mensajería Snapchat.

A esta aportación se suma la de Sunstone Capital, un fondo de capital riesgo nórdico, junto con el francés Otium Capital, inversor en su momento de LaFourchette (comprador de la española ElTenedor.es).

De izqda a drcha, Jorge Schnura, Philip von Haven y Eiso Kant.

Ese incremento de la apuesta internacional se va a percibir no sólo en el equipo, que esperan duplicarlo antes de final de año hasta alcanzar los 55 trabajadores, sino también en oficinas. Hoy cuenta con espacios en Madrid y Berlín y espera abrir siete nuevas delegaciones en Londres, París, Estocolmo, Ámsterdam, Nueva York, Boston y San Francisco, con el objetivo de pisar el acelerador comercial.

A día de hoy, el mayor mercado para la empresa es Alemania. Pero quieren repartir el juego. Sobre todo mirando a Estados Unidos, una de las grandes ‘minas’ para este sector. Este país apenas representa en la actualidad un 5% de sus ventas.

“No queremos ser de nicho”

Pese a que su enfoque está centrado en un perfil muy concreto de empresa, los emprendedores quieren huir de la ‘hiperspecialización’. “No queremos ser de nicho; queremos desarrollar algoritmos de inteligencia artificial para usarlos en distintos verticales de empleo”, apunta Schnura.

A esa apertura a nuevos sectores, la empresa quiere añadir capas de productos por encima de ese algoritmo. Quieren construir herramientas para recomendar mejoras en el código de software de empresas, para serles útiles.

Con estas previsiones no quieren ni oír hablar de una posible venta a una gran compañía de reclutamiento de profesionales. Persiguen hacerlo crecer en un momento en el que la demanda de estos perfiles no deja de crecer. Schnura lo ejemplifica: para la posición de desarrollador, el salario medio en España ha pasado de 38.000 a 52.000 euros en un año. “No nos planteamos vender; este es un proyecto a largo plazo”, concluye.

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