El sector hostelero se pone la venda antes de la herida. No quieren que el Gobierno toque los impuestos que pueden golpear de lleno su negocio: el IVA y el impuesto especial sobre las bebidas alcohólicas. Sobre el primero, en teoría, no va a haber cambios. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha repetido en varias ocasiones que no tiene intención de tocar ni el IVA ni el IRPF.
“Se metería en un lío importante”, aseguraba este martes el secretario general de la Federación Española del Vino (FEV), Pau Roca. No es la única afectada. Las críticas preventivas también las realizan otras patronales como la de los productores de cervezas, los de bebidas espirituosas, los productores agrícolas de uva o los representantes de bares y restaurantes.
Aseguran, basándose en un estudio realizado por Analistas Financieros Internacionales (AFI), que sus sectores generaron el año pasado un valor añadido de 39.872 millones de euros, el equivalente al 4% del PIB, permitió el mantenimiento de 740.746 empleos y supuso una recaudación fiscal de 19.868 millones de euros.
El problema es que, si se suben los impuestos, esa cadena de valor se rompería. En su escenario, a diferencia de lo que dice el Ejecutivo, si se contempla una subida del IVA en hostelería del 10% al 21%, además de un alza de los impuestos especiales (entre los que también se incluiría el tabaco y los carburantes) del 10%.
En ese escenario, la previsión de AFI pasa por una inevitable reducción de sus actividades económicas (VAB) por valor de 3.660 millones de euros y la destrucción de 52.734 empleos. Además, aseguran estas patronales, en lugar de subir la factura fiscal, ésta se reduciría en 46 millones de euros. Todos estos recortes se producirían en el primer año tras la subida de impuestos. Sin embargo, los sectores afectados no han calculado cómo afectaría a la actividad económica y al empleo si, únicamente, se suben los impuestos especiales.
En el caso de que toda la carga impositiva se mantuviera como está, la recaudación fiscal de estos sectores se incrementaría en 1.718 millones de euros; su contribución económica crecería en 3.448 millones y podrían crear más de 64.000 empleos, aunque estos abarcan el periodo completo entre 2014 y 2017. "Somos capaces de recaudar más sin subir los impuestos", ha señalado el director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla.