Repsol está a punto de poner en marcha uno de sus proyectos estrella. Será en Brasil y en él no estará sola. La petrolera española va de la mano del gigante chino Sinopec, de brasileña Petrobras y del grupo angloholandés Shell. Se trata de Lapa, un proyecto complejo por su ubicación porque está situado a unos 270 kilómetros de la costa de Sao Paulo, y porque conlleva trabajar en profundidades de agua de más de 2.000 metros.
Lapa arrancará su producción en unos días, en concreto, esta próxima semana, según señalan fuentes del grupo petrolero español. Para Repsol es relevante porque es el activo de producción más importante que pone en marcha a lo largo de 2016 y el segundo que echa a andar desde que opera en Brasil.
El proyecto Lapa está participado en un 25% por Repsol Sinopec Brasil. En esta alianza, el 60% está controlado por Repsol y 40% restante el gigante chino, es decir, Repsol es minoritario en Lapa, con un participación neta del 15%. ¿Quiénes encabezan entonces este proyecto? El socio de referencia es la brasileña Petrobras, con el 45% y el 30% restante está controlado por BG E&P Brasil (Shell).
Hay que tener en cuenta que, hasta ahora, la legislación brasileña obligaba a que este tipo de proyectos tenían que estar participados por Petrobras que, al menos, debía contar un 30%. Un requisito, vigente desde 2010, que acaba de ser eliminado por el presidente brasileño, Michel Temer.
Repsol va de la mano de Sinopec porque son aliados en Brasil desde hace seis años. Entonces, la compañía española dio entrada al grupo chino en su filial brasileña a través de una ampliación de capital valorada en 7.100 millones de dólares (el equivalente a 6.662 millones de euros al cambio actual). Esa cifra fue suscrita íntegramente por la compañía china que, así, se quedó como propietaria del 40% de la sociedad brasileña.
El descubrimiento de Lapa
Las posibilidades de Lapa se descubrieron en 2007 y, ese año, fue considerado uno de los diez mayores hallazgos de hidrocarburos del mundo. ¿Por qué? Porque hasta entonces, debido a la profundidad y la existencia de una capa de sal, no se había detectado la presencia de crudo y gas y porque no existía la tecnología para poder realizar este tipo de exploraciones petrolíferas. Sin embargo, el factor fundamental es el precio: Brasil necesita que la cotización del crudo se sitúe en niveles superiores a los 50 dólares para que tenga visos de obtener rentabilidades.
¿Cómo se realiza? En este caso, la producción se lleva a cabo a través de un barco que recibe los hidrocarburos y separa el petróleo del gas y del agua. Después, almacena estos últimos durante varios días. Se trata de un ‘Floating Production, Storage and Offloading’ (FPSO), denominado Cidade de Caraguatatuba, que no se empezó a construir hasta 2013.
¿Cuál es la presencia de Repsol en Brasil? Al cierre de 2015, Repsol poseía derechos mineros sobre ocho bloques en ese país: cuatro de exploración y cuatro de producción y desarrollo. Ese año, su producción en ese país alcanzó los 11,8 millones de barriles equivalentes de petróleo, es decir, 32.208 barriles equivalentes de petróleo al día.
Hasta Lapa, Brasil representaba casi el 5% de la producción global de hidrocarburos del grupo. Ahora, con este proyecto, ese porcentaje tenderá al alza. En concreto, Lapa puede suponer para Repsol, de forma neta, unos 7.000 barriles equivalentes de petróleo al día sólo en 2017, según indican fuentes del sector.
Con esta aportación, la producción neta de la compañía en Brasil durante el próximo ejercicio alcanzaría, aproximadamente, unos 44.000 barriles equivalente de petróleo. De ser así, representaría alrededor de un 37% más de lo que produjo Repsol en Brasil durante el último ejercicio completo, el 2015.
Un semana agridulce
El inicio de producción en Lapa coincide con una semana agridulce para la compañía. Por un lado, la decisión de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) de recortar la producción de crudo en más de un millón de barriles diarios ha supuesto un rebote del precio del petróleo en bolsa. En el lado negativo, el recorte del dividendo del 12,5% en el ejercicio, hasta 0,70 euros por acción.
En cuanto a la OPEP, su reunión del miércoles provocó que el precio del barril de Brent rebotase un 8,82%. A media sesión del viernes, este barril, el de referencia en Europa, cotizaba en 54,26 dólares, casi un 17% por encima del precio al que cotizaba el martes, antes de que se vieran los responsables de los países petroleros. Ese día cotizaba en 46,38 dólares.
El precio del crudo es relevante para Repsol porque, el pasado mes de febrero, revisó el escenario de su plan estratégico para asumir un petróleo en el entorno de los 40 dólares y no a 50 como preveía solo unos meses antes.
Ese mismo plan le exigía desinversiones de activos no estratégicos, por ejemplo, la venta de un 10% de Gas Natural por 1.900 millones de euros. Con este movimiento, superó el objetivo de desinversiones hasta diciembre de 2017, al desprenderse de activos valorados en más de 4.700 millones de euros.
Ese rebote del crudo tras la OPEP también se ha visto reflejado en la evolución en bolsa de la petrolera. Repsol repuntó el miércoles un 4,3% y otro 2,34% el jueves, aunque el viernes retrocedió un 1,09%, hasta cerrar la semana con la acción a 12,755 euros.