Los gigantes del motor quieren tener peso en la movilidad del futuro. Entienden que el transporte privado actual no es sostenible a largo plazo. Y cambiará. Daimler (Mercedes, Smart) y PSA (Peugeot y Citröen) han tomado posiciones en Madrid. El primero, con Car2Go, y el segundo, con Emov. Este último fue lanzado esta misma semana, con un modelo muy parecido a su principal competidor. BMW estudia también un posible aterrizaje con su ‘clon’. Y lo hacen con el beneplácito del Ayuntamiento de Madrid.
Emov es el último competidor que ha aterrizado. Lo hace con un servicio de vehículos eléctricos de cuatro plazas conformado por una flota de medio millar de unidades que se podrán utilizar en la almendra de la M-30. Más allá de fabricantes del motor, hay otras dos grandes tecnológicas que ambicionan la conquista de Madrid: Uber, que se concentra sólo en la capital con sus dos servicios con licencias de vehículo con chófer (VTC), y Cabify, que está presente desde el año 2011.
Muchos de estos servicios se han ido poniendo en marcha con el favor del Ayuntamiento de Madrid, que en el último año ha ido abriendo las puertas a empresas que han aspirado a explotar este mercado. Primero fue Car2Go, ante las quejas del resto de competidores que entendieron ese trato como desigual. Luego se sumó Uber, cuyo nuevo servicio de vehículos eléctricos fue presentado en el Consistorio ante las quejas de Podemos (muy crítico con la actividad de la compañía estadounidense). El último es un clon de Car2Go, Emov, gestionado por la compañía creada por Eysa (que gestiona las zonas azules de varias ciudades, entre ellas, Madrid) y el grupo PSA-Peugeot,
Este aluvión no es ningún capricho. Madrid es un mercado potencial alto. No sólo por los niveles de tráfico, sino por la rápida adopción de estos servicios alternativos. El caso más paradigmático ha sido el de Car2Go, cuyo lanzamiento en Madrid se ha convertido en el mejor en cuanto a cifras en relación con la treintena de capitales en las que está presente en Europa. “Madrid es la primera ciudad del mundo por uso para Car2Go”, aseguró su responsable en España, Orazio Corva. La plataforma cuenta actualmente con más de 120.000 usuarios.
Car2Go, ¿más madera?
Ahora la pelota está en el tejado de Car2Go. ¿Cómo va a afrontar la compañía esta irrupción? Desde la empresa no prevén un giro en su estrategia. O, al menos, es lo que defiende su responsable en España, Orazio Corva, quien reconoce que no es una situación nueva para ellos. Ha sucedido igual en otras muchas ciudades donde han arrancado: “Y lo vemos como algo positivo porque va a empujar a un mercado como el madrileño que creemos que va a crecer muchísimo en los próximos años”, apunta.
Su nuevo competidor se plantea la posibilidad de incrementar a medio plazo el número de vehículos. ¿Responderán? “Siempre miramos la oportunidad de poner más coches en Madrid”, apunta. Esperan, a lo largo de 2017, incrementar su flota actual, que asciende al medio millar de vehículos. Están en conversaciones con el grupo para ver la disponibilidad de más vehículos en ese ejercicio. A la vez, estudian la ampliación de la zona de influencia más allá de los límites de la M-30. Pero no hay fecha para nada de esto. “No vamos a cambiar nuestros planes por la llegada de un nuevo competidor”, apunta.
Con o sin cambio de planes, cabe pensar que el incremento de la competencia puede acarrear una guerra de precios. Orazio Corva no quiere ni oír hablar de una batalla en ese terreno. “Nunca se sabe; pero no lo esperamos porque el precio es muy competitivo, muy bajo en comparación con otros mercados”. En concreto, 19 céntimos por minuto en el caso de ambas compañías.
¿Habrá mercado?
La duda radica en si habrá mercado, al menos a corto plazo, para estos operadores (y los que vengan). De repente habrá en el centro de Madrid un millar de coches disponibles para que sean utilizados sólo en la almendra de la M-30. Sus negocios se basan, principalmente, en la recurrencia. El margen de beneficio es muy estrecho y se basa, como muchas compañías tecnológicas, en el volumen. ¿Habrá sitio (sostenible) para todos? “Claramente, sí. La llegada de otros competidores hará que el mercado crezca”, explica Corva.
Las previsiones de ambas compañías, con un fuerte respaldo inversor y de capital en sus respectivos grupos, se centran en encontrar la rentabilidad en dos años. Los dos quieren que los ingresos superen a los gastos a lo largo del próximo año 2018.
BMW, a la espera
Estos son los dos gigantes del motor que han aterrizado. Pero pueden no ser los únicos. Uno de los que lo ha estado estudiando durante los últimos meses es BMW. Analiza aterrizar con su servicio DriveNow, un clon de Car2Go. ¿Hay fecha para un posible lanzamiento? “No podemos confirmar nada por el momento”, explica a EL ESPAÑOL uno de los portavoces de la filial del grupo alemán.
DriveNow es una empresa conjunta de BMW y de la también alemana Sixt, de alquiler de coches. Se creó en 2011. La última ciudad en la que ha aterrizado es Bruselas, donde llegó en julio de 2016 pero con un servicio en el que no hay vehículos eléctricos. Hoy está presente en ciudades de Alemania, Austria, Reino Unido, Dinamarca y Suecia.
Pero puede que incluso aterrice de manera indirecta. Durante los últimos días se ha especulado con la posibilidad de una fusión de ambas. Sin embargo, la alemana Sixt, que tiene el 50% de DriveNow, se apresuró a asegurar que la unión de las dos “no es una opción”. Por su parte, el ‘jefe’ de Car2Go en España se limitó a asegurar que no se trata más que de rumores.
Pese a que son pequeños, el mapa lo completan otras dos compañías de este sector de alquiler (flexible) de vehículos. Respiro o Bluemove también quieren ganar espacio en Madrid, en plena batalla contra los grandes.
Y la batalla de Uber y Cabify
Pero hay más grandes empresas privadas, más allá de la industria del automóvil, que ambicionan Madrid. Cabify se estrenó en Madrid en 2011 con un servicio de coches con chófer. Tras años de crecimiento discreto, Madrid se ha convertido en una ciudad destacada en su negocio. La compañía, cuya matriz se encuentra en el paraíso fiscal estadounidense de Delaware, asegura que espera cerrar este 2016 con unas ventas (sin especificar si son netas o brutas) de 100 millones de euros entre todos los mercados.
En el caso de Uber, tras la suspensión cautelar de UberPop, eligió también Madrid para concentrarse. ¿La razón? Para ellos, que acaban de lanzar un servicio de vehículos eléctricos, se trata de un mercado más maduro, en lo que a número de licencias VTC se refiere. Así lo aseguraba a este medio el responsable de la compañía en España, Carles Lloret: “Mientras que en Madrid hay 2.000 licencias de VTC, en Barcelona apenas hay 500”.
Ahora queda por ver si el negocio crece a la misma velocidad que los actores que tratan de atacarlo. La inmensa mayoría, excepto los más pequeños, tienen capital suficiente para aguantar meses (e, incluso, años) de inversión y pérdidas. Y Madrid es uno de los grandes campos de batalla europeos para sus servicios. De su resultado dependerá lo rápido o lento que ‘tomen’ más ciudades medias y pequeñas, más allá de la capital.
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