Gonzalo Urquijo, presidente de Abengoa.

Gonzalo Urquijo, presidente de Abengoa. Getty Images

Empresas Rescate interminable

Trump, México y las impugnaciones traban el dinero de Abengoa

La empresa confía en que lleguen los 500 millones necesarios para reanudar proyectos antes de enero.

12 enero, 2017 01:35

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Casi dos meses después de que el juez homologara el acuerdo de rescate de Abengoa, la llegada de los 500 millones de euros de dinero nuevo que los fondos de inversión deben aportar se está demorando más de lo previsto.

Una inyección necesaria para iniciar o reanudar proyectos, adicional a los más de 600 millones ya aportados, entre 2015 y 2016, que ahora serán refinanciados en el marco del contrato de reestructuración.

En principio, se puso sobre la mesa la fecha del pasado 19 de diciembre. No fue posible y Abengoa dejó caer que el nuevo equipo dirigido por Gonzalo Urquijo contaba con implantar los acuerdos del contrato de reestructuración hacia finales del presente mes de enero. 

Entonces, el retraso fue justificado en base a que no se había recabado toda la documentación relativa de los acreedores del 86% del pasivo que se habían adherido al acuerdo de reestructuración.

Frentes abiertos tras el rescate

Ahora, los problemas no son de índole burocrática. Van mucho más allá. Entroncan con cuestiones jurídicas y políticas sobrevenidas en las últimas semanas, como las impugnaciones contra el acuerdo presentadas ante el juzgado mercantil 2 de Sevilla, la entrada en concurso de acreedores de Abengoa México y las incertidumbres derivadas del cambio en la presidencia de Estados Unidos, con la llegada, el próximo 20 de enero, del republicano Donald Trump.

Demasiados frentes abiertos que tienen, de momento paralizada, la hoja ruta planteada en el plan de rescate, ratificado por la junta de accionistas del pasado 22 de noviembre. Y que han provocado que el mutismo se haya adueñado de todos los protagonistas.

Nadie se atreve a aventurar lo que puede pasar. “Sobre este asunto no podemos comentar nada. No estamos autorizados”, comentan desde uno de principales bancos acreedores de la multinacional sevillana.

Impugnaciones

Lo que sí sabe es que, como ya ocurriera en marzo del pasado año cuando se aprobó la prórroga para lograr el acuerdo finalmente alcanzado, también ahora han llegado hasta el despacho del magistrado Pedro Márquez, titular del juzgado mercantil 2 de Sevilla, varias impugnaciones de acreedores no adheridos al rescate.

De las once presentadas, el juez ha admitido nueve de ellas a trámite e inadmitido las dos restantes al presentarse fuera de plazo. Ahora tiene hasta mediados de abril para pronunciarse.

Esta eventualidad es vista de manera distinta según quien se pronuncie. Unos estiman que, hasta que no se deslinden definitivamente estas impugnaciones, no se podrá iniciar el plan de rescate -con la inyección de capital y las ampliaciones para cambiar a la familia Benjumea por los nuevos accionistas-, y, desde la empresa, creen que este proceso judicial no influye para nada en el desarrollo del proceso.

Abengoa no contaba con Trump

Otra gran incertidumbre que se cierne sobre el rescate de Abengoa se relaciona con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, un input con el que no se contaba en septiembre, cuando la empresa y los acreedores sellaron el acuerdo de reestructuración.

La continuidad de los demócratas, con Hillary Clinton al frente del Gobierno estadounidense, hubiera proseguido con la política a favor de las energías renovables de Barack Obama, empeñado en convertir Estados Unidos en la gran potencia eólica tras China. Miles de millones de dólares de inversión, de la que la que Atlantica -la filial estadounidense de renovables de Abengoa- hubiera seguido beneficiándose en el futuro.

Ahora, con Trump, no se sabe qué va a pasar. En principio, lo que el nuevo presidente electo ha dejado caer no invita al optimismo, decantándose por volver a dar mayor cancha a los combustibles fósiles, relegando a un segundo plano a las energías alternativas.

Del camino que finalmente siga la nueva Administración Trump en este asunto depende, en parte, que el plan de viabilidad de Abengoa tenga éxito. No en vano, los casi 1.200 millones que los fondos inyectarán están garantizados con esta filial.

Apelación al concurso de la filial mexicana

Respecto a la quiebra de la filial mexicana declarada hace un mes, instada por Banco Base, Abengoa espera la inminente decisión judicial al recurso de apelación presentado.

En México, Abengoa adeuda unos 120 millones de euros a acreedores que adquirieron su bonos, y dejó de cumplir con sus obligaciones financieras en noviembre de 2015, cuando la matriz entró en preconcurso en España.

Mientras tanto, en el día a día de la empresa, la tensiones de tesorería amenazan con volver a aparecer. Aunque la plantilla se ha reducido a la mitad en un año, los actuales 17.000 empleados comportan un gasto corriente mensual de unos 40 millones de euros.

Cantidad asumible sin mayores problemas si los ingresos -a través del cobro de los contratos o de la venta de activos- llegan a la caja de de la compañía. Pero que, como ya ocurriera a lo largo de 2016, podría comportar puntuales déficits de liquidez si no lo hacen. Hasta el pasado 30 de septiembre, Abengoa contaba en caja con 333 millones de euros, un 73% menos que un año antes.