Un nuevo trimestre complicado para la red social Twitter. La compañía pone el broche final al año en el que colgó el cartel de ‘Se vende’. Y lo hace con unos ingresos estancados en plena reestructuración de todo el equipo, tras los despidos de hasta el 9% de su equipo. Apenas crecieron un 1%, hasta los 717 millones de dólares, muy por debajo de los 740 millones que esperaban los analistas. La consecuencia: las acciones se dejan más de un 10%.
La compañía no ha logrado hacer crecer sus ingresos publicitarios. Su crecimiento ha ido descendiendo de manera muy importante en los últimos trimestres. En el último trimestre de 2015, el incremento fue del 48%. En estos últimos tres meses del año 2016 esa subida fue del 1%.
Crecimiento ralentizado
La batalla que está manteniendo Twitter para convencer a las marcas para que gasten más dinero en publicidad en la plataforma no está siendo sencilla. El crecimiento de usuarios lleva trimestres ralentizado y, por consiguiente, el crecimiento en ingresos se también ha frenado de manera brusca.
En el lado de las ganancias, pese a los ajustes, los números rojos se han intensificado mucho en sus cuentas. El cuarto trimestre lo cerró con unas pérdidas de 167 millones de dólares, lo que supone un crecimiento del 45% respecto a lo registrado un año antes.
La consecuencia se ha visto en las acciones. Después de un particular 'rally' en el parqué durante este año 2017, que ha permitido revalorizar hasta un 15% sus títulos (con una valoración de más de 13.000 millones de dólares), en la primera hora de cotización cae por encima del 10%.
La compañía confía ahora en el vídeo como una de las palancas de crecimiento en su negocio: los acuerdos para emisión de vídeo en directo, anuncios específicos para este formato audiovisual, etc.
El trimestre de la venta fallida
Este último trimestre del año es el de la venta fallida de la compañía. Durante meses, se colgó el cartel de 'Se vende' pero ninguno de los posibles pujadores, entre los que se encontraban Google, Disney o el gigante del 'software' Salesforce, quiso adquirirla.
Las compensaciones a los trabajadores, una de las grandes causas de sus fuertes pérdidas en los últimos años, una estructura muy pesada y los problemas de acoso y abuso fueron las razones esgrimidas por algunas de esas potenciales compradoras para desistir.