Los contactos entre el empresario azteca Carlos Slim y los bancos se suceden casi de manera permanente, ya que el inversor mexicano necesita refinanciar 4.500 millones de la deuda de FCC y otros 700 de la inmobiliaria Realia. Un folleto publicado por esta última en la web de la CNMV, detallando sus riesgos, ha sido interpretado por el mercado como un intento de presión hacia sus acreedores.
Las negociaciones para renovar los préstamos sindicados se mantienen, de manera simultánea, desde hace varios meses, y se han producido avances significativos para llegar a un acuerdo definitivo, que todavía no se ha producido.
En el caso de la matriz, urge reestructurar la deuda para dejar de pagar intereses del 4%, y se ha involucrado a Aqualia, la filial de tratamiento de aguas, para facilitar el acuerdo, a través de una emisión de bonos de unos 1.500 millones.
Un paso necesario para, después, novar los restantes 3.000 millones en un nuevo sindicado a cinco años menos que resulte menos costoso. “Estamos muy satisfechos de cómo evoluciona la operación”, comentaba hace un par de semanas Miguel Coronel, director de Mercados y de Gestión de FCC, durante una reunión con los analistas para explicar los 165 millones perdidos en 2016.
Comunicado inquietante ante la CNMV
Y en Realia más de lo mismo. Los rumores de quiebra han vuelto a sonar con fuerza, como lo hicieron hace 5 o 6 años, cuando la inmobiliaria, históricamente controlada por FCC y Caja Madrid, lo pasó muy mal tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, con una deuda cercana a los 3.000 millones de euros y una creciente disminución de ingresos para hacer frente a los vencimientos.
Ahora, el endeudamiento es mucho menor -no llega a 1.000 millones-, pero ha sido la propia promotora la que ha dado pábulo a esta opción, al publicar, en la página web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), un folleto sobre su actividad, en el que incluye los factores de riesgo que “podrían eventualmente afectar a Realia en el normal desempeño de su actividad”.
Riesgo de falta de liquidez
Entre esos riesgos, el de que si, antes del próximo 27 de abril, no se ha alcanzado un acuerdo con los acreedores de un crédito por la actividad patrimonio, “la compañía tendría un problema de liquidez que podría provocar una situación concursal”. Aunque, no obstante, también asegura la compañía que “las negociaciones se encuentran en un estado avanzado y se espera culminen próximamente”.
De este crédito de 1.087 millones suscrito en 2007, quedan pendientes de pago 678. Y, debido a su vencimiento, hasta el pasado mes de septiembre presentaba un fondo de maniobra negativo de 330 millones de euros.
Acreedores
Entre los acreedores de este sindicado, con el Banco Santander a la cabeza, figuran la mayoría de las entidades financieras españolas, salvo el Sabadell, que vendió su parte a Goldman Sachs; Liberbank, que la cedió a Citibank, y Caixa Catalunya, que traspasó su 1,2% (unos 100 millones) a la Sareb, el banco malo.
Ahora es Caixabank quien lideraría el nuevo sindicado de 700 millones, con vencimiento en 2022, para el que se está buscando el máximo número de entidades. No la Sareb que “no va a participar en esta nueva refinanciación y se limitará a pedir a vencimiento lo que le corresponde”, comenta un portavoz. Unos 750.000 euros.
A falta de que Realia presente en los próximos días los resultados de 2016, los últimos números con los que cuentan los acreedores para tomar una decisión sobre la entrada o no en este nuevo crédito son los presentados a 30 de septiembre del pasado ejercicio, cuando la actividad patrimonial contaba en caja con 31 millones de euros.
En esos nueve primeros meses del pasado ejercicio, los ingresos de esta rama fueron de 55 millones, un 6,6% menos que en el mismo periodo de 2015, con lo que resultará complicado que, al cierre de 2016, estén por encima de los 78 millones recabados un año antes. Una reducción de rentas derivada de la renegociación a la baja tras renovar los contratos de las oficinas.